Represalias

EE UU veta la compra de gas, petróleo y carbón de Rusia

“Defender la libertad va a costar”. El presidente de Estados Unidos prohibirá el petróleo, el gas natural licuado y el carbón. Reino Unido se suma y dejará de comprar a finales de 2022

El presidente de EE UU, Joe Biden dio ayer, con el apoyo republicano, un paso muy significativo contra el régimen de Vladimir Putin, al prohibir la importación de petróleo, gas natural licuado y carbón procedentes de Rusia. En un giro político sin precedentes y a pesar del temor al impacto que su decisión pueda causar sobre el mercado estadounidense, Biden reconocía desde la Casa Blanca no tener elección. «Significa que el petróleo ruso no será aceptado en puertos de Estados Unidos», aclaró Biden, calificando la decisión de «golpe poderoso» contra la capacidad rusa para financiar su invasión a Ucrania.

Biden también adelantó que «defender la libertad tendrá un costo» para Estados Unidos, pero «no subsidiaremos la guerra de Putin», añadió el presidente durante una conferencia de prensa. La prohibición de todas las importaciones de petróleo ruso traerá implicaciones para los estadounidenses, especialmente en los surtidores.

Lo cierto es que solo el 1% del consumo de crudo de Estados Unidos, es decir, un 8% del total contando con los derivados, procede de Rusia. En continua y estrecha coordinación con sus socios y aliados, sobre quienes señaló «permanecemos unidos», Biden reconoció que Estados Unidos produce muchos más suministros energéticos que los países europeos.

La decisión tiene un alto riesgo político para el presidente demócrata en pleno año electoral, cuando la decisiva mayoría de ambas Cámaras estará en juego durante las elecciones legislativas, las «Mid-terms» de noviembre. Funcionarios de la Administración Biden reconocieron que el presidente intentó durante días evitar dar este paso ante el temor de que el ya de por sí rápido aumento del precio de la gasolina se acelerara, comprometiendo el bolsillo de los estadounidenses.

De hecho, la preocupación mundial por las interrupciones en el flujo de petróleo ya ha hecho que los precios del crudo Brent, el punto de referencia del petróleo, se disparen. Este martes y solo en Estados Unidos, el barril alcanzó los 130 dólares (120 euros), incrementando hasta un 26% más que la semana pasada. Récord de precios al alza que se remontan a 2008, bajo el contexto de recesión mundial, aunque ahora llegando incluso a superar esas históricas cifras. El precio promedio del galón de gasolina regular superó este martes los 4,173 dólares, 55 centavos más en la última semana y cerca de 72 centavos más respecto al mes anterior. Por su parte, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa,, subió 6 dólares por unidad, un 5%, hasta los 129,5 dólares.

Los expertos apuntan ahora con incertidumbre a países como Venezuela, Irán o Arabia del Sur, regímenes autoritarios sancionados desde hace tiempo por Estados Unidos, pero hacia quienes funcionarios de la Administración Biden han puesto el foco, iniciado conversaciones para acercar posturas contra Putin en un intento de reducir la dependencia de petróleo procedente de Rusia.

Junto a la economía mundial y el bolsillo de los consumidores, la estrategia política del presidente demócrata también podría verse afectada por una decisión de la que Biden reconocía no haber tenido elección. El sacrificio económico al que se expone desvía su atención hacia la preocupación en torno a la procedencia de suministros energéticos que muchos países, especialmente europeos, no pueden producir por cuenta propia. Legisladores estadounidenses del Congreso, tanto demócratas como republicanos, trasladaron al presidente de EE UU la petición de que la producción energética sea doméstica para evitar que otros países productores delimiten, por dependencia, sus actuaciones en el futuro marcando sus propias condiciones. Una presión, la de legisladores de ambos partidos, que terminó por convencer al presidente Joe Biden de poner en marcha la prohibición.

La nueva restricción puesta de Estados Unidos contra Rusia también responde a las súplicas de suprimir las importaciones rusas por parte del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski. A pesar de las severas sanciones económicas impuestas contra Rusia por Estados Unidos y sus socios y aliados, las exportaciones de energía habían mantenido un flujo constante desde que diera comienzo la guerra de Putin contra Ucrania.

Poco antes de la comparecencia de prensa de Joe Biden, la Casa Blanca emitió un comunicado para adelantar que el presidente estadounidense «anunciaría acciones para continuar responsabilizando a Rusia por su guerra no provocada e injustificada contra Ucrania».

El primer ministro británico, Boris Johnson, se unía a Biden también en esta decisión como medida de presión contra Rusia y anunció que eliminará «gradualmente» la importación de petróleo de Rusia y los productos derivados del crudo ruso para finales de 2022. Decisión que EE UU empezó a poner en marcha desde la semana pasada.