Máxima tensión

Ucrania mantiene el pulso en la frontera con Rusia con el apoyo de Estados Unidos

Según las autoridades ucranianas, Moscú mantiene ya a cerca de 122.000 militares en la zona que le une con el país

Soldados ucranianos vigilan la frontera con Rusia
Soldados ucranianos vigilan la frontera con RusialarazonAP

La tensión vuelve a instalarse en la frontera oriental de Ucrania.  La situación entre los vecinos es la más tensa desde que Rusia invadió ilegalmente Crimea en 2014. El ejército ucraniano empezó a realizar pruebas militares cerca de Donetsk, la región controlada por los separatistas apoyados por Moscú; armados con misiles FGM-148 Javelin de fabricación estadounidense,Kiev busca demostrar a Vladimir Putin que no está sola y que cuenta con los apoyos y el armamento necesario en caso de una ofensiva. Por su parte, Putin sigue culpando a Occidente de las tensiones en la frontera y afirmó ayer que su país tiene “todo el derecho de reaccionar con dureza a los actos hostiles”. Rusia también está realizando entrenamientos militares en la zona.

El ministro de exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, aseguró que una hipotética guerra sería disputada únicamente por los propios ucranianos. Cerrando, de momento, la puerta a un despliegue militar extranjero. Kiev ve en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con Estados Unidos a la cabeza, una garantía militar para protegerse de Rusia. El gobierno de Volodímir Zelenski ha reiterado en numerosas ocasiones la voluntad de su país para ingresar en la alianza. Para Moscú, Ucrania es intocable y su incorporación sería interpretada como una agresión. Washington apoya a Zelenski y asegura que Ucrania es un país soberano y que la decisión de unirse a la OTAN depende exclusivamente de Kiev, no de los intereses del presidente ruso. “Depende de Ucrania y de los 30 aliados [de la OTAN] decidir cuándo Ucrania está lista para unirse a la alianza”, dijo Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza, Rusia “no tiene veto ni derecho a interferir en ese proceso”.

Según Ucrania, Moscú mantiene a cerca de 122.000 militares a lo largo de la frontera. Las imágenes de satélite muestran un gran despliegue en el campo de entrenamiento de Pogonovo en la región de Voronezh y en Novoozernoye, en la península de Crimea. Los servicios de inteligencia occidentales, así como los de Ucrania, trabajan con la teoría de una posible incursión o invasión que podría ocurrir a principios de 2022. “El momento más probable para llegar a la preparación para la escalada será a fines de enero”, comentó el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov. A pesar del aumento de efectivos y entrenamientos en la zona,Rusia niega estar planeado cualquier ataque y reiteró las acusaciones a Ucrania y Estados Unidos de comportamiento desestabilizador, argumentando que sus movimientos son solo una garantía de seguridad ante la expansión de la OTAN. Putin quiere que la OTAN renuncie a su actividad militar en Europa del Este, lo que se traduciría en retirar las unidades de Polonia y las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, y no desplegar misiles en Polonia y Rumanía.

La OTAN y la Unión Europea aseguran que el diálogo con Moscú debe ser la principal opción para desescalar un conflicto que sigue activo y que ha dejado más de 14.000 fallecidos, según Naciones Unidas. Se espera que en enero se retomen las negociaciones al más alto nivel político; ya sea en el formato de Normandía con Francia, Alemania, Ucrania y Rusia. Sin el liderazgo de Angela Merkel, Europa se enfrenta a su primera gran negociación con Putin. Otra de las opciones que se barajan es una reunión entre Rusia, Ucrania y Stoltenberg, como representante de la OTAN. Los líderes políticos se encontrarán con una agenda que incluye una posible invasión a Ucrania, la influencia rusa en Bielorrusia y la crisis energética en Europa (con Putin controlando el 40% de las importaciones energéticas a Europa).