Kremlin
La inteligencia de EEUU advierte: “El control de Putin ya no es absoluto, todos sienten que el final está cerca”
Informes del espionaje estadounidense sostienen que el líder del Kremlin está enfermo y sufrió un intento de asesinato
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos acertaron en diciembre de 2021 cuando anticiparon que Rusia se apresuraba para invadir Ucrania. Nadie le daba mucho crédito a las advertencias de la CIA y otros departamentos del espionaje estadounidense... hasta que el 24 de febreroVladimir Putinordenó una invasión en el país vecino.
Los mismos servicios de inteligencia norteamericanos aseguran ahora que el inquilino del Kremlin sufre problemas de salud y que en abril se sometió a una operación para tratarse un cáncer. También han revelado a una fuente consultada por Newsweek que el líder ruso sufrió un intento de asesinato en marzo. Si es verdad que Putin se encuentra enfermo y que su vida corre peligro, pese a que nadie sabe exactamente la gravedad de la enfermedad, hay que analizar qué puede suceder en caso de que Putin fallezca. ¿Quién le sucedería? ¿Se desataría el caos entre la élite política de Moscú? ¿Aceleraría Rusia el viraje hacia un estado más autoritario?
Uno de los funcionarios de alto nivel consultados por Newsweek asegura que “el control de Putin es fuerte, pero ya no es absoluto”, y que “la manipulación dentro del Kremlin nunca ha sido más intensa durante su gobierno, todos sienten que el final está cerca”. Los analistas de EEUU temen que el curso de su enfermedad le aísle aún más del exterior y que incluso active una pulsión de paranoia que le haga menos competente para dirigir un país del tamaño de Rusia.
Putin, de 69 años, aún no ha nombrado a un sucesor oficial y, a corto plazo, Mijail Mishustin, el primer ministro, asumiría automáticamente el poder si el líder muere o queda incapacitado. Este personaje, sin embargo, es visto como una marioneta y alguien sin ambiciones de poder. Tres meses después se deberían convocar elecciones. Y es en este punto donde se desatarían las guerras intestinas. En todas las quinielas aparece como sucesor el actual secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa,Nikolai Patrushev, uno de los hombres de máxima confianza de Vladimir Putin, considerado el principal arquitecto de la estrategia de guerra de Ucrania y el hombre que convenció a Putin de que Kyiv estaba dominada por neonazis. Pero no se puede descartar al actual ministro de Defensa, Sergei Shoigu, uno de los hombres fuertes del Kremlin.
Para el historiador Alexander Motyl, al igual que la Alemania nazi era impensable sin la figura de Hitler y la Italia fascista resultaría inviable sin Mussolini, la Rusia actual no aguantaría sin Putin al frente. “Su salida del poder, que ahora puede considerarse inminente, creará más que un vacío de poder que sus aliados más cercanos intentarán llenar”, asegura el experto norteamericano, para quien “la fuerza física” de Putin “simboliza la fuerza de Rusia. De la misma manera que un Putin en declive parecería presagiar el declive de Rusia”.
Otros expertos consideran que la desaparición de Putin sumiría a Rusia en un proceso de caos y disolución equiparable a la desintegración de la URSS pero con un componente de incertidumbre aún mayor. Si uno de los oligarcas cercanos al presidente toma el poder, las guerras internas se pueden exacerbar. Motyl, en un artículo para 19fortyfive, asegura que los aliados de Putin “tendrán que reemplazarle con un dictador de similar vigor, carisma y popularidad, lo que probablemente sea imposible dada la edad y la falta de atractivo de estos hombres”. Otra opción sería “modificar el sistema de tal manera que sea más susceptible de ser gobernado por un hombre más débil”.
La situación de crisis económica dentro de Rusia por las sanciones internacionales y la guerra de Ucrania son dos factores que dificultarían un proceso de transición dentro del Kremlin. La batalla se dirimiría entre rivales de línea dura o aquellos pragmáticos que apostarían por una serie de reformas. La decisión del sucesor quedaría en manos de los denominados “silovikis”, el círculo más cercano al presidente, formado por hombres que han trabajado en las fuerzas armadas, así como en inteligencia y seguridad nacional.
Michael Rochlitz, experto en política rusa y profesor de la Universidad de Bremen, cree que los “silovikis” “podrían decidir intervenir en caso de una escalada importante” en la guerra de Ucrania. “Existiría la posibilidad de un golpe militar. Los estudios empíricos muestran que desde la Segunda Guerra Mundial, dos tercios de las dictaduras fallidas terminaron en revoluciones palaciegas y solo un tercio en protestas callejeras. En este sentido, un putsch sería más probable. Sin embargo, el ejército en Rusia ha sido tradicionalmente apolítico”.
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