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Löfven dimitirá en noviembre como “premier” sueco y líder socialdemócrata

El ex dirigente sindical de 64 años quiere dar tiempo a su sucesor para afrontar las elecciones del próximo año

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El nuevo curso político en Suecia comienzo con tanta expectación como acabó el pasado, cuando una moción de censura tumbó por primera vez a un Gobierno en la historia del país nórdico. El socialdemócrata Stefan Löfven anunció en un discurso este domingo su intención de dimitir en noviembre como primer ministro y líder del partido a un año de las elecciones generales, previstas para el 11 de septiembre de 2022.

“He informado a la comisión ejecutiva del partido de que dejaré el cargo como presidente en el congreso de noviembre y de que después solicitaré la dimisión como primer ministro”, anunció Löfven en su tradicional discurso de verano desde Åkersberga, cerca de Estocolmo.

“Llevo casi diez años como presidente [del partido] y siete de primer ministro. Han sido años fantásticos, pero todo tiene su fin”, aseguró Löfven, un ex líder sindical de 64 años, que en 2014 devolvió al poder a los socialdemócratas tras ocho años en la oposición.

A un año de las elecciones y a la baja en los sondeos, el otrora partido que dominó la política sueca durante la mayor parte del siglo XX y puso en pie su admirado Estado del Bienestar, necesita una cara nueva de cara a una campaña electoral en la que el aumento de la delincuencia y la gestión de la pandemia de coronavirus serían un duro lastre para Löfven. “Quiero darle a mi sucesor las mejores condiciones”, detallaba e primer ministro sueco.

La fecha elegida, noviembre, coincide con la celebración del congreso del Partido Socialdemócrata (SAP), el mejor escaparate para que un nuevo líder puede presentarse al país. En la carrera para suceder a Löfven destaca su mano derecha durante los últimos siete años, su ministra de Economía, Magdalena Andersson, de 53 años, que goza de una elevada popularidad entre el electorado.

Si bien Suecia está a la cabeza de la igualdad de género, paradójicamente es el único de los cinco países nórdicos que nunca ha contado con una mujer al frente del Gobierno. De hecho, ahora Löfven es la excepción en el Consejo Nórdico.

Si finalmente Andersson es la elegida, deberá superar su investidura en un fragmentado Parlamento donde el Gobierno en minoría entre socialdemócratas y verdes se sostiene gracias al apoyo externo de centristas y ex comunistas. Precisamente, estos últimos, el Partido de Izquierda está subiendo en los sondeos a costa de los socialdemócratas tras hacer caer al Gobierno por una ley que pretendía liberalizar los alquileres de las obras nuevas. Andersson, asimismo, tendrá que hace valer sus mejores dotes negociadoras para aprobar este otoño los próximos Presupuestos con dos socios parlamentarios incompatibles entre sí. Löfven, apodado el “Houdini de la política europea” por “Politico”, ha sobrevivido en la cuerda floja durante siete intensos años.