Guerra

¿Qué hará Rusia para impedir que las armas occidentales lleguen a la resistencia ucraniana?

Se da por supuesto que Rusia tendrá desplegados sobre la zona varios satélites y elementos infiltrados para controlar lo que ocurre en las fronteras de Ucrania con otros países

Soldados transportan material militar en Kiev (Ucrania)
Soldados transportan material militar en Kiev (Ucrania)Diego HerreraEuropa Press

Son bastantes países, entre ellos España, los que han anunciado entrega de armas al Gobierno de Ucrania para que pueda contener la invasión rusa, en un acto claro de guerra por un ejército infinitamente superior al de Kiev.

La decisión está tomada, pero hay un problema: ¿cómo entregar esas armas, entre las que hay lanzagranadas, ametralladoras, ingenios antitanque, elementos de autodefensa, etcétera, sin que el agresor se entere y actúe en consecuencia?.

No se trata de un asunto sencillo, según expertos consultados por LA RAZÓN, ya que se da por supuesto que Rusia tendrá desplegados sobre la zona varios satélites y elementos infiltrados para controlar lo que ocurre en las fronteras de Ucrania con otros países.

Pensar que Moscú va a mirar para otro lado mientras que se introducen armas que pueden reforzar la resistencia ucraniana es absurdo, por lo que todo parece indicar que tratará de impedirlo o, al menos, poner las mayores dificultades posibles.

La idea de que los “donantes” entren en territorio ucraniano no parece la mejor ya que, si Moscú decide una acción militar para destruir los suministros, podrían producirse bajas de terceros países, entre ellos pertenecientes a la OTAN, con lo que supondría de internacionalizar el conflicto más de lo que está.

La única opción que parece factible es dejar el armamento en algún lugar cercano a la frontera, previamente acordado de forma secreta con Kiev, para que sean los propios ucranianos los que vayan a recogerlo y lo lleven a territorio propio.

El lanzamiento desde el aire supondría que aviones de esos países amigos entraran en el espacio aéreo ucraniano con unas consecuencias difíciles de prever, pero que no auguran nada bueno. La hipótesis de una respuesta inmediata rusa para derribar esos aparatos debe ser tenida en consideración.

Se da como seguro que los servicios secretos de los países “donantes” habrán estudiado ya el asunto y tendrían previsto planes de entrega factibles, pero siempre con la “sombra” del ejército ruso que puede interceptar la entrega mediante el uso de los medios de que dispone.

Además, ¿cuál puede ser la respuesta si los convoyes de los países occidentales son atacados, bien en territorio de la OTAN o en la la frontera con Ucrania. El aumento de la tensión estará servido.

Finalamente, según esas fuentes, está el factor tiempo ya que la entrega debe hacerse con la mayor rapidez dadao el avance de las tropas rusas que tratan de aniquilar la resistencia ucraniana.

Un auténtico galimatías, un verdadero problema. Lo que está claro es que, con la disculpa de los peligros que se pueden correr, no se debe dejar abandonados a los ucranianos ante la terrible invasión que han sufrido. Nada se ha dicho, pero “cuánta munición le queda a Kiev y qué capacidades logísticas mantiene en la actualidad?.