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Elecciones checas

Andrej Babis, de campeón contra la corrupción a evasor fiscal

Los “papeles de Pandora” revelan que el primer ministro checo adquirió de forma opaca 16 inmuebles, entre ellos un castillo, en la Costa Azul francesa

El primer ministro checo, Andrej Babis, recibe el 29 de septiembre a su homólogo checo, Viktor Oban, en Praga
El primer ministro checo, Andrej Babis, recibe el 29 de septiembre a su homólogo checo, Viktor Oban, en PragaDAVID W CERNYREUTERS

Poco podía imaginar el empresario convertido en políticoAndrej Babis que iba a ser el foco de atención de los medios de comunicación internacionales en la recta final de la campaña electoral checa. Y no por ser el favorito para ser reelegido en las legislativas que se celebran entre hoy y mañana, sino por su opaca compra de terrenos en Francia. Un artimaña electoral para desacreditarle, según Babis, pero que la Policía de delitos económicos checos se ha tomado muy en serio.

El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) detalla en los “papeles de Pandora” una inversión de 22 millones de dólares, realizada en 2009, a través de una cadena de sociedades “offshore” para adquirir 16 inmuebles, entre ellos un castillo en la Costa Azul francesa. “Babis no ha declarado estas sociedades ‘offshore’ ni el castillo en sus declaraciones de activos, lo que es obligado como funcionario público”, sostiene el ICIJ.

La investigación pone en entredicho la imagen de líder contra la corrupción con la que el apodado como “Trump checo” ganó las elecciones de 2017. “El primer ministro checo, Andrej Babis, uno de los hombres más ricos del país, subió al poder con la promesa de asentar una duro golpe a la evasión fiscal y la corrupción”, recuerda ICIJ. “En 2011, al entrar en política, Babis dijo a los votantes que quería crear un país donde los empresarios hicieran negocio y fueran felices de pagar impuestos”, añade.

El líder populista reconoce estar detrás de esas operaciones inmobiliarias, pero niega que haya cometido alguuna irregularidad. “En 2009 era un ciudadano particular, un emprendedor privado, y ahora alguien dice que blanqueé dinero. Es un escándalo absoluto”, se lamentaba este lunes. Babis construyó su fortuna en las industrias químicas, agraria y de medios de comunicación y tiene unos ingresos anuales de unos 7.000 millones de euros. En el pasado ya ha sido investigado por conflicto de intereses y fraude en los subsidios europeos recibidos hace una década.

“Dos compañías de auditoría han confirmado que pagué 13 millones de euros en impuestos y gané 95 millones de euros netos en toda mi carrera. Rechazo este artículo, sobre algo acaecido hace 12 años, que por supuesto no tiene nada que ver con la política, pero que se supone puede influir en los acontecimientos políticos de la República Checa. Es una verdadera tontería”, se defiende.

Lo cierto es que la Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO), el partido político de Babis encabeza los últimos sondeos con un 27% de votos tras gobernar cuatro años con los socialdemócratas del CSSD, que apenas alcanzarían un 4,6%. A considerable distancia, se sitúan la ultraderechista Libertad y Democracia Directa (SPD), con el 13%; el Partido Pirata, que hace unos meses llegó a superar a Babis en intención de voto, con el 10,6%, y los conservadores del Partido Democrático Cívico (ODS). Si los números lo permiten, la oposición aspira a unirse en diferentes coaliciones para aupar del poder a Babis, pero no resultará una tarea difícil en un país donde los partidos tradicionales están muy desacreditados ante la opinión pública por los constantes escándalos de corrupción.

Para el analista político Jiri Pehe, “Babis tiene un aliado muy fuerte como es el presidente Milos Zeman, que ha dicho abiertamente que nombrará al próximo primer ministro del líder del partido victorioso y como los principales oponentes de Babis son dos coaliciones, a las que Zeman no reconoce como sujetos políticos, volverá a nombrar a Babis”.

Entretanto, la oposición trata de sacar tajada de un escándalo que pone contra las cuerdas al dirigente populista, que ha contado en su campaña con la ayuda del primer ministro húngaro, Viktor Orban, con quien trata de obstaculizar las políticas de la UE en sintonía del resto de socios del Grupo de Visegrado, Polonia y Eslovaquia.

Para la presidenta del liberal Partido TOP 09, Marketa Pekarova Adamova, la gravedad de las denuncias de blanqueo de dinero contra Babis deberían tener consecuencias políticas. “Todo esto ofrece señales de que puede tratarse de lavado de dinero. Por eso es indispensable que la Policía se haga cargo de las investigaciones. En cualquier otro país algo similar llevaría al abandono de los cargos políticos”.

Con todo, Pehe no está tan seguro de que la oposición pueda beneficiarse en las urnas de un escándalo financiero que es difícil de entender por el electorado. “Para mucha gente no está claro en qué consisten los abusos fiscales de Babis, y es necesario que la oposición y los medios de comunicación lo expliquen de manera comprensible”, concluye.