Éxodo migratorio

La UE se prepara para acoger a los refugiados ucranianos

Bruselas plantea activar un mecanismo extraordinario de protección temporal nunca utilizado hasta el momento

Un niño refugiado que huye del conflicto de la vecina Ucrania llora en la estación de tren tras llegar a Zahóny (Hungría)
Un niño refugiado que huye del conflicto de la vecina Ucrania llora en la estación de tren tras llegar a Zahóny (Hungría)Anna SzilagyiAgencia AP

A situaciones extraordinarias, medidas también extraordinarias. Los ministros de Interior de los Veintisiete se reunieron ayer en la capital comunitaria, con el objetivo de prepararse ante un éxodo migratorio sin precedentes. Según la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR), hasta 368.000 ucranianos han abandonado hasta el momento el país huyendo de las bombas rusas y buscando asilo en los países fronterizos. Ante la gravedad de la situación, el Ejecutivo comunitario pidió ayer a los países europeos una medida inédita: activar la directiva europea de protección temporal. De momento, la respuesta de los Veintisiete ha sido positiva, pero ladiscusión continuará este jueves en otra reunión de los ministros de Interior del club comunitario.

Se trata de un marco legal aprobado en 2001 que permite otorgar protección inmediata y temporal (un plazo inicial de un año) a las personas que llegan a suelo europeo en busca de asilo, cuando los países de llegada se encuentren desbordados para poder tramitar estas peticiones. Esta normativa fue aprobada tras las guerras de los Balcanes, pero nunca ha entrado en vigor. Ni siquiera cuando se produjo la crisis de refugiados en 2015, con oleadas de migrantes procedentes sobre todo de Siria. Entonces se puso en marcha un sistema de reparto de refugiados a través de cuotas obligatorias que fue boicoteado sin descanso por parte de los países del Este, quienes también impusieron el cerrojazo de sus fronteras. Desde entonces, los intentos de reformar el sistema de asilo europeo han fracasado una y otra vez y las heridas en el club comunitario nunca se llegaron a cerrar del todo. La última propuesta de la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen suponía el triunfo de la solidaridad a la carta. A los países que no quisieran acoger refugiados se les proponía colaborar en las repatriaciones forzosas de los inmigrantes ilegales. Este intento de desbloquear el debate tampoco ha tenido demasiado éxito. Ahora, los países de llegada tienen la obligación de tramitar las peticiones de asilo y vigilar que estas personas no se desplacen a otro país del club comunitario (movimientos secundarios). Una normativa –el Convenio de Dublín– que los países sureños consideran una carga desproporcionada y que en 2015 saltó por los aires, superada por los acontecimientos.

Pasajeros esperando un tren con dirección Polonia en la estación de tren de Lviv, en Ucrania
Pasajeros esperando un tren con dirección Polonia en la estación de tren de Lviv, en UcraniaBernat ArmangueAgencia AP

Protección civil y temporal

Pero ahora las tornas han cambiado. Son precisamente los países del Este los que están en estos momentos en primera línea y haciendo un esfuerzo ímprobo para acoger a estas personas sin escatimar ningún tipo de medio. Desde ayuda sanitaria y alojamiento hasta viajes de tren gratis. La versión en 2022 del Refugees Welcome de 2015, protagonizado por Angela Merkel y que ahora emulan sus más acérrimos detractores de hace unos años. Ayer los Estados europeos activaron el mecanismo de protección civil para coordinar el envío de todos los recursos que necesiten estos países que ahora mismo soportan las llegadas masivas.

Según la comisaria de Interior, Yvla Johansson, la mayoría de los ucranianos que están instalándose en los países del Este disponen de un visado de 90 días (periodo durante el que pueden desplazarse libremente por todo el territorio comunitario) y están siendo acogidos por sus familiares. Sólo algunos han comenzado a trasladarse a otros países europeos, pero en las cancillerías son conscientes de que esto puede cambiar en poco tiempo y hay que estar preparados para otorgar estas personas un estatus legal acorde a su situación. La directiva europea de protección temporal también contempla un mecanismo voluntario de acogida para repartir la carga entre los países europeos, aunque algunos Estados prefieren que sea obligatorio. Para que la directiva pueda entrar en vigor, se necesita una mayoría cualificada de países europeos.

España es uno de los países que respalda dar este paso, si bien el ministro de Interior Fernando Grande-Marlaska evitó ayer dar cifras sobre cuántas personas podría acoger nuestro país. «España, dentro del marco de la UE, del marco de la OTAN y de otros compromisos internacionales, es un país que es y será solidario. Damos apoyo a cualquier medida que se adopte. Los desplazados siempre tendrán la solidaridad de España». Según Marlaska, en nuestro país hay 115.000 ucranianos que residen de manera legal y se han adaptado perfectamente.