Geografía

Así es el Principado de Sealand, la micronación más pequeña del mundo

Esta pequeña nación de unos escasos 550 metros cuadrados se autoproclamó independiente en el año 1967

Plataforma marítima HM Fort Roughs, sobre la que se levantó el Principado de Sealand
Plataforma marítima HM Fort Roughs, sobre la que se levantó el Principado de SealandLa Razónfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

De acuerdo con lo establecido por la Convención de Montevideo de 1933 sobre los Derechos y Deberes de los Estados, para que una nación soberana pueda ser considerada como tal, necesita ser reconocida internacionalmente. No basta con tener una bandera, un himno, un pasaporte… y demás elementos simbólicos y burocráticos. Sin embargo, hay algunos territorios que -con mayor o menor grado de seriedad- aspiran a actuar como estados soberanos en la esfera internacional. Y de todos los territorios que aspiran a ese reconocimiento, hay uno que destaca sobre el resto por su escaso tamaño: el Principado de Sealand.

Cómo se construye una micronación

Con una extensión de 550 metros cuadrados, esta micronación isleña se cree merecedora del título de estado nacional independiente. Está situada a unos 13 kilómetros de la costa sudeste de Gran Bretaña (fuera de sus aguas territoriales). Tiene algo menos de 50 habitantes y opera con su propia divisa: el dólar de Sealand. Para entender cómo surgió esta micronación, debemos remontarnos unos cuantos años. Concretamente, a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

El temor a los ataques aéreos alemanes, llevó a las autoridades británicas a tomar la decisión de levantar varias fortalezas flotantes alrededor de su litoral; para poder instalar armamento antiaéreo capaz de derribar las aeronaves enemigas antes de que entrasen en territorio británico y perpetrasen un ataque. Pero claro, una vez terminada la guerra, estos enormes bloques de hormigón se convirtieron en un auténtico incordio para la navegación.

Pero como suele ocurrir, lo que para unos es basura, para otros es un tesoro. Un antiguo oficial de la Royal Navy reconvertido en “pirata radiofónico”llamado Paddy Roy Bates, fue capaz de reparar en la infinidad de posibilidades que ofrecía una de estas plataformas marinas: la “HM Fort Roughs”. Había sido construida en aguas internacionales y -por lo tanto- su situación geográfica le permitía a Bates saltarse el monopolio que -por aquel entonces- tenía la BBC sobre las ondas inglesas.

Localización geográfica del Principado de Sealand | Fuente: Wikimedia
Localización geográfica del Principado de Sealand | Fuente: WikimediaLa Razónfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

Sin embargo, el 2 de septiembre del año 1967, Paddy Roy Bates decidió ir un poco más lejos en su fantasía libertaria y declaró a Sealand como territorio independiente... y a él mismo como su monarca. Poco a poco, fue incluyendo otros elementos propios de los países, como una bandera, un himno e -incluso- un lema: “E mare, Libertas”, es decir, “del mar, libertad”. En el año 1970 se aprobó la Constitución del Principado de Sealand, que dictaminó que se gobernaría como una monarquía parlamentaria.

La historia del Principado de Sealand es tan curiosa que llegó -incluso- a padecer uno de las males endémicos de cualquier estado: un golpe de estado. En el año 1978, un abogado de origen alemán pero con pasaporte sealandés, intentó tomar el control de la plataforma por la fuerza. Finalmente, tanto el disidente como los mercenarios que le acompañaban fueron detenidos a punta de ametralladora.

Paradójicamente, en este momento tan crítico en su historia, Sealand obtuvo una de sus mayores victorias. Enviados del cuerpo diplomático germano se vieron en la necesidad de sentarse a la mesa a negociar con las autoridades sealandesas, para negociar la liberación del abogado... como iguales. Lo que podría interpretarse como un reconocimiento oficial a su estatus soberano.

 

Paddy Roy Bates falleció en el año 2012. Pero eso no hizo que su obra muriese con él. La corona pasó a su primogénito, que desde entonces sería conocido como Michael I... cabeza de la Casa Real y de la empresa familiar de exportación de berberechos. Cada día, el Principado de Sealand recibe más de 100 correos electrónicos de personas de todo el mundo, dispuestas a jurar la bandera para desafiar al mundo con sus aspiraciones libertarias. Según explica el propio príncipe Michael en unas declaraciones a la BBC: “Vivimos en una sociedad en la que a la gente no le gusta que le digan lo que tiene que hacer, y a todos les encanta la idea de libertad”.