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La extraña desaparición de la tenista Peng Shuai y su posible relación con Xi Jinping

A principios de noviembre, la jugadora confesó abusos por un ex alto cargo del Partido Comunista y desde entonces nadie sabe dónde está

Esta mañana se difundió un supuesto correo electrónico que habría mandado la tenista al presidente de la WTA, Steve Simon, pero este dice no creer que fuera escrito por ella
Esta mañana se difundió un supuesto correo electrónico que habría mandado la tenista al presidente de la WTA, Steve Simon, pero este dice no creer que fuera escrito por ellaEDGAR SUREUTERS

Hasta el puesto número 189 habría que remontarse para encontrar el nombre de Peng Shuai en la clasificación de la WTA, la asociación femenina de tenis. No obstante, la jugadora china de 35 años, que en su día llegó a ser la número catorce del mundo, está en boca de todos este mes de noviembre porque, mismamente, nadie conoce dónde está.

El pasado 2 de noviembre, la tenista afirmó a través de la red social Weibo -similar a Facebook en China- que el que fue violada por el que fuera vicepresidente del país entre 2012 y 2017, Zhang Gaoli, que actualmente tiene 75 años. “Me llevaste a tu casa y me forzaste”, decía. Peng detalla que mantuvo una relación extramatrimonial con el político hasta que empezó a escalar puestos en el Partido Comunista de China (PCCh), pero hace tres años, el ya jubilado Zhang regresó a su vida. Con sentimientos de culpa, repulsa, rencor y miedo. Solo , relató lo que sufrió. Tardó veinte minutos en viralizarse su mensaje, pero calcó de tal forma que, más de dos semanas después, su paradero continua siendo un misterio. A raíz del revuelo, la mujer hubiera sido secuestrada por las autoridades chinas.

“No estoy desaparecida. Las acusaciones de abuso sexual no son ciertas. Estoy descansando en casa y estoy bien. Gracias por su preocupación”. dice.
“No estoy desaparecida. Las acusaciones de abuso sexual no son ciertas. Estoy descansando en casa y estoy bien. Gracias por su preocupación”. dice.La Razón

Esta mañana, la televisión estatal CGTN difundió un supuesto correo electrónico que habría mandado la tenista y que fue dirigido al presidente de la WTA, Steve Simon, en el que la jugadora afirmaba estar “bien y descansando”. “No estoy desaparecida. Las acusaciones de abuso sexual no son ciertas. Estoy descansando en casa y estoy bien. Gracias por su preocupación”. Pero Simon dice no “creer” que Peng fuera “quien escribiera ese mensaje”, y solo hace “aumentar a preocupación en cuanto a su seguridad y paradero”. “Peng mostró mucho valor al describir su denuncia de abusos sexuales contra un alto cargo del Gobierno chino. He tratado de contactarla de varias maneras, sin éxito”, dice, afirmando que ella “debe poder hablar libremente, sin coacción o intimidación”.

Tenistas y deportistas de todo el mundo se han movilizado en redes sociales para difundir su desaparición. “Recientemente he sido informado de una tenista (Peng) que ha desaparecido después de confesar que ha sido abusada sexualmente. Espero que ella y su familia estén a salvo. Estoy en shock por todo lo que ha sucedio, envío todo mi apoyo”, dijo Naomi Osaka, número 13 del mundo. “Espero que la encuentren, que esté bien. Es terrible, sólo puedo imaginar cómo se siente su familia”, aportó el tenista serbio Novak Djokovic.

Pero las autoridades solo han mostrado silencio, y cualquier referencia a la tenista es inexistente hoy en día en los medios oficiales del país -solo se puede encontrar la supuesta carta-. La censura en China es un tema que siempre ha causado numerosas polémicas. Una de las más recientes, el origen del coronavirus que apareció por primera vez en la asiática ciudad de Wuhan, pues el Ejecutivo chino se niega a que se investigue pese a los propósitos internacionales de saber cómo y por qué sucedió la pandemia que atañe al mundo hoy en día.

“Las voces de las mujeres deben ser escuchadas y respetadas, no censuradas”, aseveró el presidente de la asociación. Y es que gracias al movimiento #MeToo, que desencadenó escándalos como el caso Weinstein en Estados Unidos, las mujeres de todo el mundo que antes no podían hablar, por la razón que fuere, han conseguido el valor suficiente para denunciar agresiones sexuales, violaciones y demás abusos relacionados con académicos, empresarios o famosos, así como líderes, políticos y otras entidades públicas.

En China, mensajes con denuncias similares han sido censurados en redes como Weibo y Douban, y algunas internautas sospechan que el Gobierno ve en el movimiento una amenaza por el temor a que las acusaciones se extiendan a sus funcionarios. Pese a que el Código Civil chino -aprobado el año pasado- amplía la definición de acoso sexual o que el Ejecutivo aprobó este septiembre nuevas directrices que recogían cuestiones de género, la abogada no cree que las autoridades estén haciendo “suficiente” para defender los derechos de la población femenina. La que fuera número 1 del mundo en dobles en 2014, llegando a ganar Roland Garros o Wimbledon en esta especialidad, solo ha sido una víctima más de abusos sexuales y, desde este mes, pero parece que es una afectada de la represión china.