Boicot de la oposición

La abstención protagoniza las polémicas elecciones “patrióticas” en Hong Kong

Organizados bajo la supervisión de China y diseñados para que solo los “patriotas” puedan ocupar el poder, la oposición boicotea los comicios

En una calle desierta de gente cuatro policías antidisturbios armados custodian un colegio electoral semi vacío, respaldados por pancartas con imágenes de candidatos pro-Pekín al consejo legislativo de Hong Kong.

Una imagen que resume una jornada en calma con la participación más baja en la historia de Hong Kong, en las primeras elecciones generales del centro financiero bajo la supervisión de Pekín, diseñadas para que se garantice que sólo los “patriotas” puedan ocupar el poder.

Estos comicios se han convertido en otra prueba de la resistencia de la oposición hongkonesa, que mediante una campaña de boicot internacional y bajo el lema “Liberad a mi candidato”, pedía la liberación de 47 activistas prodemocracia encarcelados a espera de juicio.

En un momento en el que la mayoría de los partidos políticos, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil favorables a la democracia se han visto obligados a disolverse, el bajo índice de participación o los votos en blanco a modo de protesta han revelado el sentimiento de los hongkoneses en esta era sin líderes.

Tan sólo tres de los 153 candidatos que se presentaron al Consejo Legislativo (LegCo) de Hong Kong son demócratas, mientras que la mayoría restante son funcionarios del gobierno elegidos a dedo, lo que para las voces críticas desacredita la idea de que esta votación -que ha sido presentada por el Ejecutivo como una muestra de democracia- conserve cualquier atisbo de legitimidad.

Las elecciones se han visto aún más empañadas por esta ausencia -por primera vez en la historia de Hong Kong- de partidos de la oposición, tras la lucha encarnizada emprendida por Pekín contra el combativo movimiento prodemocrático de la ciudad. Durante los dos últimos años, parlamentarios y activistas han sido, en masa, detenidos bajo la Ley de seguridad nacional, encarcelados u obligados a exiliarse.

Los candidatos pro-Pekín han disfrutado de un impulso en las urnas, ya que el Gobierno tomó medidas para favorecer a sus votantes el poder emitir su voto. Por primera vez se instalaron colegios electorales en los puntos de control fronterizo con China continental, lo que ha favorecido que los del continente pudieran ejercer su voto sin estar sujetos a la cuarentena de entrada relacionada con la pandemia. Los candidatos con la bendición de Pekín han podido beneficiarse de la movilización masiva de participantes de la parte continental, sin ser controlada.

A comienzos de este año, la asamblea legislativa de la ciudad, controlada por legisladores leales al partido comunista, aprobó un paquete de reformas electorales impuesto por la Asamblea Popular Nacional (APN). El paquete despojaba a los hongkoneses de su capacidad de designar a sus candidatos para presentarse a las elecciones del LegCo en las circunscripciones geográficas.

Ahora, estos deben obtener al menos dos nominaciones de los representantes locales en el CNP o en la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), además de ser aprobados por el Comité de Revisión de la Elegibilidad, presidido por el Secretario General del Gobierno, antes de presentarse a las elecciones. Antes de la reforma, una persona que pretendiera ser candidato sólo debía obtener las candidaturas de 100 votantes de la misma circunscripción.

Tanto Pekín como las autoridades hongkonesas calificaron esta remodelación como un “sistema mejorado”, que garantiza la aplicación de la política de “patriotas gobernando Hong Kong”. Sin embargo, la mayoría de los residentes pro democracia la ven como un cercenamiento incesante de las libertades de la ciudad. La Jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, y su gabinete no logran convencer a los hongkoneses de que quitarles el derecho a designar sus candidatos sea una “mejora”. Con varios cientos de políticos a favor de la democracia que desempeñaron un papel importante en las protestas de 2019 actualmente entre rejas o viviendo en el exilio, muchos menos candidatos se han atrevido a presentarse.

Se entiende que la voz de la disidencia será significativamente más débil en la cámara bajo el nuevo sistema electoral, y los legisladores pro-democracia serán considerados como un escaparate, sin influencia política real.

El fin del principio “un país, dos sistemas”

Hasta hace poco, Hong Kong había disfrutado de una semidemocracia con la protección de las libertades civiles y la preservación del Estado de Derecho. Según el tratado sino-británico de 1984, la antigua colonia debía seguir siendo una jurisdicción separada de la República Popular China durante 50 años tras su entrega a la madre patria en 1997. Pero Pekín no ha esperado hasta 2047. Consternado por las masivas movilizaciones “del paraguas” a favor de la democracia en 2014 y más tarde contra la ley de extradición en 2019, el Gobierno chino ha decidido darlo por zanjado.

El panorama político es otro desde la última vez que los votantes de Hong Kong acudieron a las urnas. Las elecciones al consejo de distrito de noviembre de 2019 supusieron una victoria rotunda para los partidos de la oposición de Hong Kong, alimentando el optimismo de que podrían aprovechar ese impulso para las elecciones al Consejo Legislativo en 2020.

Si los hongkoneses no habían sido lo suficientemente elocuentes con las enormes protestas callejeras, dejaron claro en las urnas que un futuro de gobierno autoritario desde Pekín no era como querían que se cumpliera la promesa de “Un país, dos sistemas”.