Emergencia global

Un estudio alerta de que el cambio climático puede provocar la aparición de nuevas pandemias

El mundo apenas se recuperaría de la crisis del coronavirus cuando fuera golpeado por otras epidemias similares

Derretimiento del hielo marino en el Océano Ártico.
Derretimiento del hielo marino en el Océano Ártico.NASA/KATHRYN HANSENNASA/KATHRYN HANSEN

Después de un año y medio desde que fuera considerada de emergencia global por la OMS, el mundo parece recuperarse de la pandemia de Covid-19, con la vacunación tan avanzada en buena parte del planeta. No obstante, el cambio climático, que va intensificándose con el paso del tiempo, podría provocar nuevas epidemias en los próximos años, según alerta un estudio de la Universidad de Ottawa, Canadá.

El estudio se basó en muestras genéticas tomadas de Hazen Lake, un lago en Canadá. Científicos locales determinaron que los eventos de deshielo cada vez más frecuentes y fuertes podrían ocasionar un derrame de virus, procedentes del Ártico. Estas enfermedades podrían llegar al país, y poco después, alcanzar otras regiones del mundo rápidamente.

A partir de recolectar sedimento del suelo del lago, se analizó el ARN y ADN de las muestras. Ahí, encontraron restos de virus, según recoge BioRxiv. Con el deshielo, se van desplazando estos virus hacia la tierra, es más probable que varias personas se infecten y, por tanto, lo transmitan. No se conoce el impacto y las consecuencias que pueden tener, pero podrían tener proyecciones similares a las del coronavirus.

No obstante, el deshielo no es la única preocupación. Con el calentamiento global, los insectos migran a otros hábitats, lo que podría provocar una repoblación de estas especies en determinados puntos del planeta, potenciando la transmisión de nuevas enfermedades virales (algo que podemos presenciar en España con “el virus del Nilo”).

Y esta migración de insectos generaría un “efecto dominó” en el que también se vería afectada la cadena alimenticia. Al entrar en un nuevo ecosistema, los alimentos podrían verse infectados, y con ellos, los propios animales y plantas. Por tanto, los virus acabarían llegando a los seres humanos a través de los recursos naturales. El cambio climático no solo se ha convertido en una crisis ecológica, sino también sanitaria. De hecho, la criosfera de la Tierra se está reduciendo casi 90.000 kilómetros cuadrados por año.

Un fenómeno irreversible

Por desgracia, el informe más completo sobre el cambio climático concluía el pasado mes de agosto que es irreversible. Olas de calor extremo, incendios forestales incontenibles y disminución de la biodiversidad. A su vez, fuertes inundaciones nunca antes vistas o temperaturas bajo cero que han provocado intensas nevadas.... Climas dignos de noviembre en julio, o ambientes veraniegos antes de llegar la primavera. Esto solo son síntomas de lo que llegará en el futuro al planeta Tierra.

Las alertas de este informe se refieren a una carrera contrarreloj en la que el ser humano debe hacer “todo lo posible” para evitar algo ya casi probable, con total seguridad, de que suceda.

“Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años. Y otras tantos, como el aumento del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de siglos, si se diera el caso de que se cambiaran”, aseguraba el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, autores de este informe.

¿2040, el principio del fin?

Desde la década de los 70, los niveles del mar se han elevado como nunca ante en los últimos tres mil años según un artículo publicado en The Conversation. Y no es sino responsabilidad de la actividad humana. Científicos se cuestionan si, en 2040, la humanidad podrá persistir a todo lo que estimulará este cambio climático.

Todas las regiones del mundo se harán todavía más calientes, las estaciones cálidas se alargarán y las frías se harán más cortas, pero las precipitaciones más intensas, causando más estragos a la población vulnerable. El número creciente de especies invasoras se intensificarán. Y el desequilibrio ecológico de estos espacios provocará una crisis en todos los sentidos, la cual ya se empieza a apreciar en algunas zonas.