Crisis migratoria

Bruselas relaja las normas de asilo para Polonia y los países bálticos

Las ONG denuncian la violación de los derechos de los migrantes

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La Comisión Europea propuso ayer relajar las normas de asilo para que Polonia, Letonia y Lituania tengan más tiempo para tramitar estas demandas y asimismo puedan acelerar las repatriaciones de las solicitudes que sean denegadas. Se trata de una iniciativa controvertida que ha levantado críticas tanto por parte de las organizaciones no gubernamentales como de la bancada socialista en la Eurocámara a pesar de que Bruselas insistió una y otra vez en que no se conculcan los derechos fundamentales de los demandantes de asilo.

Se trata de una medida temporal de seis meses para hacer frente a las llegadas de migrantes propiciadas por parte del dictador bielorruso, Alexander Lukashenko, como forma de desestabilizar el club comunitario, en lo que Bruselas ha definido como un «ataque híbrido». Los tres países antes mencionados tendrán hasta cuatro semanas, frente al plazo actual de entre tres y diez días. Este proceso puede alargarse hasta 16 semanas, ya que existe el derecho de apelar. Durante este período de tiempo, los migrantes deberán permanecer en los centros fronterizos habilitados y los Estados de entrada tienen el deber de proveer de condiciones adecuadas como alimento, refugio, ropa, atención médica y asistencia legal. A pesar de que los migrantes no tienen la obligación de permanecer encerrados en estos puntos fronterizos, las ONG alertan de que «de facto» la situación será muy similar y creen que el alargamiento de los plazos solo conseguirá que estas personas tengan que soportar las malas condiciones de una situación tan precaria durante más tiempo.

Otra de las grandes dudas es hasta qué punto la propuesta resulta viable y acorde a la situación actual, ya que las últimas informaciones apuntan a que Polonia en las últimas semanas está enviando de nuevo a los migrantes a Bielorrusia, impidiendo que puedan llegar a estos puntos fronterizos para registrar estas demandas de asilo. Bruselas estudia los cambios introducidos en la legislación polaca y pide que el Gobierno permita el acceso en la frontera a medios de comunicación y organizaciones humanitarias, pero resultan evidentes los intentos de Bruselas de apoyar a estos países y no ahondar en las críticas.

Bruselas está ultimando una nueva ronda de sanciones para compañías aéreas y agencias de viajes que colaboren con este tipo de desplazamientos a las fronteras europeas y el Ejecutivo comunitario ha negociado con varios países de la región para que pongan en macha vuelos de repatriaciones.