Crisis en la derecha alemana
Los barones de la CDU/CSU se rebelan contra Laschet
El bávaro Söder le desautoriza y anuncia que Scholz es quien ha recibido el mandato para formar Gobierno
La Unión conservadora ya ha admitido la dificultad para formar Gobierno tras la debacle electoral. Todos excepto el candidato. La tenacidad de Armin Laschet, quien desde el domingo se aferra a la vaga esperanza de la Cancillería, con una hipotética alianza con verdes y liberales, comienza a impacientar y a sorprender a muchos de sus correligionarios. Tras dos jornadas salpicadas de multitud de acusaciones cruzadas y en las que el candidato conservador no felicitó al socialdemócrata Olaf Scholz por su victoria, la Unión formada por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y a su partido hermano, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), celebró este martes su primer encuentro del grupo parlamentario tras los comicios en el que, como primer punto, se reeligió a Ralf Brinkhaus como líder parlamentario solo por seis meses.
Una elección que fue motivo de disputa en el seno de la formación, pero que pasó a un segundo plano ante la actitud de Laschet. Una vez más, los aliados bávaros del partido de Angela Merkel admitieron que Scholz suma todos los puntos para ser el próximo canciller alemán. «El Partido Socialdemócrata (SPD) no está muy por delante, pero está por delante», recordó en el encuentro Alexander Dobrindt, el líder parlamentario de la CSU, quien añadió que el grupo conservador debería esperar que otras partes «estén hablando primero con el SPD». Unas palabras que siguen la línea con las que desde el domingo viene repitiendo el primer ministro bávaro, Markus Söder, que ayer –una vez más– volvió a dejar claro que «Scholz claramente tiene en este momento más posibilidades de convertirse en canciller». El resultado de las elecciones «debe ser aceptado, es una regla básica de la democracia», insistió.
Peticiones de dimisión
Otros dirigentes no tuvieron tanta paciencia como Söder. La vicepresidenta del grupo parlamentario de la Unión, Gitta Connemann, fue más explícita y pidió la dimisión del candidato. «¿Quién asumirá la responsabilidad y cuándo?», declaró. Asimismo, la diputada conservadora Sylvia Pantel agregó que «ser responsable también significa asumir la responsabilidad».
Comentarios aparte, Laschet sigue empecinado en conformar la denominada coalición Jamaica. Una alianza que le daría la Cancillería y que estaría formada por el negro de los conservadores, el verde de los ecologistas y el amarillo de los liberales; los colores de la bandera jamaicana.
La Unión conservadora y el FDP comparten muchos principios, especialmente en materia económica, y esto podría ayudar a los conservadores a mantener el poder aunque terminen como segundo partido. En 2017, lo intentaron, pero el fracaso dejó cuentas pendientes. Además, los ecologistas no parecen privilegiar esta opción, poco popular entre los electores y sus bases.
Mientras tanto, el SPD convocó este martes a Los Verdes y al FDP para comenzar a tantear las posibilidades de conformar un Gobierno tripartito. El líder del partido en el Bundestag, Rolf Mützenich, confirmó una invitación a verdes y liberales para «conversaciones exploratorias esta misma semana». En este aspecto, el copresidente de Los Verdes, Robert Haebeck, afirmó que se centrarán en negociar aspectos de la agenda y no puestos, ante la posibilidad de que Annalena Baerbock se convierta en la próxima vicecanciller de Alemania.
El SPD asume la lucha contra el cambio climático como uno de los ejes de su virtual Gobierno, así como la mejora del salario mínimo o del acceso a la vivienda. Sin embargo, su portavoz parlamentario evitó marcar “líneas rojas” en público, apelando a la discreción de las negociaciones en ciernes con otros partidos.
Mützenich instó a Laschet a «entender» que no cuenta con «la confianza de los ciudadanos» y renuncie a formar Gobierno. Un 71% de los alemanes también comparte este malestar hacia el aspirante conservador, según un sondeo de Civey. Solo el 22% está a favor de una coalición encabezada por la CDU, si bien en el bloque conservador el nivel de apoyo asciende al 55%. La CSU, expresó sus reticencias a que Laschet intente suceder a Merkel, en vista de los resultados del domingo.
De hecho, un 51% de los ciudadanos cree que Laschet directamente debería renunciar a seguir al frente de la CDU, un dato que ronda el 40% en el caso de los simpatizantes del bloque conservador, según otro sondeo de Insa y que publicaba hoy el periódico «Bild».
El ministro de Economía, Peter Altmaier, considerado un estrecho aliado de Merkel, felicitó al SPD por los votos obtenidos, en una entrevista para la televisión N-TV en la que, sin embargo, aseguró que la CDU no esquivará su «responsabilidad política».
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