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La foto del año: Esta es la imagen ganadora del World Press 2022 y por qué es histórico que reciba el premio

La fotoperiodista canadiense Amber Bracken publicó su trabajo en el New York Times

La presidenta del jurado del World Press Photo, Rena Effendi, consideró que el trabajo de Bracken, premio en la categoría de Fotografía del Año, es “un tipo de imagen que se graba en la memoria"
La presidenta del jurado del World Press Photo, Rena Effendi, consideró que el trabajo de Bracken, premio en la categoría de Fotografía del Año, es “un tipo de imagen que se graba en la memoria"Amber BrackenAgencia AP

Vestidos rojos colgados de cruces en una carretera en Canadá, en memoria de los 215 niños indígenas cuyos restos fueron localizados en tumbas sin marcar de una antigua residencia escolar en Kamloops es la imagen ganadora del World Press Photo a la Fotografía del Año 2022. El trabajo fue publicado en el New York Times por la fotoperiodista canadiense Amber Bracken.

La presidenta del jurado del World Press Photo, Rena Effendi, consideró que el trabajo de Bracken, premio en la categoría de Fotografía del Año, es “un tipo de imagen que se graba en la memoria, inspira una especie de reacción sensorial, casi dejar escuchar la tranquilidad, un momento sereno de ajuste de cuentas global para la historia de la colonización, no solo en Canadá sino en todo el mundo”.

Es la primera vez en los 67 años de la historia del World Press Photo que no aparece ninguna persona en la instantánea. La fotografía muestra unos vestidos de color rojo colgados en cruces a lo largo del camino, en recuerdo de alumnos de la Escuela Residencial de Kamloops, provincia de Columbia Británica, y cuyos cadáveres fueron localizados el año pasado en tumbas sin identificar en terrenos de la antigua escuela.

Los niños de este internado, dirigido por los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, eran sacados a la fuerza de sus comunidades e internados en el lugar, y sufrían abusos físicos, emocionales y sexuales como parte de una “reeducación” para eliminar la cultura indígena.

El sistema de residencias escolares fue impuesto por las autoridades canadienses a finales del siglo XIX para eliminar la cultura aborigen del país. Entre 1890 y 1997 más de 130 escuelas residenciales funcionaron en Canadá y unos 150.000 niños indígenas fueron internados en ellas.

En 2015, la Comisión para la Verdad y la Reconciliación de Canadá concluyó que uno de cada cincuenta niños que estaban internados en estas escuelas murieron en las propias instituciones.

Por otro lado, una tribu indígena del sur de la provincia canadiense de Columbia Británica denunció en julio el hallazgo de otras 182 tumbas sin identificar cerca de un internado de asimilación forzosa de población indígena, con las que la cifra de tumbas anónimas encontradas cerca de estas antiguos centros es ya de 1.148.

Los grupos indígenas canadienses han pedido en numerosas ocasiones que se investiguen todas las antiguas escuelas residenciales del país. Durante décadas, miles de niños fueron apartados de sus familias e internados en colegios residenciales, donde debían aprender las tradiciones de los colonialistas europeos para olvidar su propia cultura, enfrentándose además a la violencia y a abusos sexuales.