EEUU

Biden pide que se prohíban las armas de asalto: “¡Basta, es hora de actuar!”

Ótro tiroteo, el segundo en 24 horas en Estados Unidos, dejaba dos mujeres muertas

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Joe bidenEvan VucciAgencia AP

Estados Unidos despertaba este viernes bajo la sombra de no uno sino hasta dos nuevos episodios de violencia armada. Pocas horas antes de que el presidente Joe Biden se dirigiera a la nación, anoche desde la Casa Blanca, hubo dos tiroteos más, uno de ellos mortal, en dos estados distintos del país.

La población de Ames, en lowa, se convertía en el escenario de una nueva matanza cuando un hombre que, según los testigos, se bajó de vehículo, disparó contra dos mujeres que estaban delante del aparcamiento de una Iglesia de la localidad. Las autoridades estatales confirmaron que el autor del tiroteo disparó mortalmente contra las víctimas antes de quitarse la vida.

Las dos mujeres eran feligresas de la Iglesia de Cornerstone, según dio a conocer el pastor de la congregación, Mike Vance, a través de un comunicado. “Nuestros corazones se rompen por todos los involucrados y estamos rezando por todos los afectados”, escribió.

Los lugares de culto, así como hospitales, escuelas e incluso supermercados, donde se han producido las masacres más recientes, parecen haberse convertido en el blanco de ataques de asaltantes crispados por alguna razón personal que, fuertemente armados, disparan deliberadamente contra sus víctimas.

“Es muy difícil de comprender”, lamentó un testigo del tiroteo de Ames, que pudo ver con sus propios ojos al hombre armado salir de un coche y disparar contra una de las mujeres y después a otra chica mientras se alejaba.

No fue un hecho aislado. Al mismo tiempo, en Wisconsin, otro hombre utilizó un arma para disparar contra sus víctimas, hiriendo por el impacto de las balas a dos personas mientras asistían a un funeral en el cementerio de Racine, pequeña localidad del lago Michigan situada a 40km de Chicago.

En los pocos meses que llevamos del 2022, Estados Unidos ha registrado más tiroteos masivos que días del año: 235, contando con los dos últimos altercados con armas de fuego de este jueves, justo antes de que el presidente de Estados Unidos ofreciera un discurso televisado desde la residencia presidencial.

“¡Basta, basta!”, dijo contundente Biden. “Es hora de actuar”, añadió en su duro llamamiento, pronunciado inusualmente al anochecer, dirigido a los legisladores de ambos partidos, republicanos y demócratas, para que tomen tan necesaria acción desde el Congreso estadounidense.

“Es hora de que el Senado haga algo”, enfatizó el demócrata, a sabiendas de que necesita el apoyo de la oposición republicana, que tiene otros intereses políticos respecto a la legislación de armas.

Pero Biden quiso remarcar que algunos cambios en las leyes actuales deberían impulsarse con urgencia para evitar que nuevos episodios de violencia armada pongan en peligro a la sociedad estadounidense, y muy especialmente a los menores de edad.

Algunas de las medidas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, que necesitarían el apoyo bipartidista necesario para salir adelante, pretenden impedir que cualquiera pueda poseer un fusil de asalto, seis veces más letal que el resto de las arma de fuego; aumentar de 18 a 21 años la edad legal para comprarlas; fortalecer las verificaciones de antecedentes; y abordar la crisis de salud mental que atraviesa el país, agravada por la pandemia de COVID19 y sus devastadoras consecuencias sanitarias y económicas.

Estados Unidos es el país del mundo con más armas de fuego en manos de civiles. Se calcula que hay más de 400 millones de armas circulando por el país, es decir, más armas de fuego que habitantes.

La violencia armada se ha convertido en una creciente amenaza de irreparables consecuencias que ahora la Administración de Biden plantea abordar urgentemente desde la sede del poder legislativo para impedir que los tiroteos sigan aumentando y, con ellos, el número de víctimas mortales.

Aunque la oposición republicana, desde el Congreso, no se lo pondrá nada fácil.  Los intereses de los conservadores sobre el tema de las armas van mucho más allá de los que defienden bajo la Segunda Enmienda de la Constitución, aquélla que contempla el derecho de los estadounidenses a poseerlas y portarlas. El lobby de las armas, que financia en gran medida al Partido Republicano y sus campañas electorales, es uno de los más poderosos del país.

Incluso antes de los dos últimos tiroteos de Iowa y Wisconsin, la Casa Blanca ya tenía previsto ofrecer este jueves por la noche el discurso de Biden en directo para abordar la creciente problemática tras las recientes tres matanzas que, en apenas tres semanas, han dejado un trágico balance de 35 víctimas mortales y decenas de heridos en Estados Unidos: un supermercado de Búfalo en Nueva York el 14 de mayo, una escuela de Uvalde en Texas el 24 de mayo y un hospital de Tulsa en Oklahoma este pasado 1 de junio.