Asia
Así sería una invasión china de Taiwán: lluvia de misiles, cazas y tropas especiales de asalto
Pekín podría enviar 50.000 soldados a la isla en una primera oleada y más de 100.000 en las primeras 24 horas
Las autoridades de Taiwán viven con la amenaza larvada de una invasión de su territorio por parte del Ejército Popular de Liberación de China, cuyo gobierno reclama la soberanía de esta isla que se gestiona con un gobierno autónomo desde 1949. La cercanía de Taiwán al territorio chino continental es un factor clave que facilita una posible ofensiva para tomar el control de la isla rebelde que permitiría a China poner 50.000 soldados en la isla en una primera oleada y más de 100.000 en las primeras 24 horas.
¿Cómo? No haría falta un despliegue de la cada vez más poderosaMarina china. El verdadero peligro para el gobierno taiwanés son las tropas especiales de asalto del gigante asiático, entre las que destacan fuerzas de paracaídas y helicópteros, tal y como explica en Business Insider Lyle Goldstein, director de de Asia en Defense Priorities y ex profesor de investigación en la Escuela de Guerra Naval de EEUU.
En la primera fase de un hipotético ataque, Taiwán recibiría una lluvia de misiles balísticos y de crucero con el objetivo de eliminar sus defensas aéreas y de destruir las pistas de aterrizaje y los nudos clave de comunicaciones. Con el cielo despejado, el segundo movimiento estratégico chino vendría con el bombardeo desde cazas -asistidos por drones de vigilancia- para destruir la armada y la fuerza aérea de Taiwán, allanando el camino para que los soldados del Ejército Popular de Liberación se desplieguen en paracaídas y helicópteros.
El experto militar asegura que China ha mejorado sustancialmente la preparación de sus fuerzas aerotransportadas en los últimos años con exigentes ejercicios nocturnos, en zonas costeras e incluso sobre el agua, así como el combate urbano y operaciones de montaña. Goldstein cita fuentes chinas para asegurar que el Ejército Popular podría disponer de unos 450 aviones de transporte preparados para enviar casi 100.000 soldados en tan solo un día, con el uso del avión Y-20, el más avanzado, al servicio de sus paracaidistas.
Los estrategas militares chinos son conscientes, tras haber estudiado al detalle la invasión de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, que las tropas requieren potencia de fuego y movilidad adicionales para obtener un éxito en una operación de semejante calado, lo que requiere de tanques ligeros especiales, jeeps y armas antitanques.
Los helicópteros de transporte y de ataque del EPL serían una pieza fundamental en una posible invasión. Goldstein cita a un experto militar ruso cuando asegura que China ha desarrollado e importado maquinaria bélica desde Rusia y que actualmente cuenta con una fuerza de 1.500 helicópteros.
El analista considera que la fuerza de tanques anfibios de China contra las tropas taiwanesas atrincheradas sería una opción arriesgada ya que son vehículos de asalto lentos y muy visibles. La alternativa, apunta, sería el uso de elementos de infantería transportados en embarcaciones pequeñas y ligeras, que presentan una gran movilidad y más posibilidades de despliegue además un un bajo coste de fabricación, todo ello “en consonancia con el pensamiento de vanguardia sobre la guerra anfibia”.
Goldstein habla en concreto del barco de asalto Tipo 928D para fuerzas terrestres, cuyos detalles fueron revelados en enero de 2020 por una revista de construcción naval china. Dichas embarcaciones de asalto chinos podrían permitir a las fuerzas chinas el acceso a las costas de Taiwán en cuatro o cinco horas.
“Los vectores de asalto descritos anteriormente -sostiene Goldstein- no dependen en gran medida de los buques de guerra, pero sí dependen de una gran fuerza de tropas de asalto altamente capacitadas, fuerzas especiales en particular”. Esas tropas especiales de asalto tomarían los cuarteles militares y cortarían las carreteras principales, despejando el camino para el desembarco de las fuerzas chinas. Y serían especialmente indicadas para controlar un territorio plagado de montañas y enclaves urbanos como es el de Taiwán.
Todos estos factores hacen concluir a Goldstein que “Taiwán es el lugar equivocado para Washington para trazar una línea roja en la región de Asia-Pacífico”.
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