EEUU
Sacar el condón a escondidas en una relación sexual será delito en California
El embarazo no deseado, enfermedades de transmisión sexual y secuelas psicológicas son algunas de las consecuencias de las víctimas del “stealthing”
Sacarse el condón a escondidas, sin que la pareja se entere, durante el transcurso de relaciones sexuales estará a partir de ahora considerada otra forma de agresión sexual, tipificada además como delito en el código civil de California, el primer estado de EE.UU. en tomar este paso en defensa de los derechos de las mujeres. Si bien esta ley aplica tanto a víctimas femeninas como masculinas, las cifras de diferentes estudios de universidades estadounidense sobre esta agresión sexual revelan que las que sufren este tipo de prácticas son chicas y mujeres.
El embarazo no deseado, enfermedades de transmisión sexual y secuelas psicológicas son algunas de las consecuencias de las víctimas del “stealthing” (sigilo, en español), como se conoce en inglés esta maniobra. El camino para penar esta práctica no fue fácil para la legisladora de California Cristina García, quien tuvo que batallar durante cuatro años para que esta nueva ley, ahora ya en vigencia, fuese aprobada en la Legislatura del estado dorado.
“Tardamos tanto porque al principio queríamos incluirlo en el código penal, pero al final cedimos a diferentes opiniones y optamos por tipificarlo como un delito civil”, cuenta en una entrevista a Efe la demócrata García, que lleva en la Asamblea estatal desde 2012.
LAS VÍCTIMAS CELEBRAN ESTE PRIMER PASO
En esa conversación, García asegura que los centenares de víctimas de todo EE.UU.. que se han puesto en contacto con ella y su equipo durante estos cuatro años desde que esbozó la primera ley han celebrado este “primer paso”.
Una de estas damnificadas, una mujer de 34 años que reside al sur de Los Ángeles y que prefiere no revelar su identidad, dice a Efe que esta nueva legislación “pone prácticas lamentables como esta encima de la mesa” y hace reflexionar a hombres y jóvenes que han hecho “stealthing” a lo largo de su vida, además del castigo adherido.
A partir de ahora, las víctimas podrán denunciar lo ocurrido y requerir recompensas por los daños causados, ya sean físicos o psicológicos. En el caso particular de esta mujer, que ha vivido este tipo de episodio en dos ocasiones con diferentes hombres, asevera que en la segunda ocasión que le ocurrió contrajo herpes genital, una enfermedad que no se puede curar y que le causa dolor y molestia desde hace varios años.
“Quitarse el preservativo sin avisar es totalmente egoísta y simple; no logra entrar en mi cabeza”, critica esta mujer nacida en el estado de Oregón, al norte de California.
“DERECHO A REPARTIR SUS SEMILLAS”
Lo que llevó a la legisladora García a impulsar esta normativa fueron cientos de comentarios misóginos en comunidades en línea de hombres que fomentan y aconsejan sacarse el condón sin permiso durante relaciones sexuales con mujeres para demostrar el “dominio masculino”.
En esos foros de la red, los usuarios brindan consejos con “descripciones explícitas”, según García, sobre cómo engañar con éxito a sus parejas para poder quitarse el preservativo sin consentimiento.
“Decían que tenían un derecho y un deber de repartir sus semillas. Eso me dio mucho coraje y asco, y decidí legislar en contra de esta práctica”, rememora García con cara de disgusto.
OBJETIVO: TODO EEUU
Ahora que California ha tomado la iniciativa para penar esta maniobra, la presidenta de la Organización Nacional de Mujeres (NOW, en sus siglas en inglés), Christian Nunes, espera que otros estados o el Congreso federal empiecen a legislar en esa dirección.
Hasta ahora, algunos legisladores en los estados de Nueva York y Wisconsin han intentado - sin éxito- aprobar leyes similares a la recientemente autorizada en California. A pesar de que Nunes cree que la ley californiana “es un gran comienzo a nivel estatal”, está convencida de que Washington debería ser “consistente” con la actualidad y declarar que el quitarse el condón es otra forma de abuso sexual hacia las mujeres.
“Es abuso sexual porque estás actuando en contra de la voluntad de la otra persona”, dice sin dudar Nunes, que lidera una la mayor organización feminista de EE.UU., con más de 500.000 afiliadas.
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