La UE crea una “lista negra” de aerolíneas y touroperadores cómplices con la trata de personas

La Comisión Europea presentó este martes una propuesta para poder establecer una “lista negra” de las compañías de transporte que colaboren, ya sea de forma intencionada o sin ser conscientes de ello, con oleadas migratorias que tengan como objetivo desestabilizar al club europeo. De esta forma, Bruselas quiere responder al chantaje de dictadores como el bielorruso Alexander Lukashenko, quien en los último meses ha arrojado a miles de personas desesperadas desde Irak, los países del Golfo y Turquía hacia las fronteras europeas.

Los Veintisiete creen que no hablamos tan solo de una nueva crisis migratoria, sino de un problema de seguridad y de un ataque “híbrido”. Aunque ahora las capitales europeas están ultimando una lista de posibles empresas que están colaborando con Lukashenko, la Comisión Europea (CE) quiere ir más allá y que ningún otro país pueda utilizar ningún resquicio legal para una oleada migratoria de estas características. La propuesta presentada hoy incluye a las compañías de transporte por mar, tierra y aire, con sanciones adaptadas a las circunstancias. Esta posible batería de castigos incluye desde la suspensión de licencias y autorizaciones, limitar las operaciones en el mercado de la UE, la prohibición de sobrevolar y transitar e incluso la suspensión del derecho a repostar, hacer paradas o escalas.

“Los intentos de desestabilizar la UE instrumentalizando a personas no funcionarán. La UE está unida y ha tomado medidas para resolver la situación en las fronteras exteriores de la UE con Bielorrusia. Hoy presentamos una nueva propuesta para incluir en la lista negra a los operadores de transporte involucrados en el tráfico o la trata de personas en la UE. Nunca aceptaremos la explotación de seres humanos con fines político”, aseguró ayer la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Además, según explicó el vicepresidente Margaritis Schinas en rueda de prensa, el Ejecutivo comunitario también está preparando una reforma del espacio sin fronteras Schengen para que se puedan poner en marcha medidas extraordinarias, como el cierre de su fronteras, cuando se produzca una “instrumentalización”  de la migración. El objetivo es que, a partir de ahora, esta definición no sea tan solo política sino también legal, como modo de diferenciar esta situación de las oleadas migratorias que se producen por conflictos bélicos o catástrofes naturales.  

Además, la Comisión Europea también anunció 200 millones de euros adicionales para Polonia, Lituania y Letonia en la gestión de su fronteras, si bien la CE se sigue mostrando reticente a que estas ayudas europeas puedan utilizarse para financiar muros y vallas con alambradas que impidan el paso de los migrantes.