En la diana
Un batallón de mercenarios del Grupo Wagner, a la caza del presidente de Ucrania, Zelenski
El diario The Times asegura que en enero llegaron a Ucrania entre 2.000 y 4.000 paramilitares del ejército privado ruso
El primer ministro de Ucrania, Volodímir Zelenski, está en el centro de la diana de Vladimir Putin. “Vienen a por mí y también a por mi familia”, confesó este sábado el dirigente ucraniano. Ahora, el diario británico The Times publica que más de 400 mercenarios rusos están desplegados en Kiev bajo las órdenes del Kremlin para asesinar a Zelenski. La idea es decapitar su Gobierno a fin de preparar el terreno para que Moscú tome el control del país lo antes posible. El Grupo Wagneres un ejército privado propiedad de un jerarca ruso amigo de Putin, cuya actividad se ha extendido a países africanos, Siria y la propia Ucrania, donde sus mercenarios realizaron la primera operación paramilitar conocida hasta ahora en 2014. Trabajan a sueldo y son conocidos por la brutalidad con la que actúan contra los enemigos a abatir.
La información sobre esta misión llegó hasta el Gobierno ucraniano el sábado y, horas más tarde, Kiev declaró un duro toque de queda de 36 horas para “barrer” la ciudad en busca de saboteadores rusos, añade la información. Las autoridades ucranianas advirtieron a los civiles, al declarar el toque de queda, de que serían vistos como agentes del Kremlin y corrían el riesgo de ser “liquidados” si salían de sus refugios.
“The Times” asegura entre 2.000 y 4.000 mercenarios de Wagner habían llegado en enero a Ucrania y que algunos de ellos fueron ubicados en las regiones orientales del país de Donetsk y Lugansk, mientras que otros 400 entraron desde Bielorrusia y se dirigieron hacia la capital. Precisamente Wagner entró en escena por primera vez en Ucrania en el año 2014; en ese entonces el Kremlin necesitaba librar una guerra encubierta, mantener una buena imagen pública dentro del país y mitigar las repercusiones internacionales de una violación a la soberanía del país vecino. Al utilizar a los que ellos llaman “voluntarios” en Ucrania, Moscú redujo el número de personal de servicio activo y camufló su presencia al inicio del conflicto.
En su nuevo misión en Ucrania, a los mercenarios se les indicó que Putin quiere una breve pausa para demostrar que está negociando con Zelenski, pero les aseguró que no se llegaría a ningún acuerdo y que el esfuerzo sería simplemente un engaño, según una fuente cercana a altos cargos. Zelenski acordó ayer enviar una delegación para reunirse con un equipo ruso en la frontera de Bielorrusia, pero expresó su escepticismo sobre la seriedad de Moscú.
Quienes se unen a Wagner tienen un fuerte incentivo económico. A pesar de que el salario promedio bajó de 240,000 rublos (2,900 euros) en 2017 a 160.000 (1.900 €) en 2019, el dinero supera con creces los salarios de la rusa provincial. Las motivaciones ideológicas también juegan un importante papel. Moscú fomenta activamente el nacionalismo militante bajo la “movilización patriótica”, unido a las iniciativas gubernamentales para regimientos juveniles. Wagner, con sus salarios altos y viajes al extranjero tienen una posición privilegiada para aprovechar esta tendencia.
Los mercenarios, agrega el rotativo, están esperando una señal del Kremlin y se les ha prometido fuertes bonificaciones por asesinatos en los próximos días y un salvoconducto para salir de Ucrania antes del final de la semana. Además de Zelenski, la lista negra contiene otras 23 personas, incluido el primer ministro, el gabinete, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, y su hermano Wladimir, ambos populares excampeones de boxeo que se han unido a la lucha militar contra los invasores.
Los mercenarios se jactan de saber exactamente dónde están el presidente y sus colegas en Kiev y aparentemente pueden rastrearlos a través de sus teléfonos móviles. Después de que Moscú invadió la semana pasada, Zelenski se dirigió a la nación y afirmó que las fuerzas especiales rusas estaban en la capital buscándolo como “objetivo número 1″.
Wagner es una empresa militar privada y ha estado estrechamente asociada con los proyectos de Putin en todo el mundo. Es propiedad de Yevgeny Prigozhin, un oligarca conocido como el cocinero de Putin, y el grupo ha llevado a cabo operaciones encubiertas en África y Oriente Medio, y también fue responsable de fomentar los problemas en el este de Ucrania en 2014.
“Son muy efectivos”, dijo el general Sir Richard Barrons, excomandante del Comando de Fuerzas Conjuntas. “Pueden aparecer de las sombras, hacer cosas muy violentas y después volver a desaparecer, sin que sea obvio quién fue el responsable. No están directamente vinculados al Gobierno ruso y, por lo tanto, pueden negarlo”, agregó. Las fuentes indicaron que al parecer habían sido informados sobre la invasión planificada de Ucrania en diciembre, mucho antes de que se informara al ejército ruso.
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