Caída de Facebook
Así se desploma el imperio de Mark Zuckerberg: guerras judiciales, perdido en el “metaverso” y polémicas con sus vecinos
Facebook cambió el nombre a Meta para lavar su imagen por las crisis del pasado, pero en su primer trimestre ha perdido 200.000 millones de euros
Mark Zuckerberg no es candidato a ser uno de los hombres más poderosos del mundo. Según la última publicación de la revista Forbes, el fundador y CEO de Facebook está dentro de las diez personas más ricas del planeta, pero varios nombres como Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates o Larry Page están por delante de él.
El conjunto de los millonarios globales ha aumentado su fortuna en unos cinco billones de dólares, el mayor incremento registrado, según el informe “La desigualdad mata” de la organización internacional de lucha contra la pobreza Oxfam. Al mismo tiempo que “se creaba un millonario cada 26 horas”, un 99 % de la humanidad se empobreció y 160 millones de personas más cayeron en la pobreza, señala. Y gran responsable de ella es la pandemia, que ha hecho a los ricos más ricos y a los pobres más pobres.
A diferencia de otros multimillonarios tecnológicos, Zuckerberg no es conocido por gastar su dinero en programas espaciales, túneles subterráneos o yates. Él disfruta de una vida familiar tranquila con su esposa Priscilla Chan. No obstante, invierte su fortuna en propiedades.
En diciembre, amplió su controvertida propiedad privada de 1500 acres (unas 607 hectáreas) de Kauai, isla de Hawái en 110 acres más, pese a las continuas críticas de sus vecinos y a las demandas contra los lugareños en las que ha estado envuelto. Ya en 2016, según explica Daily Star, construyó muros de piedra de 1,8 metros que dificultaba el acceso a la playa. “La gente siempre ha visto el valor de vivir en Hawái, en el paraíso, y durante muchas generaciones ha sido perjudicial para nosotros”, dijo a The Guardian Mason Chock, miembro del consejo de Kauai, que denuncia que las personas extranjeras “vienen a Kauai para comprar terrenos y solo ellas pueden permitirse vivir en el lugar”.
Además, los medios británicos aseguran que Zuckerberg gasta en torno a los diez mil millones de dólares por año en aviones privados a través de Facebook. Pero las sucesivas crisis a las que se encuentra hace que el imperio se esté tambaleando.
Lavado de imagen “sin éxito”
En noviembre, Facebook se convirtió en “Meta”, que aunque no afectaba a sus redes sociales (Instagram, WhatsApp y Facebook), la modificación tendría un objetivo de “lavado de imagen”, en el que pretendía desmarcarse de las polémicas surgidas en años anteriores, así como las continuas caídas mundiales de sus servidores. El objetivo, decía, era crear un “metaverso”, en el que apostaba por la realidad virtual.
Pero en las primeras semanas, el magnate no ha tenido gran suerte. La empresa ha perdido más de un 20% de su valor, equivalente a unos 200.000 millones de euros, y todo apunta a que la razón principal es que la base de usuarios de Facebook se ha desplomado, pasando de 1930 millones a 1929 millones de usuarios activos.
Aunque esos números no parezcan una catástrofe, es la primera vez que la compañía pierde más usuarios de los que gana de un trimestre a otro. El pánico se extendió a otras empresas del sector de las redes sociales como Twitter, que también vieron caer el valor de sus acciones.
El imperio de Zuckerberg empezó 2022 con dos batallas legales, en las que se enfrentaba a Estados Unidos y Reino Unido.
El pasado 11 de enero, un juzgado del Distrito de Columbia admitió a trámite una demanda antimonopolio de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos contra Facebook, por la que el país denuncia que Meta tiene un monopolio ilegal en los servicios de redes sociales al haber adquirido a dos rivales directos como Instagram y WhatsApp e integrar cada vez más plataformas con otras. Las pruebas aportadas son más sólidas que las presentadas en 2020, cuando se desestimó una demanda de naturaleza parecida.
Por su parte, la demanda británica recoge que Facebook usó su posición dominante en el mercado de las redes sociales entre 2015 para imponer términos y condiciones injustos a sus usuarios, a los que exigía la entrega de datos personales muy valiosos para acceder a la red social.
Meta no está encontrando todo el talento que necesita, y la falta de mano de obra -Zuckerberg ha asegurado que no va a contratar a nadie-, el tremendo desembolso que va a suponer su aventura en el metaverso y los varapalos judiciales se añaden al mal arranque económico del año con las posibles y nefastas consecuencias económicas que presenta. Un negocio que, a largo plazo, podría correr peligro.
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