Kenosha

El caso de Kyle Rittenhouse reabre la tensión racial en Estados Unidos

El joven supremacista fue declarado inocente tras ser acusado de dos asesinatos durante los disturbios de Kenosha en 2020

El jurado declaraba, por unanimidad, “no culpable” a Kyle Rittenhouse de homicidio intencional y otros cuatro cargos presentados contra el joven, que ahora tiene 18 años. Pero los hechos se remontan un año y medio atrás, cuando era todavía menor de edad y participó en las protestas policiales de Kenosha, Wisconsin, la noche del 25 de agosto de 2020.

Con 17 años, Rittenhouse disparó con un arma de guerra contra los manifestantes para “proteger a la gente y a los negocios”, según sus propias palabras, en los disturbios enmarcados en las protestas raciales y contra el abuso policial extendidas por todo el país. “Tengo un rifle porque tengo que defenderme”, declaró esa misma noche a la prensa.

Sus disparos mataron a dos personas y dejaron a otra más herida. El adolescente, que defendía el uso de las armas en sus redes sociales e idolatraba a los agentes de la Policía, se encaminó la trágica noche del suceso junto a un grupo de civiles armados a las marchas policiales portando un fusil de asalto en sus manos, algo permitido en el estado de Wisconsin. Los videos publicados después y presentados como prueba en el juicio muestran la presencia de Rittenhouse en los disturbios, así como el momento en el que disparó contra sus víctimas “en defensa propia”. Argumento que le ha servido a la defensa para ganar el caso, convenciendo al jurado popular y consiguiendo la absolución del joven. Rittenhouse, que tuvo que sentarse antes de terminar de escuchar la resolución, abrazó a su abogado entre ciertas dificultades para respirar, quedando en libertad desde este viernes sin posibilidad de apelación.

Una decisión que ha generado malestar entre familiares de las víctimas y activistas que se han movilizado durante las 26 horas de deliberación en el juicio celebrado en la ciudad de Kenosha, con la esperanza de aliviar su dolor con lo que esperaban iba a ser una sentencia justa.

En Estados Unidos, si las personas creen que están en situación de riesgo de muerte o que pueden sufrir grandes daños físicos, les está permitido el uso la fuerza letal. La mayoría de los estados del país permiten que alguien que provoca violencia o actúa de manera ilegal, renuncie al derecho de autodefensa. Pero Wisconsin lo permite, siempre y cuando la persona haya “agotado todos los demás medios razonables para escapar o evitar la muerte o un gran daño corporal”.

La absolución de Rittenhouse amplía las diferencias raciales e ideológicas en un país ya de por sí dividido, reforzando la polarización de la sociedad estadounidense en torno al debate del uso de las armas. El sistema judicial estadounidense cuenta con un vacío de poder sobre el margen que da a los acusados que aseguran haber matado por miedo, incluso si las personas que les rodeaban en el momento de los hechos también tenían miedo.

División política

Las reacciones de los líderes políticos a la absolución del joven no se hicieron esperar. Los conservadores la consideraron una victoria, mientras que los liberales mostraron su preocupación por lo que calificaron de “fracaso del sistema de justicia penal”.

“Estoy de acuerdo con la decisión del jurado. El jurado funciona”, dijo Joe Biden al ser preguntado espontáneamente por la prensa el viernes a su llegada del hospital, donde le habían realizado su primera revisión médica desde que tomó posesión del cargo. Sin embargo, horas después, la Casa Blanca se vio obligada a rectificar las palabras del presidente.

“Mientras que el veredicto de Kenosha dejará a muchos enfadados y preocupados, entre los que me incluyo, debemos reconocer el veredicto del jurado”, señaló Biden en un comunicado con la finalidad de llamar a la calma y evitar que se extienda de nuevo la violencia por la resolución del veredicto. “No tiene cabida en nuestra democracia”, añadió el presidente de EEUU.

El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró que el veredicto ha servido como mensaje a los “vigilantes armados” de que “se puede violar la ley, llevar armas construidas para el Ejército, disparar y matar a gente, y salirse con la suya”. Una opinión opuesta a la visión republicana, que defiende la Segunda Enmienda de la Constitución, que otorga a los estadounidenses el derecho a poseer armas.

Para gran parte de la población, la absolución de Kyle Rittenhouse de todos los cargos presentados contra él fue una reivindicación de un adolescente inocente, casi heroico, que actuó con buenas intenciones. Pero, para muchos otros, la lectura fue totalmente contraria: una decepción hacia el sistema judicial que, una vez más, falla a favor de exculpar a hombres blancos de sus acciones violentas con fatales consecuencias.