El Senado pide procesar a Bolsonaro por su “criminal” gestión de la pandemia que ha causado 600.000 muertos en Brasil

La comisión especial en el Senado de Brasil para investigar la gestión de la pandemia del Gobierno ha aprobado la noche de este martes el informe que acusa al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, de haber cometido nueve delitos, entre ellos crímenes de lesa humanidad, violación de medidas sanitarias, prevaricación, empleo irregular de fondos públicos y curanderismo. El reporte final ha salido adelante con siete votos a favor y cuatro en contra. El Senado solicita que Bolsonaro sea procesado en base a las pruebas de que “el Gobierno federal fue omiso y optó por actuar de manera no técnica e imprudente para afrontar la pandemia del nuevo coronavirus, exponiendo deliberadamente a la población a un riesgo concreto de infección masiva”.

El Senado culpa a Bolsonaro de divulgar bulos sobre la covid para evitar una mayor ralentización de la economía, animando a la gente a salir de sus casas durante las fatídicas olas de contagios. Tras seis meses de investigación, la comisión pide sentar en el banquillo al mandatario negacionista y a otras 77 personas, incluidos tres hijos del ex militar de 66 años, ministros y exministros. El fiscal general de Brasil Augusto Aras, designado por Bolsonaro y considerado su aliado, deberá decidir si el Estado brasileño presenta cargos contra el presidente y el resto de aforados. Aras ha rechazado en otras ocasiones abrir procesos judiciales contra Bolsonaro. En base a un estudio de la Universidad de Sao Paulo, el informe estima que pudieron evitarse 120.000 muertes si se hubieran aplicado políticas más efectivas para controlar la pandemia.

El mandatario ha negado tener ninguna “culpa” por la propagación del coronavirus en Brasil. Bolsonaro ha criticado la investigación de los senadores: “Me tachan de genocida, falsificador de documentos, exterminador de indios. Es absurdo lo que hicieron estos tipos”. Manaos, la capital del Amazonas, fue uno de los territorios más golpeados por las olas de contagio que los sanitarios afrontaban sin medios para atender a los miles de enfermos. Bolsonaro tachó la covid de “gripecita”, criticó duramente el cierre de actividades, cargó contra los medios por “sobredimensionar el poder destructivo del virus” y recomendó medicamentos sin eficacia científica demostrada contra la covid como la ivermectina y la hidroxicloroquina. Brasil acumula el 10% de los fallecidos en el mundo pese a ser un 3% de la población mundial.

Posible imputación en la Corte Penal Internacional

Las 1.288 páginas del informe del Senado serán remitidas a la Justicia ordinaria, al Tribunal Supremo y organismos transnacionales como la Corte Penal Internacional de La Haya. El senador y presidente de la investigación, Omar Aziz, ha confirmado el envío este miércoles de sus acusaciones a la Fiscalía General brasileña, la Cámara de Diputados y la Corte Penal Internacional para que analicen las pruebas y los siguientes pasos para dirimir las posibles responsabilidades penales del presidente brasileño. La Corte Penal Internacional debe decidir si se considera competente para comenzar una investigación. Bolsonaro corre el riesgo de ser imputado ante la Justicia internacional. Los crímenes reflejados en el informe pueden justificar un juicio político para destituirle. La estrategia de la oposición parece más enfocada en enfrentarse a un desgastado presidente en las elecciones de octubre de 2022. Las encuestas vaticinan una victoria del expresidente Lula Da Silva frente a Bolsonaro.

18 millones de brasileños no se han presentado a tiempo a la segunda dosis

El expresidente de EE.UU., Donald Trump, ha expresado en un comunicado su apoyo a Bolsonaro: “Somos grandes amigos”. Youtube ha suspendido la cuenta de Bolsonaro durante una semana por asociar las vacunas de la covid con el sida. Youtube, Facebook e Instagram han borrado el vídeo. El 72% de los 213 millones de brasileños han recibido la primera dosis y el 52% la pauta completa. El Ministerio de Salud admite que la vacunación ha reducido en un 90% los fallecimientos y los contagios en los últimos siete meses. La alerta ha saltado este martes: más de 18 millones de brasileños que tienen su primera dosis no han regresado a por la segunda en el plazo establecido.

Los senadores sospechan de prácticas corruptas en la compra de vacunas. Bolsonaro rechazó un lote de compra preferente de la vacuna india Covaxin. El Senado sostiene que el gobierno puso en marcha una red de corrupción “nunca vista” en el Ministerio de Salud. Las pesquisas recogen la creación de un gabinete paralelo del presidente con médicos negacionistas que distribuían remedios sin eficacia para alentar a la población a salir a las calles.

“Los pacientes eran muchos más que el oxígeno disponible”

La semana pasada se vivieron momentos de gran emoción en la comisión. Unos pocos familiares de los más de 600.000 fallecidos por coronavirus en Brasil y algunos de los 21,7 millones de brasileños que han superado el virus han declarado ante la Comisión de Investigación Parlamentaria sobre la gestión de la pandemia del gobierno de Jair Bolsonaro.

Ante la falta de respiradores y camas UCI, los brasileños buscaban desesperadamente comprar tanques de oxígeno para tratar de salvar a sus familiares o amigos contagiados. Una enfermera explicó las enormes dificultades a las que tuvieron que enfrentarse los sanitarios durante los peores meses de la pandemia en Brasil: “Todo el oxígeno enviado por el gobierno y las personas benefactores no fue suficiente. Fue una gran cantidad. Pero lamentablemente la cantidad de pacientes fue mucho mayor a la cantidad de oxígeno enviada”.

La pandemia en Brasil ha dejado 606.246 fallecidos hasta este martes, cuando se confirmaron 442 decesos: “Las noticias falsas matan”, remarca el informe del Senado. Las personas que han contraído el virus en Brasil alcanzan las 21.748.984 tras los 13.424 nuevos contagios confirmados el martes. El país carioca es el segundo país del mundo con más fallecidos por coronavirus por detrás de Estados Unidos. Brasil es la tercera nación que más contagios registra tras EE.UU. y la India.

A inicios de mes, decenas de miles de personas salieron a las calles de 305 ciudades de Brasil para protestar una vez más contra el presidente Bolsonaro convocados por nueve partidos progresistas. El sábado 2 de octubre las reivindicaciones giraban en torno a la crisis económica, el 14% de paro, la inflación, las críticas al negacionismo de Bolsonaro y los ataques del mandatario a la división de poderes. Bolsonaro ha anunciado este miércoles que estudia la privatización de la petrolera estatal Petrobras: “Me da dolores de cabeza”. El drástico incremento de los precios de la energía está profundizando su desgaste y disminuyendo más los índices de aprobación del exmilitar de 66 años. Los mensajes que se leían en las pancartas reflejan la indignación de buena parte de la sociedad por la gestión sanitaria del presidente brasileño: “Fuera Bolsonaro. Fuera genocida”.