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Pena de muerte

Las cinco maneras de ejecutar a un preso que aún siguen vigentes en el mundo

El ahorcamiento, la silla eléctrica y la inyección letal son métodos usados en países desarrollados como Japón y Estados Unidos

Una silla eléctrica en Columbia, Carolina del Sur, en una imagen de archivo Kinard Lisbon / ApLa Razón

La crueldad del ser humano no tiene límites. En el siglo XVIII, por no hablar de la época medieval, los sistemas de ajusticiamiento en algunos estados para criminales acusados de delitos mayores incluían muertes tan desagradables como el apaleamiento, decapitaciones, la hoguera y el aplastamiento entre dos piedras. Los efectos a veces tan lamentables y dolorosos para los reos hizo que se buscaran alternativas más “limpias”.

En las últimas décadas las autoridades implantaron alternativas “más humanas” para aplicar la pena de muerte como la inyección letal, pero aún persisten métodos arcaicos como el ahorcamiento, una práctica que no es exclusiva de Irán y que es utilizada en naciones tan desarrolladas como Japón. Estos son los cinco métodos de ajusticiamiento usados en distintas regiones y países. Curiosamente, es la negativa de los laboratorios a verse relacionados con la producción de fármacos destinados a la pena capital lo que ha hecho que las autoridades locales hayan optado por otras alternativas, como las que se cuentan a continuación:

Fusilamiento

El pelotón de fusilamiento es uno de los métodos de ejecución más antiguos y recurrentes. La historia de la literatura e incluso la pintura da cuenta de este sistema de ajusticiamiento que se mantiene activo en cuatro estados de Estados Unidos: Carolina del Sur, Misisipi, Oklahoma y Utah. Carolina del Sur ha sido uno de los últimos lugares en aprobar el fusilamiento. Esta decisión se produjo después de que los responsables de las prisiones se quedaran sin fármacos para evitar que los reos sufran físicamente en una larga agonía.

Inyección letal

Es el método más común de ajusticiamiento en Estados Unidos. La primera vez que se utilizo fue en 1977 tras ser presentada por el médico Jay Chapman como una opción menos dolorosa para el condenado y más humana que las prácticas habituales en ese época, como la electrocución y el ahorcamiento, esta última todavía vigente en algunos países.

La anestesia letal suelen contener tres sustancias: tiopental sódico, con efecto sedante; bromuro de pancuronio, que paraliza la musculatura del aparato respiratorio; y cloruro potásico, que induce a la parada cardiaca. En algunos estados como Texas se ha aplicado una inyección de una sola sustancia, el pentobarbital, utilizada en el sacrificio de animales. Expertos médicos y organizaciones de derechos humanos han denunciado en múltiples ocasiones que la inyección letal no es un método menos doloroso e inhumano.

Ahorcamiento

Es el método de ajusticiamiento más común en Japón, donde la penal capital está estipulada a menudo para condenados por asesinatos múltiples. La muerte por ahorcamiento en Japón se practica sobre reos que son informados unas horas antes de su ejecución, incluso a aquellos que pueden haber pasado varios años en el corredor de la muerte. No es el único país donde se practica. En Estados Unidos es legal en Delaware, New Hampshire y Washington.

Según explica Amnistía Internacional, en España, la horca fue el método de ejecución más común hasta el año 1832, momento en que fue sustituida de forma sistemática por el garrote. Históricamente ha sido en los países anglosajones donde más se ha empleado esta alternativa, especialmente en sociedades racistas como Suráfrica y Estados Unidos.

Cámara de gas

La cámara de gas como sistema de ejecución está autorizada en siete estados de Estados Unidos. En algunos lugares el gas utilizado es el Zyklon B, nombre para designar al cianuro que los nazis emplearon en el pasado durante el Holocausto. El denominado Zyklon B es una sustancia que se fabricó inicialmente para su uso como pesticida. El pasado mes de junio, las autoridades del estado de Arizona, en EEUU, acondicionaron una cámara de gas de una prisión con las sustancias necesarias ara producir el compuesto químico mortal utilizado por los nazis. “Si el Estado “no puede conseguir drogas de inyección letal, entonces nos estamos preparando para llevar a cabo las ejecuciones con gas cianuro”, dijo en su día Robert Dunham, director ejecutivo del Centro de Información sobre la pena de muerte.

Silla eléctrica

Thomas Edison impulsó el uso de la primera silla eléctrica con corriente alterna en Estados Unidos. Pese a que en varios estados de EEUU se consideraba que era un método menos agresivo, varios tribunales como el Supremo de Nebraska acabaron dictaminando que la electrocución, que consiste básicamente en quemar los órganos internos del condenado, produce un intenso dolor y un “sufrimiento agonizante”. En el pasado se registraron casos de personas a las que les salía humo por la cabeza o por las piernas.

El primer ejecutado con la silla eléctrica fue William Kemmler, que murió en la prisión de Auburn en 1890. Durante el primer tercio del siglo XX fue el método más usado en Estados Unidos. En los primeros años del siglo XXI se seguía aplicando en Alabama, Florida, Nebraska, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia. En Tennessee, Nicholas Sutton -condenados por cuatro asesinatos- fue electrocutado en 2020 con una primera descarga de 1.750 voltios durante 20 segundos.

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