Terrorismo
Hashimi se hacía llamar Mustafá Shi y pagaba 80 dólares al mes por la casa en la que se escondía
Disponía de calefacción y abundancia de alimentos en contraste con la penuria de los vecinos de la zona
Se hacía llamar Mustafa Shi o Shy, nacido en 1985, pero era, en realidad, Abdullah Qardash, alias Abu Ibrahim al-Qurashi, califa hasta hace unos días del Estado Islámico (Daesh, Isis). Así consta en el contrato de alquilar de la casa en la localidad Siria de Atet en la que se suicidó ante la presencia de las tropas norteamericanas y que ha sido publicado en exclusiva por el portal Al-Souria.net. Sobre quién detonó el chaleco bomba hay algunas dudas y algunas fuentes indican que podría haber sido la mujer del terrorista.
El contrato muestra que Mustafa alquiló primero el primer piso del edificio, el 6 de marzo de 2021, a un valor de 80 dólares mensuales, para vivir en él con su familia. Al dueño le dijo que era transportista de alimentos y en el mantenimiento de automóviles.
Mustafa pidió al dueño del edificio que alquilara el segundo piso, en el que se iba a albergar su hermana (era en realidad su jefe de seguridad junto a su esposa) alto, y se rumoreaba entre los vecinos del barrio que esto era para albergar su hermana. No se sabe con exactitud cuando se mudó el yihadista con los miembros de su familia a vivir en el edificio.
Hashimi estaba acompañado de su esposa y cuatro hijos tres niños y una niña. Uno de los varones y su hermana sobrevivieron al ataque y posterior detonación del chaleco bomba. Según los vecinos, Mustafa era el responsable de los dos pisos y de asegurar los alquileres y la comida. Ante los mismo, les decía que la del segundo era su hermana.
Tras finalizar el ataque, los residentes encontraron grandes cantidades de miel, queso, carne, galletas, comida infantil, frutas y calentadores, de los que funcionan con combustible, en una zona donde la mayoría de los vecinos no disponen de ellos por falta de medios económicos, que no le faltaban al terrorista.
Los vecinos explicaron que durante el asalto que un soldado norteamericano, que hablaba árabe con acento iraquí, pidió a los residentes que se rindieran “para preservar sus vidas”. A los que se resistían (Hashimi y su jefe de seguridad, asóí como sus mujeres, que también disparaban, se les indicó que “si no querían vivir, al menos que dejaran salir a los niños”.
“Al final de la operación, una clara explosión sonó, según el testimonio de testigo, desde la parte norte de la casa. Es probable que fuera una mujer con un cinturón explosivo, la misma mujer que fue conminada, en repetidas oicasiones a rendirse”. Restos de cinturones se podían observar tras haber finalizado la operación. La versión oficial estadounidense dice que Hashimi fue quien se suicidó.
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