Aumenta la tensión

El plan ruso para invadir Ucrania en enero de 2022

Biden y Putin se reunirán el martes tras la tensión en la frontera ucraniana y el posible despliegue de 175.000 tropa

Tropas rusas frontera Ucrania
Tropas rusas frontera UcraniaTania Nieto

Rusiaplanea desplegar tropas con 175.00 soldados para invadir Ucrania, la mitad de los cuales ya estarían posicionados en diversos puntos de la frontera, según han desvelado los servicios de inteligencia estadounidenses. Un funcionario de la Administración Biden ha dado a conocer, bajo la condición de anonimato, las intenciones de Rusia sobre la inminente ofensiva militar previstas para llevar a cabo coincidiendo con el inicio del próximo año, a principios de 2022. Al parecer, los planes de Rusia también incluirían el desplazamiento de 100 grupos técnicos de batallones rusos junto con artillería, blindaje y equipo militar.

«Rusia planea una ofensiva militar contra Ucrania tan pronto como a comienzos de 2022 con el doble de fuerza de lo que vimos esta primavera durante los ejercicios rusos de la pasada primavera cerca de la frontera ucraniana», señaló al «Washington Post», el primero en acceder a estos nuevos informes de inteligencia.

Tropas rusas frontera Ucrania
Tropas rusas frontera UcraniaTania Nieto

Poco después de darse a conocer la noticia, el Kremlin informaba que este martes 7 de diciembre, el presidente ruso y su homólogo estadounidense mantendrán una cumbre telemática. Entre los puntos más destacados sobre la mesa: la pandemia o la lucha contra el cambio climático, si bien se espera que otros temas de rigurosa actualidad, como la posible invasión militar en Ucrania o el futuro de las negociaciones del pacto nuclear con Irán, acaparen toda la atención. El pulso entre Ucrania y Rusia destacaba en las portadas de la prensa internacional este fin de semana, a la espera del encuentro entre Putin y Rusia. El presidente de EE UU, a propósito de la posible intervención militar rusa, aseguró que «hace mucho que estamos al tanto de las acciones de Rusia y mi expectativa es que vamos a tener una largar discusión», adelantó el presidente Biden antes de abordar el Marine One, su helicóptero presidencial. «No aceptaré la línea roja de nadie».

Pero el Kremlin buscará a toda costa, a través de la llamada entre el presidente ruso y su homólogo estadounidense, garantías vinculantes que impidan que la OTAN permita la entrada de Ucrania como miembro de la Alianza.Biden, por su parte, se comprometió a hacer «muy, muy difícil» que el presidente ruso emprenda una acción militar en Ucrania, y aseguró que las nuevas iniciativas de su Administración estarán destinadas a disuadir esa opción para Rusia. «Lo que estoy haciendo es reunir lo que creo que será el conjunto más completo y significativo de iniciativas para hacer muy difícil que Putin siga adelante y haga lo que a la gente le preocupa que pueda hacer», añadió el presidente Biden.

Estados Unidos considera que una posible intervención militar de Rusia en Urania acarrearía «graves consecuencias», tal y como le señaló el secretario del Departamento de Estado de EE UU, Antony Blinken, al jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, durante la reunión que ambos mantuvieron en Estocolmo.

El único encuentro hasta ahora producido entre ambos presidentes, Joe Biden y Putin, tuvo lugar durante la Cumbre de Ginebra el 16 de junio. En esa primera toma de contacto cara a cara, ambas potencias atravesaban un período de tensión en sus relaciones bilaterales por los confirmados ciberataques rusos a EE UU, así como la crisis de seguridad nuclear y las diversas condenas internacionales por las maniobras rusas contra los derechos humanos, como la del opositor ruso Alexei Navalni.

Ahora, bajo la misma tensión previa, el contexto es otro. Rusia ha redoblado sus exigencias a EE UU para que Biden garantice que Ucrania no tendrá permitida la entrada a la OTAN. Pero, por otro lado, el 58% de los ucranianos quiere pertenecer a la OTAN. Así lo pone de manifiesto una encuesta realizada hace unas semanas, que daba a conocer el deseo de la mayoría de la población de Ucrania, decisión ocasionada por las crecientes hostilidades con Rusia tras su anexión de Crimea hace siete años. Inusual es encontrar un ucraniano que no tenga un conocido víctima del conflicto en el frente, que ha dejado un balance de más de 14.000 muertos. En marzo de 2014, el mismo año que Rusia se anexionó Crimea, las encuestas mostraban apenas un apoyo del 13%.