Bruselas fija condiciones

La UE aumentará sus contactos con los talibanes si luchan contra el terrorismo y respetan a las mujeres

Los Veintisiete pretenden abrir una embajada conjunta en Kabul si la seguridad lo permite

El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, durante una rueda de prensa en Bruselas
El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, durante una rueda de prensa en BruselasSTEPHANIE LECOCQEFE

En las relaciones internacionales, el pragmatismo suele imponerse sobre cualquier otra consideración. Los ministros de Exteriores de los Veintisiete mantuvieron este viernes un nuevo encuentro en la que abordaron cómo lidiar con el nuevo régimen en Afganistán tras la victoria de los talibanes. A pesar de que los extremistas islámicos conculcan todos los valores del club comunitario, la UE está dispuesta a mantener el diálogo, aunque con condiciones.

Si bien este pasado jueves, el máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, se refirió sobre todo a contactos operativos para permitir la llegada de ayuda humanitaria y la evacuación de los afganos que han colaborado con las fuerzas occidentales y aún no han podido salir del país, hoy los Veintisiete abrieron la puerta a una relación más estrecha si los talibanes cumplen los requisitos de los Veintisiete, sin que esto signifique tratar al nuevo gobierno como un igual.

“Para apoyar a la población afgana, tendremos que relacionarnos con el nuevo gobierno de Afganistán, lo que no significa reconocimiento. Es una relación operativa y este contacto operativo aumentará según su comportamiento”, resumió hoy el político español.

Dentro de esta estrategia de pactar con el diablo para que sea menos diablo, los Veintisiete establecieron hoy una serie de cinco condiciones para medir el comportamiento de los talibanes, entre las que se encuentra que el país no vuelva a convertirse en “una base para exportar el terrorismo a otros países”, aunque el gran interrogante reside ahora no en si los talibanes podrán controlar a Al- Qaeda sino al Estado Islámico, su acérrimo enemigo.

Entre el resto de las condiciones, se incluye: facilitar la evacuación de los colaboradores de las fuerzas occidentales durante estos veinte años y cuyas vidas corre ahora peligro; el respeto de los derechos humanos ( sobre todo, los de las mujeres) del Estado de derecho y la libertad de prensa; la puesta en marcha de un gobierno de transición que represente a todas las fuerzas políticas afganas y garantizar el acceso de la ayuda humanitaria para ayudar a la población más vulnerable.

Para poder coordinar las evacuaciones, los Veintisiete han acordado establecer una presencia europea conjunta de la UE en Kabul, coordinada por el servicio de Acción Exterior “si se cumplen las condiciones de seguridad”. Según explicó Borrell, si no es posible mantener una oficina de representación en Kabul, los países europeos también valoran la posibilidad de establecer esta delegación en Doha, la capital de Qatar, dónde los talibanes mantienen una oficina exterior que se ha convertido en su ventana al mundo.

Aunque la anterior delegación de la UE en el país ha sido evacuada y todos los países europeos han rescatado a su personal diplomático, algunos países ya están haciendo gestiones para volver y tener ojos y oídos en el país. Alemania ya está pensado en reabrir su embajada, tal y como anuncio el ministro de Exteriores Heiko Mass en una gira a países de la región. Hasta el momento, sólo algunas potencias como Rusia, China y Turquía mantienen abiertas sus representaciones diplomáticas en Kabul.

Una de las principales preocupaciones de la UE es que esta sacudida al tablero internacional sea aprovechada por estos países para ganar influencia. La propia canciller alemana Ángela Merkel reconoció este pasado martes que ha mantenido conversaciones con otros países como Francia, Gran Bretaña, Holanda e Italia para mantener su presencia diplomática en el país. España también está dispuesta a mantener su embajada en Afganistán si las condiciones de seguridad lo permiten.

A pesar de estos esfuerzos de coordinación, cada país seguirá siendo responsable de otorgar los visados humanitarios y elegir a los afganos que pueden beneficiarse del asilo. Además, los Veintisiete también acordaron hoy poner en marcha una política regional de cooperación con los países vecinos, también bajo la batuta del Servicio de Acción Exterior para gestionar los flujos migratorios y que no vuelva a repetirse la crisis de 2015.