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Salvar al candidato Laschet

Merkel sale en auxilio de su sucesor al frente de la CDU ante la alarma interna por la caída en los sondeos

La canciller alemana, Angela Merkel, y su sucesor al frente de la CDU, Armin Laschet
La canciller alemana, Angela Merkel, y su sucesor al frente de la CDU, Armin LaschetMICHAEL KAPPELERvia REUTERS

A menos de un mes de las elecciones federales que marcarán el final de la era Merkel, el pánico inunda la Konrad Adenauer Haus, la sede de la Unión Cristiano Demócrata (CDU). Su candidato y líder del partido, Armin Laschet, no solo no termina de despegar, sino que cae en picado en los sondeos de popularidad por su errática campaña electoral. En caso de que los alemanes pudieran elegir directamente a su canciller, Laschet sería la tercera opción, por detrás del socialdemócrata Olaf Scholz y la ecologista Annalena Baerbock. Según el “Politbarometer” de las televisiones públicas ARD y ZDF, el favorito es Scholz, con el 44%, más de doble que Laschet, con el 21%, que solo supera a Baerbock, con el 16%.

El primero de los tres debate electorales entre los tres principales candidatos a la Cancillería, celebrado el pasado domingo, confirmó que el líder de la CDU no termina de seducir a un electorado alemán, que, a falta de Merkel, parecer ver en el socialdemócrata el mejor continuador del merkelismo. Un sondeo rápido de Forza dio como vencedor a Scholz con el 36%, seguido por Baerbock con el 30% y Laschet con el 25%.

El cara a cara televisivo ha servido para ampliar la ventaja socialdemócrata hasta el 24%, frente al 22% de los democristianos y el 18% de los ecologistas, estancados tras haber encabezado los sondeos en abril y mayo. El mismo sondeo de Forsa concede a los liberales del FDP un 12% y a la ulraderechista Alternativa para Alemania (Afd) un 11%.

Miedo a un tripartito de izquierdas

La desconfianza sobre quien estaba llamado a suceder sin sobresaltos a Merkel ha obligado a la canciller a romper su silencio y participar en la campaña de Laschet. En un hecho poco común, aprovechó este miércoles una rueda de prensa con su homólogo austriaco,Sebastian Kurz, para advertir contra un tripartito de izquierdas entre socialdemócratas, verdes e izquierdistas. “Conmigo como canciller, nunca habría una coalición de la que formase parte Die Linke [La Izquierda]. No está claro que Olaf Scholz pueda decir lo mismo”,

El aspirante del SPD no descartó durante el debate poder gobernar con La Izquierda, que aglutina al PDS (herederos del partido único de la Alemania comunista) y lo socialdemócratas disidentes que abandonaron el SPD en protesta por las reformas de Gerhard Schröder), pero reconoció las diferencias que les separan en política exterior, en especial sobre la pertenencia a la OTAN. Si bien en el pasado, aritméticamente ha sido posible un Gobierno rojo-verde-rojo, nunca ha llegado a concretarse antes la desconfianza de los ecologistas y de un sector de los socialdemócratas hacia la extrema izquierda.

El semanario “Der Spiegel” tuvo acceso hace unas semanas a un grupo de WhatsApp interno de la CDU que muestra bien a las claras la preocupación de los democristianos. Los alrededor de 200 miembros del chat, que reúne a parlamentario, trabajadores de la Konrad Adenauer Haus y dirigentes locales que se autodenominan “soldados del partido” hablan abiertamente de una “campaña del infierno”. “No sabíamos dónde colgar los carteles de Laschet para que hiciéramos el menor daño”, escribe uno de ellos. “Al final, los cuelgas donde sea en caso de duda. Pocas personas nos eligen de todos modos”, lamenta.

Pero las críticas no son solo a “sotto voce”. El vicepresidente de la CDU en Berlín, Falko Liecke, un enemigo declarado de Laschet, se preguntaba hace unos días en el diario “Die Welt” “hacia dónde quiere liderar el país” el sucesor del Merkel. “Ahora lo deseable es que Laschet muestre su perfil, sin rodeos”.

Incluso quien fuera su rival por hacerse con la candidatura a la Cancillería, Markus Söder, líder del partido hermano bávaro de la Unión Social Cristiana (CSU), pedía más “ritmo y más fuerza” en la campaña de Laschet. Söder, el político más popular de Alemania tras Merkel, es el favorito tanto de las bases como de los votantes del partido.

Tras asumir las riendas de la CDU en enero pasado después de unas reñidas primariasque tuvieron que retrasarse por culpa de la pandemia de coronavirus, el nuevo líder de la CDU/CSU perdió estrepitosamente en las elecciones regionales de Renania Palatinado y Baden Württemberg en marzo, si bien pudo resarcirse con una contundente victoria en Sajonia-Anhalt en junio.

Sin embargo, Laschet, que también es ministro presidente del “Land” más grande y poblado de Alemania, Renania del Norte Westfalia, mostró su flanco más débil el pasado julio a cuenta de las devastadoras inundaciones que anegaron su región. Días antes de las fuertes lluvias, el candidato conservador trató de distanciarse de Los Verdes, entonces sus principales rivales en los sondeos, defendiendo combatir el cambio climático con medidas progresivas en el tiempo. Sin embargo, tras las fuertes lluvias, giró 180 grados su discurso para reclamar medidas contundentes contra el calentamiento global.

Con todo, su cambio de opinión, nada novedoso en un político en campaña electoral, no fue lo que ha hundido su popularidad, sino las imágenes en las que se veía al líder conservador reírse, mientras el presidente federal, Frank Walter Steinmeir, pronunciaba un discurso en una localidad devastada por el temporal.

Ante las especulaciones que sacuden la campaña electoral de la CDU/CSU, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, un fiel aliado de Laschet, tuvo que salir en público para desmentir que el partido baraje cambiar de cabeza de cartel a poco más de un mes de la cita con las urnas y elija al líder bávaro. “Y obtendrás la misma respuesta si le preguntaste a Söder”, retó a los periodistas Spahn.

Por primera vez en unas elecciones federales en Alemania, tres partidos tienen opciones de hacerse con la Cancillería y los democristianos pueden pasar por primera vez a la oposición desde 2005. Y esto es lo que realmente no deja dormir a la Konrad Adenauer Haus.