Situación complicada

La crisis de desabastecimiento se agrava en Estados Unidos con el caos en los puertos del país

Un nuevo récord de navíos que hacen fila frente a Long Beach y Los Ángeles muestra el mal momento por el que está pasando el país norteamericano

Noticias de última hora en La Razón
Última hora La RazónLa RazónLa Razón

Un nuevo récord de buques que transportan contenedores hacen fila frente a los puertos principales de uno de los estados más ricos del país. Las últimas imágenes que se han obtenido de los satélites sobre los puertos de Long Beach y Los Ángeles muestran un atasco y enjambre de barcos inactivos, esperando descargar las mercancías, que van desde Asia a través del océano Pacífico hasta la costa occidental de Estados Unidos.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha pedido a los puertos que trabajen, si hace falta, 24 horas al día para descargar los contenedores que llegan. Pero de momento, no está haciendo efecto. Los puertos de Los Ángeles y Long Beach en EE.UU., los dos mayores del país son uno de los mejores ejemplos de esta situación y que viven una situación de colapso, con largas colas de enormes cargueros fondeando frente a los muelles a la espera de poder atracar y descargar sus mercancías, una tarea que puede demorarse hasta doce días.

Según la web de seguimiento de barcos Marine Traffic, más de 50 buques se encontraban frente a Long Beach y Los Ángeles el pasado miércoles 13 de octubre, pero en septiembre se alcanzó el récord de 73. Estos puertos manejan la mayor parte de la carga procedente de China, por lo que una vez que comienza la congestión, puede empeorar rápidamente. Concretamente, entra el 40% de los contenedores.

El atasco en el transporte ha contribuido a un aumento de un 5,4% de la inflación en el pasado mes de septiembre. El fuerte aumento de las compras y la falta de mano de obra ha provocado el caos en las terminales de los puertos.

Uno de los mejores ejemplos de esta situación son los puertos de Los Ángeles y Long Beach en EE.UU., los dos mayores del país y que viven una situación de colapso, con largas colas de enormes cargueros fondeando frente a los muelles a la espera de poder atracar y descargar sus mercancías, una tarea que puede demorarse hasta doce días.
Uno de los mejores ejemplos de esta situación son los puertos de Los Ángeles y Long Beach en EE.UU., los dos mayores del país y que viven una situación de colapso, con largas colas de enormes cargueros fondeando frente a los muelles a la espera de poder atracar y descargar sus mercancías, una tarea que puede demorarse hasta doce días.JIM LO SCALZOAgencia EFE

La demanda de bienes de consumo es, en general, un 22% más alta en comparación con los niveles anteriores a la pandemia. Desde que se empezaron a relajar las restricciones a la movilidad y a la actividad económica por la pandemia de covid-19 en gran parte del mundo, la demanda de bienes y servicios ha experimentado un crecimiento repentino al que los fabricantes y transportistas no han sido capaces de dar respuesta, lo que ha generado un cuello de botella. A medida que los empleados vuelven a sus oficinas para trabajar en persona, ordenadores, impresoras o servidores son cada vez más demandados, pero muchos están atrapados en varios contenedores de Asia. Por su parte, la falta de trabajadores, tales como conductores o personal ferroviario, hace tal hincapié que la situación se está volviendo insostenible.

Los expertos señalan problemas de capacidad logística en los puertos estadounidenses que ya estaban presentes antes de la pandemia. Pero no se espera que el problema termine pronto. El secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, reconoció que los problemas en la cadena de suministros del país durarán hasta el año que viene, e instó a aprobar el proyecto de ley de infraestructuras para minimizar el impacto de esas perturbaciones.

El plan de infraestructuras está valorado en 1,2 billones de dólares y fue aprobado en el Senado hace semanas con apoyo de los dos partidos, pero todavía está pendiente de aprobación en la Cámara Baja, que quiere votar sobre el tema el 31 de octubre.

Ese proyecto para reconstruir carreteras y puentes y mejorar otras infraestructuras del país es una de las dos patas de la agenda económica del presidente Joe Biden; la otra, pendiente de aprobación en el Senado, busca expandir los programas sociales, combatir la crisis climática y subir los impuestos a grandes empresas y ricos.