"Charlie Hebdo"
¿Tiene capacidad Al Qaeda para perpetrar atentados en Europa?
Hoy se cumplen siete años del atroz ataque yihadista contra la revista francesa “Charlie Hebdo”
¿Tiene capacidad Al Qaeda (AQ) para perpetrar atentados en Europa, como el ataque a la revista “Charlie Hebdo” en París, ahora hace siete años? Los expertos, que no concedían demasiadas posibilidades operativas a la banda que dirige Ayman Zawahiri, han cambiado de opinión tras la toma del poder en Afganistán por los talibanes. “Entre seis y 36 meses”, ha señalado un alto mando militar norteamericano al referirse a este asunto y marcar el plazo en el que la organización yihadista puede estar operativa en Occidente y, en particular, en Estados Unidos. El mismo plazo, o menor, vale para Europa.
El atentado contra la revista satírica “Charlie Hebdo” de Francia, que se atreve a publicar caricaturas de Mahoma, incluso después de ser atacados, fue cometido por los hermanos Saïd y Chérif Kouachi, pertenecientres a AQAP, la franquicia de Al Qaeda en la Península Arábiga.
Los hermanos Kouachi entraron en las oficinas de “Charlie Hebdo” enmascarados y armados hasta los dientes. Dispararon unas 50 balas. Mataron a doce trabajadores e hirieron a otra docena.
Sus trabajadores siguen siendo objetivo de los yihadistas. Es más, realizan la revista desde una localización desconocida y fuertemente protegida por las Fuerzas de Seguridad galas.
En octubre de 2020, cuando tras la reiteración de la publicación de Charlie Hebdo de unas caricaturas de Mahoma, el presidente de una asociación de islamismo radical francesa dijo ante un grupo de jóvenes de la mezquita que los trabajadores de esa revista satírica “merecen la muerte”.
Esta rama de la banda, pese a los sucesivos descabezamientos que ha sufrido en ataques planificados por los servicios secretos estadounidenses, sigue siendo una de las más peligrosas y no hace mucho tiempo, tal y como publicó LA RAZÓN, difundió un extenso manual para captar a actores, “lobos”, solitarios que puedan atacar en Occidente. La voluntad está clara, pero otra cosa es la operatividad.
Zawahiri está gravemente enfermo y los que estaban llamados a sucederles han sido eliminados en las distintas operaciones de inteligencia ya citadas. Queda uno, que, por dirigir el “aparato militar”, resulta particularmente peligroso y que podría dar a la organización una nueva dinámica sin necesidad de acciones criminales tan llamativas como las del 11-S o la de París, por su carácter mediático. Ataques continuados en el tiempo, en distintos puntos, por medio de “lobos” o células organizadas. Si repasamos su historial, se verá que ganas no le faltan.
Se trata de Sayf al Adl, considerado como el cabecilla de mayor rango dentro de Al Qaeda. Se da confirmada su participación en los ataques terroristas con explosivos contra las embajadas de Estados Unidos en 1998 en Dar es Salaam, Tanzania; y Nairobi, Kenia. 224 civiles fallecieron y más de 5.000 personas más resultaron heridas durante los ataques. Fue teniente coronel en las fuerzas armadas especiales de Egipto. Tras ser detenido y encarcelado, al obtener la libertad pasó a la clandestinidad y se sabe que ha entrenado células que han actuado Afganistán, Paquistán, Somalia y Sudán.
Su última ubicación es en Irán, donde vive (o vivía) bajo la protección de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica. No se puede descartar que haya logrado pasar a Afganistán, para ponerse al frente de la reestructuración de la banda en su proyección criminal hacia Occidente.
De hecho, la «reconquista» talibán de Afganistán coloca a Al Qaeda en una posición de privilegio para relanzar su actividad criminal. Vuelve a contar con algo fundamental para una banda terrorista: una base de operaciones. No es lo mismo organizar atentados desde la clandestinidad, donde tienes que guardar todas las medidas de seguridad posibles, que hacerlo en un campamento, donde te sientes protegido por estar en «zona amiga». ¿Cuáles pueden ser los objetivos de los yihadistas? Parecen claros, sobre todo porque hay que tener en cuenta que en esta labor recibirán algunas «sugerencias» de sus amigos talibanes. Los 20 años de presencia militar de la Coalición Internacional en suelo afgano es algo que requiere «venganza», dentro de la mentalidad yihadista, muy crecida por lo que consideran un triunfo sin precedentes sobre EE UU a los que engañaron en las conversaciones de Doha.
Los citados expertos norteamericanos consideran que si Al Qaeda lograra llevar a su nuevo líder a Afganistán (tras el eventual fallecimiento de Zawahiri), se producirían “ramificaciones globales” que podrían atacar en cualquier lugar del mundo, incluida Europa.
En el referido manual para los “lobos”, en cuya confección debería haber participado de alguna manera Sayf (que prefiere ataques no lo suficientemente meditados y planificados) se dice, entre otras cosas que “la operación debe ser aceptable de acuerdo con la Sharia (la interpretación más rigorista del Islam). “¡Advertimos estrictamente contra cualquier intento de un hermano de tomar una acción antes de estudiarla y preguntar si es religiosamente legítima o está prohibida!”. En cualquier caso, el “lobo solitario” debe tener como objetivo enfurecer y herir al enemigo.
Se insiste en que cualquier atentado que no esté suficientemente de una buena planificación fracasará y su autor, salvo que sea una acción suicida, podría ser detenido o muerto.
¿Significa esto que los de Al Qaeda sean unos tipos prudentes frente a los del Estado Islámico, que no se lo piensan dos veces antes de actuar? No. Lo único que les diferencia es que los primeros quieren dar a sus acciones un sentido, con un mensaje explícito contra el enemigo, frente a los segundos que consideran que el mero hecho de atacar ya es un mensaje lo suficientemente claro. Atentados selectivos frente a atentados indiscriminados.
Pero todo esto es teoría, porque, al final, el que está sobre el terreno es un yihadista fanatizado y sus ansias de atacar a los “cruzados” (cristianos) están por encima de cualquier otra consideración.
Daesh (el Estado Islámico) ya ha dejado claro que los cristianos van a ser objetivos preferentes en 2022, tal y como publicó LA RAZÓN, y Al Qaeda está en esa fase de transición que no se alargará en el tiempo. De momento, sigue con sus operaciones en el Sahel (JNIM), Somalia ( Al Shabaab), Yemen, Península Arábiga (AQAP), etcétera, pero mirando ya de reojo a Occidente. Es cuestión de tiempo.
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