Crisis submarinos
Biden y Macron: “Teléfono rojo”
Los presidentes se emplazan para una conversación telemática, mientras surgen versiones contradictorias sobre la crisis de AUKUS
El presidente de EEUU ha dado un giro inesperado a la política exterior orientando sus decisiones hacia alianzas estratégicas, la última de ellas con Australia y el Reino Unido en el Pacífico, con la enemistad de su hasta ahora país aliado Francia como daño colateral.
El nuevo triángulo amoroso del Pacífico iniciaba su relación en secreto, sin avisar ni hacerle un hueco a un decepcionado Emanuel Macron, cuya furia por perder el contacto exclusivo de defensa valorado en más de 60.000 millones de dólares le forzó a retirar a los embajadores franceses en Washington y Sydney.
La decisión de EEUU ha provocado una crisis diplomática sin precedentes con Francia por el acuerdo trilateral y los países europeos también se han llevado un chasco después de haber recibido con alivio y esperanza a la nueva Administración Biden tras cuatro años de absoluta incertidumbre en la era Trump del “América primero”.
Si Joe Biden se había marcado como meta principal de su Gobierno, a nivel internacional, contrarrestar el peso de su mayor amenaza, ese objetivo de hacerle frente a China le va a resultar todavía más desafiante sin poder contar con el apoyo incondicional de grandes potencias como Francia.
Cuando Australia se acercó al nuevo gobierno de Biden, poco después de su toma de posesión, le trasladó el temor a que los submarinos franceses de propulsión convencional quedaran obsoletos cuando fueran entregados en el plazo determinado. EEUU, en su empeño por contener al gigante asiático, vio el acuerdo como una manera de estrechar los lazos con su aliado australiano en miras a multiplicar el poder en el Pacífico.
Como consecuencia inesperada, las relaciones entre EEUU y Francia se han hundido a su nivel más bajo en décadas.Las negociaciones acordadas a escondidas entre Washington y Sydney para construir submarinos nucleares anuló ipso facto el contrato de defensa con París.
Macron considera “brutal” la actuación de Biden y la califica como “una puñalada por la espalda”, mientras se espera que una llamada telefónica entre ambos mandatarios rompa el hielo en las próximas horas, justo antes de que de comienzo la 76 Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
Todo ese contexto, de puertas hacia fuera. Porque dentro, en territorio estadounidense, la crisis francesa alienta las ganas contenidas de los republicanos de ver al presidente Joe Biden perder popularidad, voz y voto en sus decisiones políticas.
Desde un silencioso frente opositor, el Partido Republicano le recuerda a Biden que, desde que llegó a la Casa Blanca, la reciente crisis con Francia sumada a su gestión en Afganistán tras la retirada de tropas estadounidense han puesto punto y final a la luna de miel demócrata.
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