Defensa

Finlandia discute su ingreso en la OTAN pese al portazo de Suecia

El Gobierno finlandés quiere consensuar con los partidos la futura política exterior y de seguridad del país nórdico

La primera mnistra finlandesa, la socialdemócrata Sanna Marin
La primera mnistra finlandesa, la socialdemócrata Sanna MarinDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Finlandia sabe bien qué es sentir el aliento del oso ruso. El país nórdico es después de Ucrania el Estado que más kilómetros comparte con Rusia. Esta circunstancia llevó al país nórdico a una impuesta neutralidad durante la Guerra Fría. La guerra de Putin, sin embargo, ha provocado un terremoto en la opinión pública finlandesa, que por primera vez apoya mayoritariamente una eventual adhesión a la OTAN. Según una encuesta de la cadena pública Yle, el 53% de los finlandeses apoya que su país se una a la organización militar, mientras un 28% está en contra y un 19% no se pronuncia. Cuando se realizó un sondeo similar en 2017, solo el 19% de la población estaba a favor de entrar en la Alianza Atlántica.

Tradicionalmente, Finlandia y su vecina Suecia se han mantenido al margen de las alianzas militares por su histórica neutralidad, si bien la creciente agresividad rusa en el mar Báltico ha obligado a ambos países a reforzar su cooperación militar bilateral y con la OTAN, de la que son aliados pero no Estados miembros.

La decisión del Gobierno sueco de renunciar a abrir un debate parlamentario sobre una eventual adhesión a la Alianza Atlántica no parece que vaya a modificar los planes de Helsinki. Al contrario, la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, confirmó este miércoles en una comparecencia ante la Prensa que su Ejecutivo mantiene su intención de abrir un amplio debate nacional “lo más amplio posible” en los próximos meses sobre un eventual ingreso en la OTAN.

En efecto, la coalición de centro izquierda prevé presentar “dentro de unas semanas” al “Edusknta” (Parlamento) un informe sobre los diferentes escenarios de la política exterior y de seguridad finlandesa con objeto de que los partidos políticos emprendan un “debate exhaustivo” a lo largo de esta primavera, para el que Marin no quiso fijar un plazo de finalización.

“Estamos en una fase en la que estamos tratando de alcanzar un consenso nacional en este entorno de política de seguridad cambiante, incluidas las cuestiones que tienen que ver con una solicitud de entrada en la OTAN”, explicó la primera ministra. “Haremos una amplia evaluación tanto de las implicaciones de solicitar la adhesión a la OTAN como las de no hacerlo. Hay que tener en cuenta que no pedir el ingreso también es una elección y también tiene sus consecuencias”, aseguró.

Independiente del debate sobre la posible solicitud de adhesión a la Alianza Atlántica, Marin expresó la disposición del Gobierno para aumentar “en cientos de millones de euros” el presupuesto de defensa para hacer frente a los nuevos desafíos.

El país nórdico no solo busca garantizar su seguridad a través de la OTAN y la UE, a la que ingresó en 1995, sino que también mantiene un estrecho diálogo con Estados Unidos. Prueba de ello es la visita que el presidente finlandés, Sauli Niinistö, efectuó a la Casa Blanca el pasado viernes. Allí el presidente Joe Biden se comprometió a proteger a Finlandia de un eventual ataque ruso.

“Finlandia es un socio clave de Estados Unidos, un aliado robusto también en temas de defensa y un aliado de la OTAN, especialmente en lo relativo a la fuerza y seguridad de la zona del mar Báltico”, recalcó el mandatario al recibir a Niinistö en el Despacho Oval.

Durante dicho encuentro, ambos mandatarios hablaron por teléfono con la primera ministra sueca,Magdalena Andersson, sobre la seguridad en Europa tras la invasión rusa de Ucrania. Un día después, la jefa de Gobierno sueca y su ministro de Defensa, Peter Hultqvist, viajaron a Helsinki para reunirse con sus homólogos finlandeses y el presidente Niinistö. La diferente manera de abordar la relación con la OTAN no parece distanciar a ambos países nórdicos. Todo lo contrario. Estocolmo y Helsinki enviaron a sus socios de la UE una carta en la que les recuerdan la defensa colectiva que prevé en el artículo 42.7el Tratado de Lisboa “en caso de que un Estado miembro sea objeto de un ataque armado en su territorio”.