Abastecimiento

Nigeria aparece para salvar a España de la crisis energética

El presidente Pedro Sánchez se reunió el pasado miércoles con su homólogo nigeriano, pero la inestabilidad reinante en la nación africana puede hacer peligrar los futuros proyectos de colaboración

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el presidente de la República Federal de Nigeria, Muhammadu Buhari (i)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), y el presidente de la República Federal de Nigeria, Muhammadu Buhari (i)Alejandro Martínez VélezEuropa Press

Poca gente sabe que el mayor proveedor de crudo a España es Nigeria. El país africano nos abasteció en 2020 con el 23,7% del total, y lo hizo seguido de lejos por los siguientes que fueron Méjico, Arabia Saudí, Kazajistán y Brasil. De Rusia apenas si recibíamos el 3% antes de la guerra. Pero el panorama mundial lleva meses cambiando a un ritmo vertiginoso y los Gobiernos occidentales se han visto obligados a estrechar nuevos lazos con naciones que ofrezcan una alternativa a la lista de aliados del señor Putin. Nigeria fue de los países africanos que votó a favor de la resolución de la ONU para condenar la invasión rusa a Ucrania y Europa se trata de su mayor socio comercial en este momento.

Pedro Sánchez se reunió el pasado miércoles con su homólogo nigeriano, Muhammadu Buhari, según fuentes oficiales con el motivo de compartir su preocupación por la guerra de Ucrania. El conflicto ha afectado especialmente al país africano a causa de las sanciones impuestas sobre el cereal ruso, ya que compra un 25% de su trigo a Rusia. Al término de la reunión, Sánchez anunció la firma de un Memorando de Emprendimiento para “promover, apoyar y facilita” el desarrollo y la cooperación en materias de agricultura, turismo sostenible, economía digital, tecnologías medioambientales e innovación. Destaca que las inversiones privadas promoverán este nuevo proyecto, gracias a la creación de empleo y la aplicación de un desarrollo tecnológico sostenible. Además, la postura española se reiteró en la compra del crudo nigeriano y corroboró un posible incremento en el abastecimiento de gas de Nigeria (que ahora es nuestro tercer proveedor, por detrás de Argelia y Estados Unidos). Es evidente que el pasado miércoles España le apretó más fuerte que nunca la mano a Nigeria, aunque se hizo de forma discreta.

Un gasoducto de 7.000 kilómetros

Dos días después de la reunión sostenida entre ambos mandatarios, se conoció que el Consejo Ejecutivo Judicial de Nigeria ha dado luz verde al acuerdo entre la Corporación Nacional de Petróleo de Nigeria (NNPC) y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (ECOWAS) para construir un nuevo gasoducto de 7.000 kilómetros que conecte Nigeria con Marruecos. La idea de este gasoducto es que lleve el gas nigeriano a Marruecos, y que desde allí entre a Europa a través de España. El nuevo proyecto conectará el gas nigeriano con todos los países costeros de África Occidental: Benin, Ghana, Togo, Liberia, Costa de Marfil, Sierra Leona, Guinea, Gambia, Guinea-Bissau, Senegal y Mauritania, pasando por Tánger y terminando en Cádiz.

Los astros se alinean. Si la jugada le sale bien a Pedro Sánchez, pronto podremos beneficiarnos (todavía más) del producto nigeriano a la vez que se expandirían las empresas españolas en este país, y lo que es mejor para el Gobierno: este nuevo gasoducto abrirá la puerta a independizarnos del engorroso gas argelino. La crisis entre España y Argelia se mantiene desde el giro que dio Moncloa en abril respecto al pueblo saharaui, tanto que el embajador de Argelia hace meses que no regresa a Madrid y hace dos semanas que Argelia cortó las conexiones aéreas con nuestro país.

Según los datos ofrecidos por laOficina Económica y Comercial de España en Lagos, en febrero de 2021 la exploración de petróleo en Nigeria se redujo en un 45 % con respecto al conjunto del año 2020. Aunque el problema de Nigeria no sería tanto la exploración de petróleo como su refinería. Nigeria cuenta con cuatro refinerías de petróleo que son propiedad del Gobierno, con una capacidad total de 420.000 barriles diarios: dos en Port Harcourt (210.000 barriles diarios), una en Warri (125.000 barriles diarios) y otra en Kaduna (110.000 barriles diarios). Sin embargo, las tareas de mantenimiento que obligan a cerrarlas ocasionalmente hacen que su continuidad de producción no esté asegurada.

Con la intención de dar una salida a este problema recurrente, el Gobierno nigeriano ha facilitado la concesión de licencias a varias compañías privadas, aunque solo una de ellas se encuentra operativa por el momento (con apenas 1000 barriles diarios). Cinco compañías más se encuentran en diferentes etapas previas a la operacional y pretenden sumar unos 657.000 barriles diarios en la producción nigeriana. Del éxito de estos proyectos depende también la apuesta de España por el petróleo de Nigeria.

Inestabilidad desde hace décadas

La inestabilidad de Nigeria puede suponer un problema en este proyecto. La zona norte del país se encuentra en posesión del grupo yihadista Boko Haram y desde 2015 se ha producido la entrada de un nuevo grupo fundamentalista, conocido como el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP). Nigeria lleva sufriendo ataques incesantes de bandidos y secuestros masivos por lucrativos rescates desde hace décadas, de manera que la situación del país es altamente inestable. Los costos de producción están sujetos a una situación de inseguridad que exige de importantes medidas de protección de cualquier proyecto, mientras que son conocidas una multitud de refinerías ilegales que se calcula que han robado 3.000 millones de dólares de petróleo al Gobierno nigeriano.

Imagen tomada de un vídeo los milicianos del grupo yihadista Boko Haram
Imagen tomada de un vídeo los milicianos del grupo yihadista Boko Haramlarazon

A esto se le añade la presencia de piratas nigerianos en el golfo de Guinea, la violencia de grupos separatistas en Yoruba y Biafran... y el hecho de que la democracia nigeriana se encuentra en un momento de especial fragilidad, con las elecciones presidenciales programadas para inicios de 2023. John Cambell, ex embajador de los Estados Unidos en Lagos, concluyó en 2021 que “Nigeria se ha tambaleado durante mucho tiempo al borde del fracaso”, argumentaron. “Incapaz de mantener a sus ciudadanos seguros y protegidos, Nigeria se ha convertido en un estado completamente fallido de preocupación geopolítica crítica. Su fracaso es importante porque la paz y la prosperidad de África y la prevención de la propagación del desorden y la militancia en todo el mundo dependen de una Nigeria más fuerte”.

Dejar de depender de potencias sospechosas para abastecernos de gas y de petróleo es una buena idea, pero siempre deben tenerse en cuenta las consecuencias que pueden derivar de depender demasiado de un único suministrador. Si España se dispone a recurrir todavía más a Nigeria para abastecerse de su crudo y de su gas, la inestabilidad del país podría poner muchas promesas en riesgo. Se espera que, dentro del marco de cooperación que Pedro Sánchez firmó el pasado miércoles, se haya tenido en cuenta la vital importancia de colaborar en aquellas acciones que permitan el desarrollo de Nigeria como un estado fuerte y un socio económico fiable para nuestro país. Y si no ha sido así, al menos esperemos que nuestro presidente tenga un plan B.