Combates
La violenta historia de Azovstal, la fábrica de acero bombardeada por Hitler en 1941 y por Putin en 2022
Tras ser destruida por los nazis, los líderes soviéticos la reconstruyeron con almacenes capaces de soportar ataques aéreos y bombas nucleares
La acería Azovstal se ha convertido en un emblema de la resistencia de los ucranianos de la ciudad de Mariupol contra los invasores rusos. Dentro de esta gran fábrica de hierro y acero, de 11 kilómetros cuadrados y enclavada en la costa marítima, han resistido hasta ahora cientos de soldados ucranianos, entre ellos decenas de miembros del Batallón Azov. Su interior alberga decenas de kilómetros de tuberías y salas recónditas que permiten aguantar a los locales que no quieren rendirse a la fuerza de Moscú.
No es la primera vez que esta enorme industria sufre los efectos destructivos de una guerra. Su pasado está llena de sobresaltos y refleja fielmente la propia historia de Ucrania en las últimas décadas.
Azovstal comenzó a operar en 1933 después de que las autoridades soviéticas eligieran para su ubicación la costa del mar de Azov debido al fácil acceso marítimo. La destrucción a la que ha sido sometida en esta guerra tiene un precedente en la Segunda Guerra Mundial. En el año 1941, la acería fue bombardeada por las tropas nazis en su avance hacia Moscú. En 1941, Azovstal tuvo que parar su actividad y miles de trabajadores huyeron de la zona. Tras la invasión nazi, la planta industrial quedó reducida a escombros, como muestran las fotos de la época.
La invasión alemana de Mariupol sirvió para que las autoridades moscovitas extrajeran varias lecciones. Una de ellas es que había que reforzar la seguridad de la acería de Azovstal. Fue así como los planificadores soviéticos construyeron refugios antiaéreos después de la guerra. De hecho, los rusos estarían usando actualmente “bombas pesadas” para doblegar a los ucranianos resistentes, según dijo Sergiy Zgurets, analista militar ucraniano a Reuters, dada la consistencia y el grosor de muchos de los muros de la fábrica. Las autoridades de Kiev han acusado a Rusia de lanzar armas químicas en la acería para desalojar a los ocupantes, si bien no existe otra confirmación que fundamente la acusación.
La fábrica de Azovstal tiene una extensión de 11 kilómetros cuadrados y fue construida para soportar un ataque nuclear. Su interior es un auténtico laberinto repleto de pasillos y búnkeres. Su elección como refugio para los soldados ucranianos frente a los rusos tiene que ver con el carácter de fortaleza de este gran espacio industrial.
Mariupol alberga otra gran planta siderúrgica, la de Illich, capturada por las fuerzas del Kremlin hace días. Ambas son propiedad de Ilyich Iron and Steel Works. Antes de la guerra unos 40.000 residentes trabajaban en Azovstal y en la acería de Illich. Las dos plantas representan un tercio de la producción de acero bruto en Ucrania, según The Washington Post.
Azovstal es una de las acerías más grandes de Europa y antes de la invasión producía más de cuatro millones de toneladas de acero bruto anuales. Durante décadas fue motivo de orgullo de los jerarcas soviéticos. En 2005 fue privatizada y actualmente pertenece al conglomerado metalúrgico y minero del grupo Metinvest de Rinat Ajmetov, el hombre más rico de Ucrania, que fue presidente del equipo de fútbol Shakhtar y que nació en una familia humilde de Donetsk, donde su padre trabajaba en una mina de carbón. Ajmetov acumula una fortuna aproximada de 6.900 millones de euros, lo que le coloca en el número 327 de la lista de personas más ricas del mundo.
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