República Centroafricana se convierte en el segundo país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda legal

La República Centroafricana se ha convertido hoy en el segundo país del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal. Hasta la fecha solo El Salvador se había decidido por perseguir esta jugada económica tan poco convencional, con un periplo que arrancó en junio de 2021. La noticia de que República Centroafricana aceptaría esta moneda a niveles institucionales se distendió después de que la oficina del presidente publicara un comunicado en el que se enorgullecía de ser “el primer país de África en adoptar el Bitcoin como moneda de referencia”, a la par que anunciaba “la aplicación de una agenda que permita el crecimiento fuerte e inclusivo en el beneficio del desarrollo”. El comunicado, plagado de mensajes esperanzadores hacia el futuro y congratulaciones de propaganda, termina haciendo un llamamiento al legado que dejarán “a las generaciones futuras”.

La Asamblea Nacional aprobó el proyecto por unanimidad y su decisión pilló por sorpresa a los organismos económicos, tanto a nivel estatal como mundial. A las pocas horas de hacerse pública la noticia, el FMI instó al Gobierno centroafricano a enderezar el curso y suprimir “el curso legal” de la criptomoneda, mientras que miembros del Banco de los Estados de África Central (con sede en Camerún) afirman que nunca se les comunicaron las intenciones del presidente Faustin-Archange Touadéra. Casi parece que el comunicado famoso fuera lo único que vuelve real esta decisión, casi más que la votación de la Asamblea Nacional o su aplicación.

La única moneda de curso legal en República Centroafricana había sido el franco CFA de África Central, una moneda ligada históricamente al franco francés y posteriormente al euro (656,80 francos CFA equivalen inequívocamente en un euro todos los días del año, con independencia de cómo fluctúen las economías de los países que se rigen por estas dos monedas). Líderes panafricanistas de diverso pelaje han criticado muy duramente el sistema del franco CFA y se adivina en el comunicado de la oficina presidencial un ligero regusto a victoria sobre el neocolonialismo, al relegar a la vieja moneda para dejar hueco al Bitcoin. Aunque los expertos temen el desastre, de la misma manera que se opina sobre las facilidades que el uso de la criptomoneda concedería a la corrupción y a las prácticas ilegales (el país se encuentra en la 169ª posición del Índice de la Percepción de la Corrupción y dos tercios de su territorio lo controlan milicias independientes), todo parece indicar que República Centroafricana continuará hasta el final con su propuesta.

Una población sin Internet

Se enfrenta a varios retos, si quiere cumplir su nuevo sueño. Para empezar, las estadísticas aseguran que Internet solo ha penetrado en un 7,1% de la población. Unos niveles tan bajos de digitalización suponen gran impedimento para utilizar una moneda digital. A esto se le añadiría que la economía de la nación africana está sostenida mayormente en el dinero en efectivo, al no ser habitual que los nacionales sean titulares de cuentas bancarias. Un caso similar ocurrió en El Salvador, donde casi un 70% de la población se encuentra fuera del sistema bancario y que tampoco ha conseguido arraigar del todo el uso de la criptomoneda.

Por otro lado, una diferencia entre El Salvador y República Centroafricana es que la moneda del país americano es independiente al resto de naciones y proclive por tanto a los meneos de la inflación, mientras la moneda africana la comparten cinco países y viene firmemente atada y asegurada por su vinculación al euro. Si la decisión de los dirigentes centroafricanos se debe a un éxtasis panafricanista, una estrategia para atraer la atención del mundo, una balsa para que fluya la corrupción o unaestrategia ideada por la injerencia rusa en el país, eso se nos escapa. Por lo pronto son el segundo país del mundo en dar este paso.