VDV
Así han fracasado en Ucrania los paracaidistas de Putin, el principal cuerpo de élite de las tropas rusas
Conocida como VDV, la mayor fuerza aerotransportada del mundo, necesitó ayuda para tomar el aeródromo de Hostomel y su actuación se ha saldado con multitud de bajas y la muerte de uno de sus generales por un francotirador
Son, a priori, uno de los cuerpos de élite de las fuerzas armadas rusas. Las unidades paracaidistas (en ruso: Воздушно-десантные войска, Vozdushno-desántniye voiská), dependen directamente del Kremlim a través del Ministerio de Defensa, teniendo así el estatus de cuerpo independiente dentro de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa. De hecho, las VDV son la fuerza militar rusa con mayor capacidad de movilidad y la mayor fuerza aerotransportada del mundo.
Tanto es así que suelen considerarse como una fuerza de élite debido a que sus miembros son seleccionados individualmente entre voluntarios según criterios de condición física e inteligencia, además de recibir un entrenamiento más riguroso que el resto de las unidades rusas. Además, al contrario que las unidades aerotransportadas de los ejércitos occidentales, que deben desplazarse a pie una vez llegadas a su destino, cada división de las VDV está mecanizada con entre 200 y 300 vehículos de combate blindados, lo que les permite una mayor movilidad y una potencia de fuego superior a la de la infantería ligera convencional.
A lo largo de su historia, con casi un siglo a sus espaldas, han sido utilizadas para la toma de Checoslovaquia en 1968 tras la Primavera de Praga, las guerras de Afganistán o Chechenia, la toma de Abjasia y Osetia del Sur ante las fuerzas armadas de Georgia... y la invasión de Ucrania.
Sin embargo, ¿por qué casi nadie habla de ellos a lo largo de estas tres semanas de guerra en Ucrania? Las VDV hicieron su aparición el primer día de la invasión en la toma del aeródromo de Hostomel, a las afueras de Kiev.
En la mañana del 24 de febrero, cerca de una treintena de helicópteros rusos llegaron al aeropuerto Antonov, en Hostomel, para tomarlo y tratar de crear un puente aéreo en el que las tropas y el equipo pudieran reunirse a menos de 10 kilómetros de Kiev. Los aparatos rusos, Mi-8, transportaban centenares de miembros de las tropas aerotransportadas escoltadas por helicópteros de ataque Ka-52 .
Volando bajo, llegaron al aeropuerto desde el río Dniéper, pero fueron inmediatamente atacados por fuego de armas pequeñas y lanzamisiles tierra-aire portátiles (MANPADS). Los helicópteros rusos respondieron lanzando bengalas. En el cruce de fuego varios Mi-8 fueron dañados o derribados, cayendo incluso alguno de ellos al agua, y al menos un Ka-52 fue también derribado. No empezaba bien la invasión para las tropas aerotransportadas rusas.
Una vez desembarcados, las unidades comenzaron a tomar el aeropuerto, pero una contraofensiva ucraniana de la 4ª Brigada de Reacción Rápida de la Guardia Nacional les impidió asegurar la instalación en su totalidad. Al carecer de vehículos blindados, los soldados rusos dependían del apoyo aéreo, que recibieron de dos Su-25.
Los aviones de combate ucranianos que sobrevivieron a los primeros ataques con misiles rusos participaron en el suministro de apoyo aéreo a las unidades de la Guardia Nacional. Tras rodear el aeropuerto, los ucranianos expulsaron a las fuerzas rusas por la noche obligando a los paracaidistas supervivientes a retirarse a los bosques próximos al aeropuerto. Más tarde, la 4ª Brigada de Reacción Rápida publicó en su página de Facebook una imagen de sus soldados celebrando la victoria, mientras sostenía una bandera ucraniana llena de agujeros de bala.
Al día siguiente, el 25 de febrero, llegaban refuerzos rusos a través de Bielorrusia y lograron tomar el control del aeropuerto tras romper parcialmente las defensas ucranianas en la Batalla de Ivankiv. La captura se produjo tras una operación en la que participaron unos 200 helicópteros y se logró establecer un punto de apoyo en Hostomel, desde donde comenzaron a ocupar puestos de control dentro de la ciudad.
Al final, el Gobierno ucraniano, tras negarlo inicialmente, tuvo que reconocer que las fuerzas rusas tenían el control del aeropuerto, aunque para ello los rusos necesitaron emplearse a fondo y hacer valer su superioridad numérica en hombres y armas. La unidad de élite de su ejército, las tropas aerotransportadas, fueron incapaces por sí mismas de ganar la batalla por el control del aeropuerto.
Por si fuera poco, en medio de la batalla por el aeródromo, uno de los principales generales de Putin, Andrei Sukhovetsky, cayó víctima del disparo de un francotirador ucraniano. El general había sido un paracaidista muy respetado dentro de las fuerzas armadas y recibió una condecoración por su participación en la anexión de Crimea en 2014, lo que para muchos es el inicio del actual conflicto. También había participado en la guerra de Siria, donde Rusia salió victoriosa en su ayuda al régimen de Bachar al Asad.
Asimismo, el paracaidista Georgy Dudorov, subcomandante de la compañía de reconocimiento del 137.° regimiento de la 106.° División Aerotransportada de la Guardia de Tula e hijo de uno de los amigos de Vladimir Putin en la KGB, también habría caído por un disparo de artillería mientras realizaba una misión de combate, la misma suerte que habría corrido Aleksey Aleshko, un graduado de la prestigiosa Escuela Superior Aerotransportada de Guardias de Ryazan.
Según informaron varios medios internacionales citando a Taras Kuzio, investigador asociado de la Henry Jackson Society, decenas de paracaidistas rusos habrían muerto en su fallido intento de tomar este aeropuerto. Por el momento, Rusia solo ha reconocido la muerte de cinco de ellos, condecorados póstumamente con la Orden del Valor por orden expresa de Putin.
Por si fuera poco, también se ha informado de múltiples casos en los que los paracaídas de los miembros de las VDV no se han abierto durante la toma del aeropuerto.
El 27 de febrero, el Servicio de Seguridad de Ucrania publicó una supuesta conversación interceptada de las fuerzas rusas en Hostomel informando de bajas y solicitando ser evacuadas, aunque llegados a este punto las informaciones empiezan a ser muy difíciles de contrastar por uno y otro lado. El mismo día, las fuerzas ucranianas bombardearon el aeropuerto con artillería y afirmaron haber destruido varios equipos, vehículos y personal rusos.
En cualquier caso, parece que los combates continúan y los paracaidistas asentados en Hostomel siguen siendo sometidos a fuerte artillería del lado ucraniano.
Sea como fuera, las bajas no se han limitado a Hostomel y se han extendido a otras operaciones en las que han participados las tropas aerotransportadas.
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