Terrorismo
El cuerpo de Hashimi salió despedido del edificio por la fuerza del chaleco explosivo que llevaba
Los soldados norteamericanos lograron evacuar a una decena de niños para alejarles del peligro
Ibrahim Hashimi, el cabecilla terrorista voló, efectivamente, pero... hacia el suelo. La fuerza de la carga explosiva del chaleco que portaba, además de matar a todos los que estaban en la tercera planta del edificio en el que se escondía, empujó el cuerpo hacia el exterior hasta caer al suelo. Allí lo encontraron los soldados norteamericanos, que intentaban capturarlo.
El general Kenneth F. McKenzie Jr., jefe del Comando Central de EE. UU., describió la escena que se vivió en el edificio en Atmeh, Siria, donde las fuerzas estadounidenses se habían acercado a Hashimi en lo que se trataba de una misión para detenerlo. En cambio, la explosión, “más masiva de lo que se esperaría de un chaleco suicida, mató a todos en el tercer piso” del edificio, dijo McKenzie durante un foro en línea organizado por el Middle East Institute.
Aunque no tan famoso como Abu Bakr Baghdadi, su predecesor, “era tan malvado y tan comprometido con los ataques contra Estados Unidos y nuestros socios”, aseguró el militar.
McKenzie lo describió como “un planificador operativo y director de operaciones” que había sido “directa o indirectamente responsable de numerosas atrocidades”, incluso contra la población yazidí. Su muerte ahora “hace que sea más difícil para [el Estado Islámico] presentar un enfoque global integrado”, dijo McKenzie. Si bien señaló que las unidades descentralizadas del Estado Islámico podrían ser más difíciles de rastrear, “cuando no tiene un núcleo central que pueda desembolsar dinero, será más difícil para ellos obtener recursos”.
Durante la redada, las fuerzas estadounidenses pudieron evacuar a 10 personas, ocho niños, seis de los cuales estaban en el primer piso.
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