Invasión
Kalashnikov, productor del famoso AK-47, tiene problemas de fabricación debido al embargo occidental
Otro de las situaciones que preocupan a Moscú es el los motores diesel de sus barcos de guerra. Los de patente nacional son poco fiables y sólo les valen los alemanes
La famosa firma Kalashnikov, fabricante, entre otros productos, del AK-47, el fusil de asalto más vendido del mundo, utilizado por ejércitos, guerrillas, terroristas, etcétera, podría tener problemas de fabricación a causa de los embargos que sufre Rusia. La Unión de Armeros Rusos que lleva el nombre de MT Kalashnikov ha celebrado una reunión presidida por Alan Lushnikov, accionista principal de Kalashnikov Concern. La sesión se dedicó a los temas de sustitución de importaciones, simplificación de trámites de exportación de armas y cartuchos, trabajos de eliminación de trabas administrativas excesivas a la circulación de armas [en el mercado civil], así como medidas estatales de apoyo a la industria [armera], según una declaración del propio holding, que cita Memri.
Vladimir Zhikharev, director ejecutivo de la Unión de Armeros Rusos, dijo a RBC que la organización analizó los riesgos que pueden aparecer en relación “con la presión de sanciones por parte de estados hostiles. También concluyó que algunas empresas, que son parte del holding Kalashnikov, están en el riesgo de no recibir muchos componentes, de los cuales el 70% (y en ocasiones más del 80%) fueron comprados previamente en el extranjero, además, está el problema coyuntural de la reparación y reposición de equipos importados”.
“Muchas empresas [del holding Kalashnikov] se encuentran en una situación muy difícil. La producción de armas de aire comprimido y cartuchos de muchas armas civiles sufre escasez. Algunas empresas del holding han cesado la producción de ciertos tipos de productos civiles.
Según un informe publicado por el citado digital, “a medida que Rusia ha reforzado su control sobre los canales de información hasta el punto de criminalizar virtualmente las críticas a la “operación especial” en Ucrania, los diarios de negocios de Rusia a veces logran proporcionar información no deseada a las autoridades. Tal vez las autoridades no teman a los lectores selectos de estos diarios, tal vez asuma que los lectores tienen acceso a las fuentes de información.
En cualquier caso, los medios de RBC han proporcionado un artículo que demuestra que las sanciones impuestas a Rusia están pasando factura a la industria de defensa de Rusia. Resulta que el Kalashnikov ruso por excelencia tiene componentes extranjeros. La ausencia de componentes que proceden de otros países ha provocado grandes retrasos en la producción, dependencia de equipos obsoletos, interrupción de los programas de mantenimiento e incluso despidos”.
En el informe de referencia, se señala, entre otras cosas, que “hay problemas con la falta de motores diesel marinos, sustitución de importaciones de motores de helicópteros y aviones, electrónica, reemplazo de componentes importados instalados en los sistemas de control de incendios de tanques, así como reparaciones de aeronaves”.
Uno de los grandes problemas parece afectar a los constructores navales. La United Shipbuilding Corporation (USC) afirmó que se debe aumentar el volumen de producción nacional, en primer lugar para motores marinos diésel, para componentes de sistemas de propulsión, para equipos de fondeo y sistemas de barcos (circulación de agua, gestión de aguas residuales, etc.).
“Los constructores navales rusos están pasando hoy por enormes dificultades con respecto al suministro de motores para barcos de todo tipo: desde barcos hasta grandes buques de guerra”, confirmó a RBC Ilya Kramnik, investigador del Centro de Estudios de América del Norte de la Academia Rusa de Ciencias IMEMO y experto de la Marina.
“Por ejemplo, las corbetas multiuso del ‘Proyecto 20380′, equipadas con misiles guiados fueron inicialmente equipadas con motores fabricados por la planta de Kolomna. Según Kramnik, la práctica de su uso demostró que los diésel domésticos no cumplieron con las expectativas. Como explicó el experto, hubo quejas sobre la confiabilidad, potencia y potencial de actualización de los motores. Se decidió equipar las corbetas mejoradas de este tipo (proyecto 20385) con motores alemanes.
Sin embargo, debido a las nuevas restricciones, el acuerdo se descarriló. Así, la flota continúa utilizar motores diésel de producción nacional, mientras que para algunos proyectos la compra se hace en China, señaló el experto.
“Hay relativamente pocas empresas en el mundo que sean capaces de producir potentes motores diésel modernos para barcos. Y las empresas rusas no están entre ellas, aunque Rusia posee cierta competencia en la fabricación de diésel”, enfatizó Kramnik. En cuanto a los sistemas de propulsión y el equipo de amarre, , tradicionalmente se ha puesto el énfasis en los componentes importados, y no está claro con qué rapidez se pueden introducir desarrollos nacionales, resumió el experto.
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