JFK

Biden desclasifica los documentos más polémicos del asesinato de Kennedy

La CIA trató de que no vieran la luz estos informes, mucho de ellos relacionados con la conexión de Oswald con Rusia

Fotografía del 22 de noviembre 1963 en donde aparece JFK acompañado de su esposa, Jacqueline, momentos antes de su asesinato
Fotografía del 22 de noviembre 1963 en donde aparece JFK acompañado de su esposa, Jacqueline, momentos antes de su asesinatolarazon

Durante varias semanas, el presidente de Estados Unidos Joe Biden ha ido retrasando una vieja promesa: la desclasificación de los últimos documentos relacionados con las investigaciones oficiales sobre el asesinato de John F. Kennedy. La publicación de esta última remesa de informes había sido boicoteada por la CIA que consideraba que aún existían en los Archivos Nacionales de Washington papeles con “información sensible” y que no era conveniente que vieran la luz. Finalmente, pese a las presiones, se han puesto a disposición de todos los investigadores 1.491 documentos que arrojan nuevas informaciones sobre el magnicidio de Dallas sucedido el 22 de noviembre de 1963, una de esas heridas que no han acabado de cicatrizar en la sociedad estadounidense.

Entre los informes destacan los relacionados con quien se considera el sospechoso oficial del crimen: el ex marine Lee Harvey Oswald quien, a su vez, fue asesinado dos días después en el garaje del Departamento de Policía por Jack Ruby, el dueño de una sala de fiestas. Los nuevos documentos nos permiten seguir los pasos de Oswald antes los hechos de Dallas durante un oscuro viaje a Ciudad de México en septiembre de 1963 que ha generado muchísima especulación. Gracias a los Archivos Nacionales ahora podemos saber que Oswald se reunió con el cónsul soviético el 26 de septiembre, una información que se obtuvo gracias al pinchazo del teléfono de la sede diplomática. El diplomático, llamado Valery Kostikov, también era agente del KGB, según apunta un memorándum secreto de la CIA del 23 de noviembre de 1963. La reunión le pareció sospechosa a los investigadores estadounidenses.

Imagen de Lee Harvey Oswald con un rifle, antes de cometer el atentado contra Kennedy
Imagen de Lee Harvey Oswald con un rifle, antes de cometer el atentado contra KennedylarazonLa Razón

El 27 de septiembre de 1963, siempre según la información reunida por la CIA en México, Oswald llamó a la embajada soviética pidiendo un visado para huir a Odessa, en la URSS. Al día siguiente, Oswald acudió a la embajada cubana en la capital mexicana para pedir ayuda. La persona que lo atendió, Silvia Durán, llamó inmediatamente a las autoridades soviéticas para tratar de ayudar al joven estadounidense que ya había desertado con anterioridad. Oswald incluso se reunió con el agregado militar soviético en la embajada de la URSS. Todo demasiado sospechoso.

El informe confirma que el día después del asesinato de John F. Kennedy, tanto Silvia Durán como su marido fueron arrestados e interrogados sobre su posible implicación en la tragedia de Dallas. Silvia reconoció que Oswald era “un comunista y un admirador de Castro”. La CIA espió también esos días a Kostikov, pero no encontraron ninguna actividad sospechosa tras la muerte del presidente Kennedy. Por los informes podemos saber que incluso el mandatario mexicano del momento, López Mateos, fue informado de todos estos hechos para que se comprometiera a ayudar a Estados Unidos a resolver el crimen.

Pero no toda la información es de 1963. En 1977 todavía seguían llegando nuevos datos. Algunos de ellos abrían nuevas vías de investigación y fueron tenidos en cuenta. En este caso se señalaba a los exiliados castristas como posibles sospechosos del magnicidio. La embajada de Cuba en Jamaica, a través de su máximo responsable, había informado de que tenían datos de la participación en Dallas de Pedro Díaz Lanz o su hermano Marcos, jefe y jefe adjunto, respectivamente, de la Fuerza Aérea Cubana. Ambos entraron en Estados Unidos como exiliados a mediados de 1959, estando relacionados con numerosas actividades sospechosas con Frank Sturgis, uno de los oscuros “fontaneros” del Watergate. Desde la CIA se sospechaba que los dos hermanos habrían participado en alguna actividad de la Agencia. Un cable del Ministerio de Asuntos Exteriores cubano, recibido por la embajada en Jamaica, apuntaba que al menos Marcos Díaz como uno de los principales responsables del asesinato. La fuente que había pasado estos datos a la CIA admitía que no podía decir más “sin poner en peligro su seguridad”.