Riad

El príncipe Salman quiso matar al rey Abdalá con un anillo envenenado, dice un espía saudí

Saad al Jabri, exiliado en Canadá y reclamado por Riad acusado de robar 500 millones de dólares, describe a Salman como “un psicópata” y “un asesino”

El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman / Foto: Reuters
El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salman / Foto: Reuterslarazon

Saad al Jabri, un ex alto funcionario de seguridad deArabia Saudíexiliado en Canadá, ha acusado al príncipe heredero Mohammed bin Salman de querer asesinar al difunto rey, según dijo este espía en una entrevista en televisión de EEUU. Al parecer Salman habría dicho: “Quiero asesinar al rey Abdalá. Traigo un anillo con veneno de Rusia. Sería suficiente con estrecharle la mano y estará hecho”. Según la versión del espía exiliado, la inteligencia saudí se tomó la amenaza en serio. Además, señaló que aún existe una grabación de vídeo de esa reunión.

Al Jabri también describió al príncipe como “un psicópata” y un “asesino”. Este agente, buscado en Riad por robo, trabajó como enlace durante años entre las agencias de inteligencia occidentales y el príncipe Mohammed bin Nayef, ex ministro del Interior y jefe de seguridad. Jabri se exilió cuando Bin Nayef se enfrentó a su primo Mohammed bin Salman, también conocido como “MBS”.

Las afirmaciones de este agente saudí se producen en un momento de peleas internas en la familia real saudí que amenazan con salpicar a su aliado Estados Unidos y a otros países aliados occidentales, incluida Reino Unido, dice el periódico The Times.

Según su versión, el príncipe heredero planteó supuestamente asesinar al monarca saudí con un anillo envenenado para facilitar así el acceso al trono de su padre. Sin embargo, Saad al Jabri no ofreció ninguna prueba durante su entrevista en el programa CBS News. Jabri dijo concretamente que el príncipe Salman se jactó de que podía matar al rey Abdalá Bin Abdelaziz, quien murió en 2015 por causas naturales. Fue en ese momento cuando el rey Salman ascendió al trono.

Al Jabri lanzó durante la entrevista una advertencia al príncipe Mohammed. Le dijo que tiene guardado un vídeo que revela aún más secretos comprometedores sobre Riad y también sobre Estados Unidos y alertó de que la grabación podría publicarse si lo matan.

Dos de los hijos del espía huido permanecen detenidos en Arabia Saudí, supuestamente como rehenes para obligar a su padre a regresar al país. Si regresa, Al Jabri se enfrenta a un posible encarcelamiento o arresto domiciliario como su exjefe, el otrora poderoso ministro del Interior, el príncipe Mohammed bin Nayef, que fue expulsado de la línea de sucesión por el actual príncipe heredero en 2017. Al Jabri, de 62 años, afirmó que el príncipe heredero no descansará hasta que “me vea muerto” porque “teme mi información”.

El príncipe heredero provocó una ola de indignación internacional después de que trascendiera que los ayudantes que trabajaban para él habían asesinado al periodista crítico Jamal Khashoggi dentro del consulado saudí en Turquía en octubre de 2018. Después de que las autoridades turcas filtraron grabaciones desde el interior del consulado, los saudíes afirmaron que la muerte se había producido cuando intentaron traer por la fuerza a Khashoggi de regreso al país, y que salió mal. El príncipe heredero negó tener conocimiento de la operación, a pesar de una investigación de la inteligencia estadounidense apuntaba lo contrario.

El gobierno saudí le dijo a CBS News que Al Jabri es “un ex funcionario gubernamental desacreditado con un largo historial en la fabricación y creación de distracciones para ocultar los delitos financieros que cometió”. El gobierno ha emitido solicitudes de extradición y avisos de Interpol para Al Jabri, alegando que es buscado por corrupción. Al Jabri afirma que su riqueza proviene de la generosidad de los reyes a los que ha servido.

Human Rights Watch cree que el arresto de miembros de la familia de Al Jabri es un intento para obligar al ex agente a volver a Arabia Saudí. Al Jabri ha presentado una denuncia en Estados Unidos contra el príncipe heredero saudí, alegando que la realeza saudí trató de matarlo en Estados Unidos y Canadá. Por su parte, las autoridades saudíes exigen la extradición de Al Jabri, al que se acusa de robar unos 500 millones de dólares del presupuesto antiterrorista. Un juez canadiense ha congelado sus activos debido a una prueba de fraude.