Sucesos

Condenado un pasajero a cinco años de prisión tras ser pillado en pleno vuelo viendo pornografía infantil

Donald Max Ingram, de 70 años, fue denunciado por otro pasajero que viajaba en el mismo avión después de “cazarle” viendo ese tipo de imágenes en su teléfono móvil

Donald Max Ingram admitió ante la Policía que había usado su teléfono móvil para acceder y ver imágenes de abuso sexual infantil
Donald Max Ingram admitió ante la Policía que había usado su teléfono móvil para acceder y ver imágenes de abuso sexual infantilWFLALa Razón

Un hombre de 70 años, Donald Max Ingram, que fue denunciado por un pasajero que viajaba en el mismo avión por ver imágenes de pornografía infantil en su teléfono móvil, fue condenado a cinco años de prisión por un juez federal de Tampa (oeste de Florida).

El juez Thomas P. Barber también ordenó que, cuando el hombre cumpla su condena quede en libertad supervisada de por vida y que se registre como delincuente sexual.

Asimismo, el condenado, que se había declarado culpable el pasado mes de mayo, deberá pagar 3.000 dólares para compensar a las víctimas del delito y los dispositivos electrónicos utilizados en la comisión del delito le fueron confiscados.

Según documentos judiciales, el 14 de septiembre de 2020 Ingram se encontraba a bordo de un vuelo a Florida cuando otro pasajero lo observó viendo material de abuso sexual infantil en su teléfono celular. El pasajero alertó a la policía cuando el avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional St. Pete-Clearwater, donde agentes policiales lo detuvieron y solicitaron ayuda al FBI.

Ingram confesó a la policía que había usado su teléfono celular para acceder y ver imágenes de pornografía infantil y consintió en que se hiciera una búsqueda en su teléfono. Un análisis forense posterior del teléfono celular de Ingram reveló que poseía 59 imágenes que mostraban a niños siendo abusados sexualmente y algunos eran menores de 12 años.

Este es otro caso presentado como parte del Proyecto Niñez Segura, una iniciativa nacional lanzada en mayo de 2006 por el Departamento de Justicia para combatir la creciente epidemia de explotación y abuso sexual infantil.