La obsesión de Putin por el espionaje: no dejan rastro ni de sus excrementos

Corría el año 1949, cuandoel líder del Partido Comunista Chino, Mao Zedong, hacía una visita a su homólogo ruso, Joseph Stalin. Durante los 10 días que el líder chino permaneció en Moscú, los servicios de inteligencia rusos se dedicaron a recolectar sus excrementos mediante un intrincado sistema de tuberías, que acababan depositándolas en unas cajas especiales que se habían preparado a tal efecto. Un exagente del KGB llamado Igor Atamanenko llegó a afirmar -incluso- que la policía secreta de Stalin disponía hasta de un laboratorio de alto secreto destinado únicamente al análisis de heces humanas.

Y es que, las deposiciones de una persona son una de las mejores fuentes de información que pueden encontrarse. Sobre todo si lo que estás buscando son indicios de algún problema de salud. Y este es el motivo por el que el actual presidente ruso, Vladimir Putin, hace que sus guardaespaldas recojan sus excrementos en sus visitas al extranjero. Según afirman los periodistas de investigación Regis Gere y Mikhail Rubin, de la revista francesa “Paris Match”, los miembros del Servicio de Protección Federal encargados de la seguridad del mandatario, también son los “responsables de recolectar los desechos corporales de Putin”.

De acuerdo con sus investigaciones, los funcionarios recogen sus excrementos y los introducen en paquetes que se guardan -a su vez- dentro de un maletín... que está siempre a buen recaudo hasta que la delegación vuelve a su Rusianatal. Los reporteros ponen dos ejemplos. El primero, durante la visita del líder del Kremlin a Francia el 29 de mayo del año 2017. Y el segundo, en una visita a Arabia Saudí que tuvo lugar en el año 2019. En ambos casos, la delegación rusa traía un baño privado para el uso exclusivo del presidente.

Es posible que el lector encuentre esta información desagradable o -incluso- inútil. Pero la realidad es que hoy hay pocas cosas tan valiosas en el planeta como una deposición reciente del presidente ruso. La sospecha de que podría estar gravemente enfermo lleva varias semanas en el candelero. Algo que se ha exagerado -además- desde que comenzase la invasión a Ucrania.

Concretamente, la “preocupación” por la salud del presidente ruso se despertó cuando se conoció que el que pasado mes de mayo, Putin se sometió con éxito a una operación de cáncer, según informó el medio opositor Proekt. De acuerdo con lo que explica este diario ruso, desde aquel momento Putin está siempre acompañado de un médico especializado en el cáncer de tiroides.

Y en los últimos días se ha conocido -además- queel jefe del Kremlinnecesitó de “asistencia médica urgente”a comienzos de la semana pasada. Esta información la ofreció el periódico The Sun, dando voz a fuentes cercanas al Kremlin y a las propias revelaciones del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) a través de su canal de Telegram

De acuerdo con las informaciones del diario británico, el mandatario comenzó a sentirse mal mientras presidía una reunión virtual de unos 90 minutos con sus jefes militares. Y después de observar “el fuerte malestar, la debilidad y los mareos” del presidente Putin, los sanitarios confirmaron que necesitaba asistencia médica. Razón por la cual se pospuso la transmisión anual en vivo del mandatario en “Línea Directa” y razón por la cuál los servicios de inteligencia se vieron en la obligación de dar explicaciones.

Los rumores sobre la enfermedad de Putin han aumentado desde que comenzara la invasión de Rusia a Ucrania, el pasado 24 de febrero. Numerosos informes sobre el “comportamiento cada vez más errático” han aparecido y las fuentes de inteligencia afirman que el líder ruso podría sufrir un trastorno cerebral causado por demencia o enfermedad de Parkinson, como resultado del tratamiento con esteroides para el cáncer.