Sin quórum

El veto de la derecha bloquea la elección de Draghi como presidente de Italia

Sergio Mattarella, a pesar de no presentarse, es el candidato con más papeletas

Momento en el que se recuentan los votos en la urna (en la ya cuarta votación)
Momento en el que se recuentan los votos en la urna (en la ya cuarta votación)ETTORE FERRARI / POOLAgencia EFE

Después de cuatro votaciones y casi una semana intensa de negociaciones, la incapacidad de los partidos políticos italianos para alcanzar un acuerdo que desbloquee la elección presidencial complica la sucesión del todavía jefe del Estado, Sergio Mattarella, cuyo mandato finaliza el 3 de febrero. Si antes de esa fecha no hay consenso, sus funciones podrían ser asumidas de forma temporal por la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Casellati, precisamente una de las candidatas de la derecha para convertirse en la primera mujer presidenta de Italia.

Maria Elisabetta Alberti Casellati
Maria Elisabetta Alberti CasellatiETTORE FERRARI / POOLAgencia EFE

El nombre del presidente saliente, que este año soplará 82 velas, ha sido el más repetido en las papeletas que los 1.009 ‘grandes electores’ –diputados, senadores, representantes de las regiones y senadores vitalicios-- depositaron ayer en el Palacio de Montecitorio, sede del Cámara de los Diputados, donde el lunes arrancó el proceso para elegir un nuevo jefe de Estado. A pesar de reiterar repetidamente que no quiere seguir en el cargo, Mattarella obtuvo este jueves 166 apoyos.

El presidente saliente Sergio Mattarella, y el actual primer ministro italiano, Mario Draghi, en una foto de archivo
El presidente saliente Sergio Mattarella, y el actual primer ministro italiano, Mario Draghi, en una foto de archivoBoris RoesslerAgencia AP

Una votación en la que la mayoría de los electores del centroderecha se abstuvo, mientras que el Partido Democrático y el Movimiento Cinco Estrellas optaron –con algunas excepciones- por depositar su papeleta en blanco. Al final, la suma de votos en blanco, nulos, abstenciones y apoyos a candidatos individuales ha hecho imposible alcanzar el umbral mínimo que, a partir del cuarto escrutinio, desciende hasta los 505 votos.

El actual primer ministro, Mario Draghi, que en las próximas semanas cumplirá un año al frente de un Gobierno de unidad formado por todas las fuerzas políticas excepto Hermanos de Italia, parecía partir con ventaja en esta elección presidencial. Sin embargo, el veto de la coalición conservadora, a la que se une una parte importante del M5E, temerosos de que la salida del Ejecutivo del economista pueda precipitar la convocatoria de elecciones anticipadas, está poniendo cada día más piedras en el camino de ‘Súper Mario’ en su ascenso al Palacio del Quirinal.

Sólo el PD defiende expresamente la candidatura de Draghi. Y no deja de resultar paradójico que los mismos partidos con quienes ha conseguido dar luz verde a una complicada ley de presupuestos, aprobar contra todo pronóstico una reforma de la justicia histórica o poner en marcha polémicas medidas para frenar la expansión de la pandemia rechacen su elección a pesar de reconocer que se trata del mejor candidato para asumir el cargo. “Draghi es muy valioso donde está”, zanjó este jueves el líder de la Liga, Matteo Salvini.

En lugar del primer ministro, la coalición conservadora (Liga, Forza Italia y Hermanos de Italia) propuso esta semana una lista de candidatos aún siendo conscientes de que difícilmente serían aceptados por el bloque progresista. A estas alturas, la elección presidencial se ha convertido en una partida de póker donde ningún jugador quiere enseñar sus cartas antes de tiempo y muchos van de farol.

Una de esas cartas ‘escondidas’ parecía ser la de la berlusconiana Maria Elisabetta Casellati, sin embargo, el secretario del PD, Enrico Letta, advirtió que la elección de la actual presidenta del Senado sin los votos de su partido provocaría inmediatamente la caída del Gobierno. En su lugar, este jueves el nombre más repetido en los pasillos de Montecitorio era el de Elisabetta Belloni, la primera mujer al mando de los servicios secretos italianos.

Con una extensa carrera diplomática, Belloni ha sido embajadora, jefa de la unidad de crisis en el Ministerio de Exteriores y brazo derecho del ex primer ministro Paolo Gentiloni. Su nombre sonó con fuerza como posible sustituta de Draghi –su promotor al frente de los servicios de inteligencia-, cuando la elección presidencial del primer ministro se daba por descontada.