Tranquilidad
La OTAN cierra filas con Estados Unidos a pesar de la retirada caótica
Stoltenberg defiende la necesidad del vínculo transatlántico pese a las críticas a Biden por no consultar con sus aliados el repliegue unilateral del país centroasiático
Los aliados de la OTAN intentan cerrar filas tras el fracaso en Afganistán. A pesar de las críticas a EEUU por no contar con el resto de los países de la Alianza en la retirada del país y los lamentos por la excesiva dependencia europea de la política exterior y de defensa estadounidense, el secretario general de la organización militar, Jens Stoltenberg, defendió la vigencia del vínculo transatlántico.
“Norteamérica y Europa deben continuar juntos en la OTAN. Los sucesos que están teniendo lugar en Afganistán no cambian esto”, aseguró ayer el político noruego tras una reunión de emergencia de los ministros de Exteriores de la OTAN para evaluar la situación. “Los cambios en el equilibrio de poder global, las acciones agresivas de Rusia y el ascenso de China hacen incluso más importante mantener fuerte el vínculo transatlántico”, defendió el secretario general, a pesar de que la Administración de Joe Biden se ha caracterizado por su falta de coordinación con los aliados europeos tanto durante la retirada como durante las primeras evacuaciones, hechos que han sido reconocidos por altos mandos británicos. Según la agencia DPA, la propia canciller alemana Angela Merkel aseguró en una reunión interna de su partido que la salida de Afganistán se debía a “cuestiones internas de la política estadounidense”.
A pesar de los momentos críticos que atraviesa la credibilidad de la Alianza a la hora de mantener sus misiones exteriores y tranquilizar a algunos socios con vecindarios conflictivos como los países del Este, Stoltenberg quiso ayer transmitir un mensaje de relativa tranquilidad en la tormenta. “Lo que sucede en Afganistán no debe socar nuestra capacidad para defender los territorios aliados de la OTAN”, aseguró el secretario general después de anunciar que la organización llevará a cabo un análisis para extraer lecciones. “Hemos invertido oro y sangre en Afganistán y creo que necesitamos una investigación honesta y clara sobre qué ha ido mal, pero también sobre lo que hemos logrado”. El político noruego no dio más detalles sobre cuándo comenzará esta iniciativa ni en qué consistirá pero aseguró contar con el apoyo de los aliados.
La reunión no sólo tuvo cómo objetivo plantear qué ha fallado y el escenario futuro sino también coordinar las acciones más inmediatas, como las evacuaciones de los nacionales europeos y los afganos que han colaborado con ellos y cuya vida se encuentra ahora en peligro. Según una declaración aprobada en este encuentro, los aliados permanecerán todo el tiempo que sea necesario en el aeropuerto de Kabul para culminar estas tarea si bien en un principio estaba prevista la salida de las tropas el próximo 31 de agosto.
A pesar de esto, Stoltenberg ha reconocido la dificultad de muchas personas para llegar a la capital ya que los talibanes interceptan el paso a los que quieren desplazarse hasta Kabul. “Paradójicamente, ahora hay más aviones disponibles que viajeros. El problema no es que falten aviones, sino que no podemos llegar al aeropuerto”, explicó.
Stoltenberg recordó ayer en la rueda de prensa que el principal objetivo de la ocupación de Afganistán fue evitar ataques yihadistas patrocinados desde este país, después de que los talibanes protegiesen a Osama Bin Laden, el cerebro de los atentados del 11-S a las Torres Gemelas y el Pentágono y aseguró que los aliados tienen los medios necesarios para seguir evitando que esto suceda. “No permitiremos que los terroristas nos amenacen. Nos mantenemos unidos en luchar contra el terrorismo con determinación, resolución y en solidaridad”, reza la declaración conjunta.
Uno de los grandes interrogantes reside en la postura que van a tomar las potencias occidentales respecto al nuevo régimen de los talibanes y la conveniencia o no de cortar todos los puentes de comunicación, mientras otras potencias como China y Rusia ven una oportunidad para incrementar su influencia y jugar sus cartas. Según el comunicado tras este encuentro, la OTAN pide el “inmediato fin de la violencia” y muestra su “honda preocupación por las informaciones sobre las violaciones de los derechos humanos y los abusos en Afganistán”. La organización militar pide a todas las partes en el país “trabajar de buena fe para construir un gobierno inclusivo y representativo que incluya la participación significativa de las mujeres y las minorías”. La Alianza avisa de que cualquier futuro gobierno debe cumplir sus obligaciones internaciones, respetar los derechos humanos “particularmente de las mujeres, niños y minorías y no conculcar el Estado de Derecho”.
Sobre el posible diálogo con el régimen de los fundamentalistas islámicos, Stoltenberg pidió diferenciar entre los contactos “tácticos” que están teniendo lugar entre algunos países y los talibanes para facilitar las evacuaciones y la llegada de la ayuda humanitaria y el “reconocimiento” de los talibanes como una interlocutor válido desde el punto de vista político.
En los últimos días, el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell se ha mostrado partidario de “hablar” con los talibanes “ya que han ganado la guerra”, si bien con una finalidad puramente práctica. Aunque la UE está dispuesta a incrementar la ayuda humanitaria, ha cortado sus partidas de ayuda al desarrollo. La OTAN también ha decidido congelar sus fondos con los que pensaba seguir financiando Afganistán hasta 2024.
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