Debacle en las elecciones
Argentina castiga al peronismo en las urnas
El presidente Alberto Fernández trata de vender como triunfo la pérdida del Senado por primera vez desde 1983. La derrota reabre la crisis con la vicepresidenta Cristina Kirchner
El presidente argentino, Alberto Fernández, llamó a sus simpatizantes a una marcha en Buenos Aires el próximo miércoles para festejar el «triunfo» de su Frente de Todos en las elecciones parlamentarias de este domingo. Una huida hacia adelante ante los números menos alentadores: su coalición quedó casi 8 puntos por debajo en el voto nacional, perdió el control del Senado y perdió el voto en 15 provincias.
Pero el foco está en la provincia de Buenos Aires, donde vota el 40% del electorado nacional. Allí, los opositores Juntos lograron una ventaja de apenas el 1,3% cuando en las primarias la diferencia había sido cuatro veces más grande. En el resto de la provincia, la oposición liderada por Mauricio Macri se impuso muy ampliamente con una diferencia de 22%.
El domingo votaron 34 millones de argentinos para elegir a 127 diputados y 24 senadores del Congreso de la nación austral. Con el 98,76% de las mesas escrutadas a nivel nacional, la coalición opositora Juntos por el Cambio obtuvo un rotundo triunfo en Buenos Aires y abarcó el 38,08% de los votos ante el 30,07% del Frente de Todos.
Es primera vez desde la vuelta de la democracia, en 1983, que el peronismo no tendrá quórum propio en la Cámara Alta. La oposición también creció en la Cámara de Diputados, aunque el oficialismo logró mantenerse como la primera minoría y se prevé que siga presidida por el diputado Sergio Massa.
El kirchnerismo logró reducir de más de 4% a menos de 2% la ventaja que tenía Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires; sin embargo, no le alcanzó para dar vuelta a la elección, imponiéndose también allí la oposición. En total, el Gobierno perdió en 15 de las 24 provincias, incluida la de Santa Cruz, cuna del kirchnerismo, donde quedó de tercero.
La sorpresa de la elección fue el surgimiento de las fuerzas liberales de derecha, representadas por Javier Milei, en la ciudad de Buenos Aires –convertido en tercera fuerza electoral–, y José Luis Espert, en la provincia de Buenos Aires, quienes lograron entrar al Congreso con cinco diputados. Asimismo, la Izquierda tuvo una buena elección y logró convertirse en tercera fuerza a nivel nacional.
En un mensaje televisado a la nación, Fernández llamó a sus opositores a dialogar. «Una oposición responsable y abierta al diálogo es una oposición patriótica», afirmó. «Hoy empieza la segunda etapa de nuestro Gobierno y sé que necesitamos un horizonte. Tenemos derecho a la esperanza. Hablé y escuché a centenares de personas: todos y todas necesitan más certidumbres. Saber que cada día y cada vez estaremos un poco mejor», dijo Fernández en un discurso tras conocerse los primeros resultados.
«Con esta elección, termina una etapa muy dura de nuestro país que estuvo marcada por dos crisis: la crisis económica, heredada del Gobierno anterior, y la crisis sanitaria provocada por una pandemia que poco a poco vamos superando», agregó. Luego se informó que recibió una llamada de su vicepresidenta y jefa política, Cristina Fernández de Kirchner, para felicitarlo. La exmandataria no participó de eventos públicos argumentando un reposo de salud.
Victoria de los liberales
Sus detractores defendieron que el pueblo dijo «ya basta» a la manera de gobernar del kirchnerismo. Secundada por el expresidente Mauricio Macri y el jefe del gobierno capitalino Horacio Rodríguez Larreta, la diputada electa María Eugenia Vidal dijo que «ganaste vos, que pasaste un año encerrado que tuviste a tus hijos sin ir a la escuela, que tuviste que cerrar tu comercio».
El ganador en la provincia de Buenos Aires, Diego Santilli, augura que para la coalición de centroderecha se aproximan «dos años largos, dos años difíciles» para lo cual la oposición debe unificarse. La tarea no es fácil y deberá considerar a las fuerzas liberales que se han consolidado con estas parlamentarias. Por un lado, el grupo liderado por Javier Milei, que se convirtió en la tercera fuerza de la capital, que ya ha dicho no querer dialogar con ningún otro factor. «La casta tiene miedo», festejó al conocer los resultados.
El otro grupo liberal está encabezado por José Luis Espert, quien dijo querer entenderse con todas las fuerzas políticas. «Hemos casi duplicado la cantidad de votos que conseguimos en las PASO. Y multiplicamos por seis los que sacamos en 2019. Vamos a volver a romper otro récord en el 2023», afirmó Espert.
A Alberto Fernández le quedan dos años de mandato, y deberá conducirlos sin mayoría en el Senado y con una primera minoría en el Congreso de los diputados. Deberá por tanto buscar acuerdos visto que el Legislativo está llamado a tratar próximamente desde reformas judiciales y tributarias hasta un eventual acuerdo para renegociar una deuda de 45.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un organismo de mala reputación en la nación austral pero necesario para equilibrar las cuentas nacionales.
Este domingo, el presidente Fernández anunció que “en la primera semana de diciembre de este año enviaremos al Congreso de la Nación un proyecto de ley que explicite el ‘Programa económico plurianual para el desarrollo sustentable’”, el cual reúne los compromisos con el FMI en las negociaciones que adelanta el ministro de Economía, Martín Guzmán, “in renunciar a los principios de crecimiento económico e inclusión social”.
Todo ello deberá ocurrir en medio de una pobre evaluación de gestión, debido al impacto y manejo de la pandemia pero también por la inflación que supera el 50%, con mayor impacto sobre las clases bajas. Además, han sido notorias las disputas dentro de la coalición gobernante entre Fernández y su poderosa vicepresidenta, generando incertidumbre en el país.
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