Un ataque ruso mata a 10 personas que hacían cola para comprar pan en Chernigov

A las 10:00 horas de la mañana de ayer diez personas hacen cola para comprar pan en la ciudad norteña de Cherniguiv. En cuestión de segundos su vida va a dar un giro. Los ciudadanos se convierten en un objetivo más del bombardeo de las fuerzas áreas rusas contra las áreas residenciales. El vídeo subido por el «Suspilne» y geolocalizado por el CNN muestra imágenes dantescas consecuencias del ataque aéreo.

Aparece gente herida o muerta en el suelo cerca del establecimiento, mientras decenas de personas que se encuentran en el lugar prueban a ayudar a los supervivientes. Medios ucranianos informaron de que las fuerzas rusas dispararon con artillería pesada, «muy probablemente misiles Grad».

El jefe de la administración regional, Vyacheslav Chaus, sostuvo que el ataque era indicativo del uso de fuego por parte de Rusia contra la población civil. «Este no es el primer proyectil de este tipo [en la ciudad], ni es el primer bombardeo de civiles por parte del enemigo. Están bombardeando y destruyendo principalmente infraestructura civil en la ciudad de Cherniguiv y otras ciudades de la región», denunció Chaus a la televisión ucraniana.

Según la prensa local, la Fiscalía ha iniciado al menos 200 casos penales que pueden clasificarse como crímenes de guerra. La universidad y el estadio principales han sido destruidos, varias iglesias, escuelas, mercados y bloques residenciales bombardeados. Una lista negra a la que podría sumarse el bombardeo contra un teatro en Mariupol (con 1.000 personas) que se conoció al cierre de esta edición.

Cherniguiv no está aislado del resto del país, pero los productos se han estado agotando. Dina Vong, una residente, lamenta en Facebook que las tiendas solo tienen productos básicos como el pan o productos caros como caviar o camarones. No siempre hay forma de saber exactamente qué se puede comprar en la tienda, ya que las filas son muy largas, subraya. Las personas se unen a colas con la esperanza de que al final sean recompensadas con algún producto valioso. Vong escribe que a menudo la gente no se esconde cuando suenan las sirenas y oyen el sonido de los bombardeos porque corre el riesgo de perder su turno. Eso mismo les ocurrió a las diez personas que murieron en la cola del pan.