Defensa
Suecia descarta ingresar en la OTAN porque crearía más inestabilidad en Europa
Estocolmo y Helsinki envían una carta a sus socios de la UE para subrayar la cláusula de defensa común
A seis meses de las elecciones generales y en medio de una guerra en Ucrania que ha puesta patas arriba la seguridad en Europa, Suecia se resiste a romper con sus dos siglos de neutralidad y sumarse a la OTAN. Así los confirmó esta tarde la primera ministra, la socialdemócrata Magdalena Andersson, que rechazó abrir el debate sobre una adhesión a la Alianza Atlántica, que sí apoya la oposición de centro de derecha.
En opinión de la líder socialdemócrata, una hipotética entrada del país nórdico en la Alianza Atlántica solo sumaría más inestabilidad. “Si Suecia optara por presentar una solicitud a la OTAN en esta situación, desestabilizaríamos aún más la situación en Europa”.
La posición del Gobierno sueco contraste con la vecina Finlandia, donde los partidos políticos han iniciado un debate en el Parlamento sobre el ingreso en la Organización del Tratado del Atlántico Norte trasuna iniciativa ciudadana que ha recogido 50.000 firmas.
Andersson se limitó a subrayar la cooperación en defensa “profundamente integrada” entre Suecia y Finlandia, pero se negó a responder sobre qué pasaría sí Helsinki solicita en solitario su adhesión a la OTAN. “Hay una discusión en Finlandia, eso lo sabemos todos y lo seguimos muy de cerca. Por eso tenemos contactos muy estrechos con Finlandia y esa fue una de las razones por las que Peter Hultqvist [ministro de Defensa sueco] y yo estuvimos en Finlandia el sábado pasado”.
El Gobierno socialdemócrata prefiere mantener su actual política de defensa, muy activa desde la ocupación rusa de la península de Crimea en 2014. Desde entonces, se ha recuperado el servicio militar obligatorio,se han enviado tropas a la estratégica isla de Gotland en el mar Báltico y se ha aumentado en tres ocasiones el presupuesto de defensa.
“Creemos que la línea en defensa de Suecia beneficia nuestra seguridad. Pero también vemos la necesidad de actualizar al análisis de la política de seguridad y vamos a hacerlo”, afirmó Andersson en su comparecencia.
Al no formar parte de la Alianza Atlántica, Suecia no dispone del paraguas de la cláusula de defensa colectiva (el famoso artículo 5) del que disfrutan los 30 países aliados, por lo que quiere reforzar el equivalente que prevé la defensa europea en el Tratado de Lisboa. Andersson anunció que los Gobiernos de Estocolmo y Helsinki han escrito una carta conjunta a sus socios de la UE de cara a la cumbre informal que los líderes comunitarios celebran en Versalles el jueves y viernes. Con la misiva, ambos países nórdicos tratan de enfatizar la importancia de la cláusula de defensa común de la UE, el artículo 42.7, que obliga a los Estados miembros a brindar apoyo y asistencia “en caso de que un Estado miembro sea objeto de un ataque armado en su territorio”. “Se trata de recalcar que esa cláusula existe”, insiste Andersson.
Tras la invasión de Ucrania, Rusia amenazó con “medidas de represalia” si Finlandia y Suecia decidían sumara a la OTAN y tras las masivas sanciones aprobadas por los Veintisiete, el Kremlin ha incluido a los dos países nórdicos en la lista de “países hostiles”. “Está claro que puede tener consecuencias para las inversiones y empresas suecas y, en última instancia, también para los empleos suecos”, reconoce Andersson.
La primera ministra sueca aprovechó su intervención para condenar la agresión rusa contra su vecino ucraniano como “una guerra cada vez más brutal e indiscriminada que afecta a los civiles”. “La guerra de Rusia es ilegal. Deben aplicarse las leyes de la guerra. La violencia contra los civiles debe cesar de inmediato”, exigió Andersson. La agresión rusa llevó al Gobierno sueco a romper su tradición y enviar armas letales a un país en conflicto. Desde la invasión soviética de Finlandia en 1939, Estocolmo no se había movido de sus principios pacifistas.
La decisión sueca de aparcar cualquier debate sobre la “opción OTAN” se produce pocos días después de que Reino Unido, un país con poder nuclear, diera a Estocolmo garantías de defensa. “Suecia es parte de la misma familia, así que ayudaríamos a Suecia. Haríamos todo lo que podamos, tanto militarmente como de otras maneras”, aseguró Ben Wallace, el ministro británico de Defensa, tras reunirse con su homólogo sueco en Copenhague el pasado viernes.
Con su estrecha relación con la OTAN, que comparte información con Suecia pese a no formar parte de la organización, su alianza militar con Finlandia y las garantías de seguridad de EE UU y Reino Unido, el Gobierno sueco considera que no necesita integrarse en la organización militar euroatlántica a medio plazo.
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