Rusia

Cuando Putin ganaba un dinero extra como taxista: “Odio decirlo, pero desgraciadamente también fue así”

El presidente de Rusia sostiene que el colapso de la Unión Soviética también le pasó factura como ciudadano de a pie

Vladimir Putin
Vladimir PutinEVGENY ODINOKOV / SPUTNIK / KREMEFE

Vladimir Putin trabajó de taxista para conseguir un dinero extra antes de ser presidente de Rusia. Así lo confesó el inquilino del Kremlin en un documental que será emitido próximamente en el que lamenta el colapso de la Unión Soviética hace tres décadas, reconociendo que fue el fin de la “Rusia histórica”. De Putin conocemos su pasado como burócrata y agente de los servicios secretos, pero nunca hasta ahora el mandatario había hablado tan claramente de sus “otros trabajos”.

“A veces tenía que trabajar en varias cosas, también como conductor. Odio decirlo, pero desgraciadamente también fue así”, relata Putin en el documental Historia contemporánea, de la cadena rusa Rossiya 24, de acuerdo con lo publicado por la agencia rusa de noticias Ria Novosti.

“A veces tuve que ganar dinero extra”, explicó el mandatario ruso. “Después de todo, ¿qué fue el colapso de la Unión Soviética? El colapso de la Rusia histórica bajo el nombre de la Unión Soviética”, agregó. “Nos convertimos en un país completamente diferente. Y lo que se había construido durante 1.000 años se perdió en gran parte”, dijo Putin, y agregó que 25 millones de rusos en países recientemente independizados se encontraron repentinamente aislados de Rusia, parte de lo que él llamó “un gran tragedia humanitaria “.

Putin fue agente del servicio de Inteligencia de la URSS, la KGB, hasta la caída del Muro de Berlín. En 2018, las autoridades alemanas informaron del hallazgo de un carné a nombre de Putin, emitido por la Stasi, la policía política de la extinta República Democrática de Alemania (RDA), emitido el 31 de diciembre de 1985 y renovado hasta final de 1989. Putin fue testigo de la toma del cuartel general de la Stasi en Dresde por parte de unos 5.000 manifestantes el 5 de diciembre de 1989, durante la revolución pacífica que selló el fin de la Alemania comunista.

Putin llegó a Dresde en 1985, con 33 años y su estancia en esta ciudad de la Alemania oriental fue un buen momento en la vida del dirigente, tal y como ha relatado en varias ocasiones. Allí perfeccionó su alemán que después utilizó para comunicarse con la ex canciller Angela Merkel. Su trabajo en Dresde consistía en tareas administrativas, pero también labores de espionaje, tal y como reveló el dirigente, quien ha contado que los espías del KGB eran siempre personas con “cualidades y convicciones especiales, un tipo particular de individuo”.