Opinión
La caída de Biden: los estadounidenses valoran el orden por encima de la demagogia
La mayor nación democrática necesita urgentemente que la racionalidad prevalezca sobre las emociones
Un año después de las elecciones presidenciales de 2020, en las que Joe Biden ganó con el mayor número de votos jamás emitidos para un candidato presidencial estadounidense, su aprobación se hundió a sólo el 38,7% en una encuesta reciente, y lo que es aún más importante es que la vida política estadounidense parece empezar a cambiar.
Desde 2016 la mayor división política fue causada por la agenda conservadora radical del presidente Donald Trump -y por la subsiguiente respuesta de la izquierda energizada por el movimiento BLM y el giro socialista del Partido Demócrata-. Los eslóganes y las promesas de la campaña de Biden de 2020 fueron los más izquierdistas de la historia de Estados Unidos, y se volvieron atractivos solo por el oponente al que apuntaban. Pero con la marcha de Trump, se está produciendo un cambio tanto en el campo republicano como en el demócrata.
Por un lado, a la gente de a pie en Estados Unidos le disgusta el gran gobierno y desea que sus estrategias de vida sean redactadas por ellos mismos. Por otro lado, valoran el orden por encima de la demagogia, y apoyan a quienes pueden ofrecerlo. Ambos momentos crearon enormes dificultades para la izquierda radical que afloró en las recientes elecciones en varios estados y ciudades clave de Estados Unidos.
El 2 de noviembre el candidato republicano Glenn Youngkin ganó las elecciones a gobernador en Virginia que votaron a Biden en 2020 con el tema más importante del derecho de los padres a tener voz en la redacción de los programas escolares que se vieron demasiado influenciados con la Teoría Crítica de la Raza de la ultraizquierda. Los republicanos superaron los resultados de Trump 2020 también en la carrera de Nueva Jersey mostrando que su partido puede hacerlo bien sin su “enfant terrible”. En la ciudad de Nueva York, el demócrataEric Adams, un ex policía de la ciudad, ganó con la promesa de restaurar el orden en la ciudad que sufrió mucho la pandemia de coronavirus.
Así pues, parece que la izquierda, tanto dentro como fuera del partido demócrata, puede enfrentarse a problemas en las elecciones intermedias de 2022, que son cruciales para ellos, ya que pueden perder fácilmente el control del Senado. Tanto entre los republicanos como entre los demócratas, el “partido del sentido común” está ganando terreno, y esto puede transformar seriamente la política estadounidense, que ha estado dominada por el intenso enfrentamiento de los dos grandes partidos desde al menos el comienzo del milenio.
Y parece una tendencia prometedora, ya que la mayor nación democrática necesita urgentemente que la racionalidad prevalezca sobre las emociones, y las opciones individualistas, sobre las divisiones étnicas y de clase. Si esto ocurre, surgirá una oportunidad para restaurar los Estados Unidos tal y como los conocíamos, por primera vez en el siglo XXI.
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