Guerra en Ucrania
Jersón cede al avance ruso y Odesa se prepara para un desembarco
Putin amenaza con una catástrofe si Zelenski no se rinde
Se cumple la primera semana desde el inicio de la guerra a gran escala entre Rusia y Ucrania con mensajes de esperanza entre las tropas ucranias, que han superado todas las expectativas al frenar el primer embiste ruso. Zelenski anunció ayer a los medios de que “9.000 soldados rusos han muertos desde el inicio de la invasión”, a la vez que instaba a las potencias occidentales a recrudecer todavía más las sanciones contra Rusia. Ya es una realidad que, lo que empezó como una guerra donde Moscú pretendía tomar por las armas las ciudades más importantes del país, definitivamente se ha transformado en un conflicto donde los primeros protagonistas no son las brigadas de tanques o los batallones de infantería ligera, sino los infames bombardeos que gotean sobre las ciudades ucranianas implantando su un tipo de terror ensordecedor.
Kiev resiste un día más. Las tropas situadas en la parte baja de la ciudad, a las afueras, han conseguido rechazar de uno en uno todos los ataques rusos, pese a que los bombardeos en la ciudad con misiles y fuego de artillería se han intensificado en las últimas 24 horas. Los sistemas de defensa aérea estuvieron en funcionamiento a lo largo de toda la noche y lograron detener varios ataques con misiles, aunque no pudieron evitar que uno de ellos impactase muy próximo a la estación de tren de Kiev (cayó junto a una sucursal de los hoteles Ibis), donde miles de civiles se encuentran hacinados a la espera de un tren que les saque de la ciudad en dirección a las fronteras occidentales. Afortunadamente, no hubo víctimas que lamentar, aunque encontramos en este ataque un claro ejemplo de la nueva estrategia de fuego y horror azuzada por los mandos del Kremlin. Se registraron otras explosiones en los distritos de Pecherska y Goloséevo y en el centro de la ciudad, entre otras áreas residenciales que poco tienen que ver con objetivos militares. En la localidad de Borodianka, al norte de la capital y donde se llevan registrando algunos de los combates más virulentos por el control de Kiev, voluntarios ucranios consiguieron rescatar ayer a 200 civiles sepultados bajo los escombros provocados por los bombardeos. Llevaban dos días atrapados.
Como respuesta a los indiscriminados ataques de la artillería rusa contra objetivos civiles, las Fuerzas Armadas de Ucrania comunicaron ayer que, de ahora en adelante, los artilleros rusos serán el objetivo número uno para sus tropas. A continuación se especificó que “ya no habrá artilleros rusos hechos prisioneros, no habrá piedad con ellos”. Además, el Jefe de las Fuerzas Armadas ucranias anunció esta madrugada que “tripulantes de aviones de combate ucranios Su-24 y Su-25 destruyeron el 2 de marzo varias columnas de vehículos rusos en las regiones de Kiev, Sumy, Chernígov y Járkov”.
Frente este
Prosiguieron a lo largo del día y la noche los bombardeos en Járkov, una de las ciudades más afectadas por la nueva estrategia rusa. La secretaria de la OSCE en Viena comunicó esta mañana que uno de los miembros de la misión de monitoreo de la OSCE en Ucrania falleció ayer, como consecuencia a estos bombardeos que ya no distinguen civiles de militares. Los defensores de la ciudad consiguieron rechazar el miércoles un nuevo ataque liderado por paracaidistas rusos, aunque numerosas localidades y pueblos de menor categoría ubicados a su alrededor van cayendo, poco a poco y ofreciendo una feroz resistencia. Solo el alcalde de Kupiansk rindió su posición sin combatir, despertando la ira comprensible de sus compatriotas: ya ha sido interceptado en su miserable huida por las Fuerzas Armadas ucranias y le espera un juicio por traición en los próximos días. La próxima localidad de Balakliya, sin embargo, sí que fue tomada a la fuerza y “de forma temporal” por los ocupantes, según informaron las autoridades locales durante la tarde del miércoles.
Se recibe información caótica desde las zonas colindantes a Sumy, al norte de Járkov. Los mandos de uno y otro lado se disputan en sus discursos la posesión de esta o aquella carretera, ese o este pueblo, y se adivina que los combates aquí son constantes desde que hace dos días arribó a la zona una gruesa columna de tanques rusos. Las fuentes oficiales aseguran que las brigadas de defensa civil ya se han hecho uno de estos tanques, mientras el Ejército ucranio todavía mantiene bajo control la carretera que lleva desde Bachivsk hasta Kipti (al norte de Sumy). Esta carretera se considera un punto de paso fundamental para acceder a Kiev desde el flanco derecho del río Dniéper. Varios cohetes rusos impactaron a lo largo de la noche del miércoles y de la madrugada del jueves contra el centro urbano de Sumy, dejando tras el ataque cinco civiles heridos. Recordemos que la cifra oficial de civiles fallecidos desde el inicio del conflicto ya supera los 2.000.
En lo que respecta al eje Donbás, el frente permanece estable pese a la violencia de los combates. El primer día de invasión se produjo un importante avance de las tropas rusas en colaboración con los separatistas de Donetsk y Lugansk, pero fueron rechazados por los ucranios (que se reorganizaron con rapidez tras superar el shock inicial de la ofensiva) de vuelta a sus territorios iniciales. Mariupol resiste a los bombardeos casi constantes de la artillería enemiga pero su alcalde ya ha solicitado la apertura de un corredor verde para abastecer a la población civil, a la que denuncia el bloqueo ruso en todas las entradas de la ciudad. Los bienes de primera necesidad escasean desde ayer en esta importante ciudad ubicada a las orillas del mar de Azov.
Frente sur
La situación al sur de Ucrania es una de las más complicadas del país. Aunque todavía no se ha anunciado de forma oficial, todas las señales parecen indicar que los ocupantes se hicieron ayer con el control efectivo de Jersón, tras días de intensos combates. En las últimas horas de la tarde, el alcalde de la ciudad, Igor Kolikhayev, negoció las condiciones de la ocupación con las fuerzas rusas, después de anunciar que el enemigo ya se había infiltrado en toda la ciudad. Se estableció un toque de queda que durará desde las 20 horas a las 6 horas, los peatones no pueden caminar en grupos de más de dos personas y los comercios abrieron hoy por primera vez desde el inicio de los enfrentamientos. Si los rusos han tomado realmente la ciudad de Jersón, esto les facilitará el acceso a otros puntos ubicados en el interior del país.
En un intento por frenar el ataque ruso, el Ejército ucranio destruyó ayer una serie de puentes de vital importancia para el rápido movimiento de las tropas invasoras. El alcalde de Voznesensk anunció ayer a los periodistas que “tuvieron que dinamitar dos puentes: el que cruza la línea de ferrocarril y el que atraviesa la autopista procedente de Mykoláiv”. Durante la mañana del jueves se registró también una feroz batalla entre ambos bandos en la localidad de Pam’yatne (antes conocida como Kruty), y fuentes gubernamentales ucranianas aseguran haber acabado aquí con la vida de 200 soldados rusos. Como dato curioso, cabe a resaltar que no es la primera vez que rusos y ucranios se enfrentan en esta localidad: todos los ucranianos recuerdan la heroica resistencia de Kruty durante la guerra soviético-ucraniana, ocurrida en los años de 1917 a 1921 del siglo pasado.
Odesa se prepara en estos momentos para un inminente ataque ruso. Tras sufrir bombardeos en la mañana del miércoles en las áreas próximas a su puerto comercial, testigos locales aseguran (y verifican con fotografías) que la flota rusa puede divisarse en el horizonte, se presume que esperando a lanzar el temido ataque anfibio que buscará hacerse con el control de la perla del mar Negro. Esta imagen aterradora de espera, de incertidumbre y cataclismo inminente, no amilana a los ucranios encargados de la defensa de la ciudad. Por el contrario, ya han atrincherado todas las entradas marítimas de la ciudad y muchos ciudadanos están formando parte activa en su defensa, elaborando cócteles Molotov y colaborando con las tareas de atrincheramiento.
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