Ataque racista

El agresor de Búfalo escribió en el instituto que quería provocar una matanza

El adolescente que ayer asesinó a 10 personas en un supermercado había investigado la demografía local con el “expreso propósito” de matar al mayor número posible de personas negras

Monumento improvisado a las víctimas cerca del lugar del tiroteo de ayer en una tienda de comestibles Tops Friendly Market en Búfalo
Monumento improvisado a las víctimas cerca del lugar del tiroteo de ayer en una tienda de comestibles Tops Friendly Market en BúfaloBRANDON WATSONAgencia EFE

Un nuevo episodio de terror en Estados Unidos deja un trágico balance de 10 personas muertas y otras tres heridas de bala, después de que un joven blanco de 18 años, fuertemente armado, disparara deliberadamente contra sus víctimas en un supermercado de Búfalo, población mayoritariamente negra situada en el Estado de Nueva York. Payton S. Gendron condujo durante más de 300 kilómetros hasta la tienda Tops vestido de militar, con un chaleco antibalas, equipo táctico y un casco con una cámara de vídeo para emitir en directo la masacre. El autor del tiroteo utilizó un rifle de asalto con la inscripción racista «anti-negros» y comenzó a disparar en el estacionamiento de la zona comercial antes de trasladarse dentro del supermercado en plena hora punta: las 14:30 de la tarde.

Tiroteo supermercado Nueva York
Tiroteo supermercado Nueva YorkTania Nieto

Tres víctimas murieron en el exterior, otras siete en el interior del establecimiento. «Había cuerpos por todas partes», contaron los testigos. El encargado del súper, Shonnell Harris, llegó a escuchar hasta 70 disparos mientras corría escondiéndose entre las estanterías del supermercado para evitar el impacto de las balas.

El autor del atentado intercambió fuego con el guardia de seguridad en el interior de la tienda antes de matarlo y siguió acechando a todo aquél que se cruzara en su camino. Entre las víctimas mortales se encontraba también una madre de cuatro hijos de 86 años que se había detenido a comprar después de haber visitado a su marido, ingresado en una residencia de ancianos.

Tras interminables minutos de ataque, el asaltante salió hacia el exterior, donde habían llegado ya dos patrullas de la Policía y le obligaron a soltar el arma. «El sospechoso se puso la pistola en el cuello». Después, «soltó el arma, se quitó parte de su equipo táctico y se rindió en ese momento», explicó el comisario de la Policía de Búfalo, Joseph Gramaglia.

En prisión preventiva sin fianza, Payton se declaró no culpable de los cargos. Procesado por asesinato en primer grado, el cargo más alto en el Estado de Nueva York, el joven racista podría pasar el resto de sus días entre rejas si es declarado culpable, enfrentándose a una condena de cadena perpetua.

El autor de la matanza había adelantado en un manifiesto sus intenciones de actuar contra las víctimas con premeditación, disparando contra el mayor número posible de personas de raza negra, inspirado en otros tiroteos masivos por odio racial, como la masacre de la mezquita en Nueva Zelanda en 2019 o la de ese mismo año en otro supermercado, un Walmart de Texas.

Payton dejó un rastro de 180 páginas de clara evidencia del crimen de odio que planificó a sangre fría, explicando en primera persona su filosofía confesa de supremacista blanco y la premeditada línea temporal completa de los acontecimientos: el uso del rifle de asalto semiautomático Bushmaster, el día y el lugar de la matanza, el trayecto que recorrería en coche, el sitio donde comería y la conexión en directo que retransmitiría.

Además, el asaltante había estudiado minuciosamente los detalles del exterior e interior de la tienda, dónde abordaría al guardia de seguridad en la entrada y cómo dispararía a sus víctimas de raza negra en el interior del supermercado, dos disparos contra el pecho de cada uno de los que se encontrara.

«Fue un crimen de odio por motivos raciales», confirmaron las autoridades locales. Se trata de la peor masacre a mano armada en lo que va de año en EE UU, el país del mundo con más armas de fuego en manos de civiles. Se calcula que hay nueve armas por cada diez ciudadanos, y tanto su venta como su uso injustificado han aumentado drásticamente en los últimos años, especialmente desde que comenzó la pandemia en 2020.

El joven de 18 años escribió cuando estaba en el instituto que quería cometer un tiroteo masivo, según el diario “The Wall Street Journal”.

El periódico, que cita a un agente con conocimiento de la investigación, asegura que los profesores informaron a la Policía.

El comisionado de Policía de Búfalo, Joseph Gramaglia, reconoció durante una rueda de prensa celebrada este domingo que en junio del año pasado el atacante, identificado como Payton Gendron, hizo una “amenaza generalizada, pero no una amenaza específica dirigida hacia un lugar o una persona en concreto”.

Gramaglia, que no ofreció más detalles sobre esa amenaza, se limitó a apuntar que la Policía investigó lo ocurrido, mantuvo una entrevista con él y lo trasladó a una institución mental para que fuera evaluado.

Según el “Wall Street Journal” un día y medio después fue dado de alta.

La reacción de Biden

«Cualquier acto de terrorismo doméstico, incluido un acto perpetrado en nombre de una repugnante ideología nacionalista blanca, es la antítesis de todo lo que representamos en EE UU», declaró el presidente Joe Biden a través de un comunicado.

Tanto la declaración como su manifiesto confesando cometer el crimen de odio demuestran que Payton defendía el argumento de que los estadounidenses corren el peligro de ser reemplazados por personas de color, un argumento común entre la ideología de extrema derecha conocido como «la teoría del gran reemplazo».

El domingo, en su intervención en el servicio conmemorativo de los agentes de la paz en el Capitolio de Estados Unidos, el presidente Joe Biden dijo que “debemos trabajar todos juntos para hacer frente al odio que sigue siendo una mancha en el alma de Estados Unidos”.